Situación actual alrededor de la Amazonía. Public

Situación actual alrededor de la Amazonía.

SANTIAGO ANDRES DIAZ ROSALES
Course by SANTIAGO ANDRES DIAZ ROSALES, updated more than 1 year ago Contributors

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El interes es mostrar algunas referencias politicas, economicas y ambientales que han surgido a raiz de la gravedad de los devastadores incendios.

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El impacto medioambiental de los incendios del Amazonas. Arde el Amazonas. Lo que comenzó como un "día de quema" en los estados brasileños de Pará y Mato Grosso, el pasado 9 de agosto, miles de hectáreas son hoy pasto de las llamas en el corazón de la selva tropical más grande del planeta. Las llamas han acaparado la atención de media humanidad por el símbolo medioambiental que representa el Amazonas, pero también por la preocupante tendencia a la que se adscriben: desde que comenzara 2019, el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE) ha registrado más de 72.000 incendios en el interior de la selva. Es una cifra récord, la más alta desde que se tienen registros (2013). Apenas hay rincones del planeta donde se esté emitiendo más CO2 en estos momentos. La responsabilidad, al contrario que en China, un sempiterno manchurrón negro fruto de la contaminación y la producción industrial, es de los incendios. Pocas personas viven en estas regiones remotas de Brasil, lindantes con las también deshabitadas provincias amazónicas de Bolivia, Perú o el norte de Paraguay.
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El millonario negocio de los incendios en la Amazonia La fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, ve una acción orquestada en los fuegos. Los fiscales no se pronuncian acerca de las alertas que ignoró la Fuerza Nacional de Seguridad Pública. En el negocio millonario de las quemas en la Amazonia, prenderle fuego a un área de 1.000 hectáreas vale cerca de un millón de reales (unos 220.000 euros) en el mercado negro. Este cálculo, que aplicado a la cuenta de la devastación en el presente año en la selva amazónica y en parte del Pantanal ascendería a 20 millones de reales o 4,3 millones de euros, forma parte de una investigación de la Fiscalía federal de Brasil para determinar la participación de grupos de delincuentes en los incendios, los más intensos en la zona en al menos cinco años. “Existe la sospecha de una acción orquestada y de una actuación que ha sido largamente trabajada para llegar a este resultado”, afirmó la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, que reunió en Brasilia al equipo especial de fiscales que investiga los delitos que han tenido lugar en la Amazonia Legal, zona que abarca 61% del área del país. Uno de los actos que están en el marco de la investigación del Ministerio Fiscal es el “Día del Fuego”, un evento organizado por productores rurales, sindicalistas, grileiros, el nombre dado a los usurpadores de tierras públicas, y comerciantes con el objetivo de arrasar parte de la selva y plantar pasto, conforme se anunció en un diario local del interior del Estado de Pará el 5 de agosto. Un reportaje del programa de televisión Globo Rural mostró que un grupo de al menos 70 personas de las ciudades de Altamira y Novo Progresso —ambas pertenecientes al Estado de Pará y ubicadas en una de las zonas con mayor repunte de incendios— acordó el acto delictivo vía WhatsApp. El objetivo era, el 10 de agosto, deforestar un área circundante a la carretera BR-163 y demostrarle al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro que apoyan sus planes de rebajar los controles que lleva a cabo el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (IBAMA), el principal órgano de fiscalización ambiental del país. Fue el propio Ministerio Fiscal Federal del interior de Pará quien alertó sobre los riesgos del "Día del Fuego". Documentos indican que el fiscal Paulo de Tarso Moreira Oliveira le comunicó al IBAMA dichos planes delictivos. El IBAMA respondió, días más tarde, diciendo que no podía actuar debido a la falta de seguimiento de la Policía Militar de Pará y porque la Fuerza Nacional de Seguridad, bajo las órdenes del Ministerio de Justicia de Sergio Moro, había hecho