Desde una perspectiva general, “evaluar” significa estimar, apreciar, calcular el valor de algo. Por tanto, una primera aproximación al término “evaluar” podría ser la de “elaboración de un juicio sobre el valor o mérito de algo”. Si pretendemos que ese juicio esté debidamente fundamentado o al menos disponga de cierta racionalidad, esto es, que la evaluación sea algo más que una mera “impresión a primera vista”, normalmente se dan dos etapas previas a la emisión del juicio: ¸ recogida de evidencias y ¸ aplicación de ciertos criterios de calidad sobre esas evidencias que nos permitan derivar una estimación sobre el valor o mérito del objeto a ser evaluado. Cuando en enseñanza aplicamos el término “evaluación” al rendimiento académico de los estudiantes el objeto a ser juzgado es el aprendizaje del estudiante. En consecuencia, la evaluación no es un sistema para detectar lo que el estudiante no sabe, sino para ayudarle a asentar lo que sabe y a incentivarle para que aprenda lo que desconoce. La evaluación no es tampoco una herramienta de autoridad en la mano del profesor. La evaluación es una ocasión para profundizar en los contenidos de la materia. Si el estudiante ha aprovechado la oportunidad, es razón más que suficiente para reconocérselo, porque el saber no se mide únicamente cuantitativamente sino generativamente, es decir, como capacidad de seguir aprendiendo.
Want to create your own Notes for free with GoConqr? Learn more.