caso omiso a las solicitudes de apoyo. Los fiscales del equipo especial para Amazonia evita responsabilizar al Gobierno Bolsonaro sobre el caso, pese a las advertencias que recibieron. “El Ministerio Público mira hacia delante”, dijo la fiscal general, Raquel Dodge. Por su parte, el fiscal Joel Bogo afirmó que el objetivo principal es encontrar a los autores de los delitos. “Nuestro papel constructivo es el de estimular a los organismos del Gobierno, no solo a los del federal, sino también a los de los gobiernos estatales”, dijo Bogo, uno de los miembros del equipo especial creado por la Fiscalía General de Brasil hace un año. “Sí, son los miembros de organizaciones criminales quienes realizan la deforestación ilegal de grandes proporciones, incluso mediante financiación”, explicó el fiscal. “Los fuegos son reflejo del aumento de la deforestación. La quema aumenta porque la frontera agrícola se está expandiendo", completó el fiscal destinado en Rio Branco, en el estado de Acre, divisa con Bolívia. Después de que se emitiera el reportaje de Globo Rural sobre el "Día del Fuego", Bolsonaro ordenó que la Policía Federal también pasase a investigar el caso. En las redes, simpatizantes y aliados del presidente, como el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, destacaron las palabras de una ganadera que acusaba, sin aportar pruebas, a los funcionarios del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBIO, un organismo del propio Gobierno) de provocar incendios en la selva. La acusación de esta productora rural se hacía eco del discurso de Bolsonaro, en el que el presidente insinuó, sin tampoco presentar pruebas, que las ONG estarían prendiéndole fuego a la Amazonia. El Ministerio Público Federal enseguida descartó esta sospecha. “No existe el menor indicio de participación de oenegés”, destacó el coordinador de la Cámara de Medio Ambiente de Ministerio Público Federal, Nívio de Freitas. Para él, de lo que se sabe hasta la fecha, la principal línea de investigación es la de que los invasores de tierras públicas sean los responsables de los delitos. El gobierno también determinó reducir la vigilancia que realizaban los agentes de IBAMA y del ICMBIO. En abril, durante un discurso en una feria agropecuaria en Ribeirão Preto (estado de São Paulo), Bolsonaro dijo que pretendía hacer “una limpieza” en los dos organismos encargados de la supervisión y preservación ambiental. “Alrededor del 40% de las multas que se imponían en el campo, en gran parte, servían para retroalimentar una vigilancia chiita, que únicamente buscaba atender nichos que no ayudaban al medioambiente ni mucho menos a los que producen”, dijo entonces. La política mediambiental de Bolsonaro y también su retórica sobre el tema hace peligrar los recursos internacionales en el tema de la preservación de la floresta. Hace algunas semanas, Noruega y Alemania han anunciado la congelación de ayudas del Fondo Amazonia, el mecanismo de cooperación internacional que aporta recursos para reducir los gases de efecto invernadero por la deforestación. La problemática ha ganado el status de crisis diplomática en la última semana, especialmente entre Francia, que ha puesto en le tema de Amazonia en la cumbre del G7 en Biarritz, y Brasil presidente brasileño. El Gobierno brasileño anunció en la noche del lunes que rechazaba la  ayuda económica aprobada por el G7 para combatir los incendios en la Amazonia, bajo la iniciativa del francés, Emmanuel Macron. El Gobierno brasileño anunció en la noche del lunes que rechazaba estos fondos, pero la recusa fue matizada por Bolsonaro el martes, quien ha condicionado la aceptación de la ayuda a que Macron le pida disculpas por haberle llamado mentiroso y por tratar a la soberanía de la Amazonia como un tema internacional. Bajo presión, el Gobierno brasileño ha decidido reforzar el combate al incendio en la región norte con el despliegue de 43.000 militares. Hasta el momento, siete de los nueve estados de la Amazonia Legal han solicitado la ayuda de tropas federales para extinguir los focos. En ese martes, los gobernadores de la región han cobrado de Bolsonaro un plan concreto de acción: “Hemos estado perdiendo mucho tiempo hablando de Macron”, dijo Helder Barbalho, gobernador de Pará.
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Siete países amazónicos pactan una agenda contra la crisis ambiental Los firmantes acuerdan crear una red de cooperación ante los desastres naturales     Siete países de la cuenca del Amazonas pactaron este viernes una agenda para mejorar la coordinación regional y prevenir las crisis ambientales como la que en las últimas semanas ha reducido a cenizas miles de hectáreas de selva, principalmente en Brasil y en Bolivia. En medio de la emergencia de los incendios forestales se citaron a las puertas de la región, en la ciudad colombiana de Leticia, presidentes y representantes de Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Surinam, Guyana y del país anfitrión Todos suscribieron un acuerdo de 16 medidas, aún difusas, que en la sustancia busca "fortalecer la acción coordinada para la valoración de los bosques y la biodiversidad, así como para luchar contra la deforestación y degradación forestal". Para ello, los participantes convinieron "establecer mecanismos de cooperación regional y de intercambio de información que permitan combatir las actividades ilegales que atentan contra la conservación de la Amazonia". El texto contempla crear una "Red Amazónica de Cooperación ante desastres naturales [...] para coordinar y articular los sistemas nacionales de prevención y atención de desastres con el objeto de atender de manera efectiva las emergencias de impacto regional, como incendios forestales de gran escala". También pide aumentar "la participación de los pueblos indígenas y tribales y de las comunidades locales en el desarrollo sostenible". Al margen de las notables diferencias políticas entre estos Gobiernos, la minicumbre logró un consenso de máximos, esto es, sobre las líneas generales, aun sin claridad con respecto a la inversión requerida. "Siempre somos capaces de ponernos de acuerdo en los trascendental y en lo fundamental", destacó Iván Duque, presidente de Colombia. El objetivo de la cita era ir más allá de los tratados bilaterales existentes. Así, en cuestión de días se inició una negociación contrarreloj entre los países de la región. Además de Duque, participó el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno; el peruano, Martín Vizcarra; el boliviano, Evo Morales; el vicepresidente de Surinam, Michael Ashwin Adhin: y el ministro de Recursos Naturales de Guyana, que se incorporó a la reunión a última hora. Todos coincidieron en la necesidad de establecer una agenda común y de aterrizar las propuestas.   El anfitrión incidió en la importancia de los recursos financieros y anunció que solicitará una colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Vizcarra señaló que la protección de la Amazonia necesita un cambio de estrategia. "No podemos solamente quedarnos en declaraciones de buena voluntad. Tenemos que ir mucho más allá", señaló. Morales criticó la explotación masiva de los recursos naturales y exigió la incorporación al pacto de Venezuela, a pesar de que el Gobierno de Nicolás Maduro debe lidiar con una emergencia social y económica sin precedentes y ha roto relaciones con la mayoría de la comunidad internacional. El chavismo no fue invitado a la cita, organizada por Colombia, uno de los países más enfrentados al régimen. El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, muy criticado por la gestión de la emergencia, no viajó a Leticia por motivos de salud e intervino por videoconferencia. Lo hizo con un discurso que reivindica la soberanía de la región amazónica y rechaza la participación de terceros en la resolución de la crisis, entre críticas al presidente francés, Emmanuel Macron, y asegurando que "la crisis se está utilizando como propaganda contra Brasil".  A falta de concreción sobre las medidas adoptadas y de las evidentes discrepancias ideológicas, sobre todo entre Morales y Bolsonaro, los participantes insistieron en que es oportuno un entendimiento a largo plazo. Este es el primer paso, bautizado como Pacto por la Amazonia, y busca convertirse en una hoja de ruta para la salvaguarda de una región que abarca más del 25 % de la superficie del continente americano.
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El gigante de la moda H&M suspende las compras de cuero a Brasil por la Amazonia     Tras el daño por los incendios y las declaraciones del presidente brasileño, nuevo golpe a la imagen internacional de Brasil. El gigante de la moda H&M ha anunciado este jueves que suspende con efecto inmediato la compra de cuero de Brasil “debido a la conexión de los graves incendios de la Amazonia con la producción ganadera”. La empresa sueca, que es la segunda minorista de moda del mundo tras la española Inditex, ha anunciado su decisión precisamente en el día en que el Gobierno del polémico Jair Bolsonaro lanza una campaña publicitaria dentro y fuera de sus fronteras para reafirmar la soberanía brasileña sobre esa región, clave para frenar el cambio climático y defender las credenciales ecológicas de Brasil.   H&M, propietaria de marcas como Other Things o Cos, ha explicado en una nota que la suspensión estará vigente “hasta que existan sistemas de control creíbles de que el cuero no contribuye al daño ambiental en la Amazonia”. Empieza a ocurrir lo que los exportadores del potentísimo sector agropecuario más temen, una campaña de boicot a sus productos impulsado por empresas europeas con una clientela cada vez más preocupada por el cambio climático. H&M se suma a la firma VFcorp, dueña de Timberland, Vans y The North Face, que la semana pasada anunció que dejaba de comprar cuero brasileño. La decisión del gigante sueco tiene poco calado económico, es más bien un potente gesto en un momento en que Brasil se ha convertido en un villano ambiental. Suecia es precisamente la patria de Greta Thunberg, la más reciente catalizadora de la preocupación ecológica de los europeos. En las últimas semanas se han multiplicado las críticas de mandatarios extranjeros, con el francés Emmanuel Macron al frente, contra Bolsonaro por su desprecio a la preservación ambiental. Desde que llegó al poder, en enero, la deforestación ha aumentado y la fiscalización se ha debilitado. El impacto económico de la decisión es limitado para Brasil, otra cosa son las consecuencias en términos de reputación y políticos. Las exportaciones de cuero brasileño fueron de 1.300 millones de euros (1.440 millones de dólares) en 2018, dirigidas principalmente a Estados Unidos, China e Italia, según el Centro de la Industria Brasileña de Curtidos. Una portavoz de H&M ha explicado a Reuters que solo una pequeña parte del cuero que usan es brasileño porque la mayoría procede de Europa.
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