Lee el siguiente texto y resuelve los reactivos 5, 6, 7 y 8.
"¿Síntomas del vampirismo?
Entonces, ¿de dónde surge la imagen y las ideas del hombre-vampiro, que succiona la sangre de los vivos para mantenerse inmortal? Para explicarlo hay dos hipótesis interesantes. La primera, describe al vampirismo como una epidemia de rabia, y de ahí proviene la idea de que la mordedura del vampiro no sólo contagia a la víctima sino que ésta desarrolla síntomas que, a su vez, lo hacen buscar otra victima.
La segunda hipótesis es algo más complicada, pero también más interesante. Se trata de la relación que algunos científicos han establecido entre ciertos tipos de enfermedades, como la porfiria, y los "síntomas del vampirismo". La porfiria es el nombre que recibe el padecimiento ocasionado por fallas en la codificación genética del funcionamiento de las porfirinas.
El color rojo de la sangre se debe a que la molécula de la hemoglobina de los eritrocitos contiene un fragmento —llamado porfirina— que reacciona ante la luz emitiendo el color rojo. Las porfirinas cambian de color al cambiar su estructura química: esto sucede cuando los eri-trocitos envejecen y se destruyen. En todas estas reacciones intervienen enzimas muy específicas, cuyo correcto funcionamiento está codificado en alguno de nuestros genes. Es interesante hacer notar que, como en muchos padecimientos de carácter hereditario, para que una persona sufra de porfiria se requiere que ambos padres le hereden genes defectuosos, por ello la porfiria es una enfermedad rara. Esta combinación genética, en un mundo tan poblado como el nuestro, puede parecer una casualidad difícil de cumplirse. Pero si la porfiria se presenta en poblaciones pequeñas, altamente relacionadas por antepasados comunes como era el caso de Transilvania, su incidencia debe ser notable. Esta es una de las hipótesis que se han planteado para explicar el mito de los vampiros en aquella región.
Existe más de un tipo de porfiria, y en algunas se presentan síntomas muy interesantes para el tema que estamos tratando: cuando la porfirina no se elimina por medio del hígado (que es el proceso natural), se acumula en la piel y da al individuo la apariencia de estar quemado por el Sol. Por protección, muchos enfermos de porfiria evitan exponerse a la radiación solar. Por otra parte, dado que la hemoglobina no procesa las porfirinas adecuadamente, el enfermo sufrirá de anemia, por lo que en muchos casos tendrá una apariencia demacrada. Algunas veces, las porfirinas mal procesadas dan a los dientes una coloración rojiza pardusca.
La idea de que la sangre es el líquido vital es muy antigua. Un terrible ejemplo lo encontramos en Elizabeth Bartory, aristócrata inglesa que mandó asesinar a muchas de las doncellas que vivían cerca de su castillo para bañarse en su sangre y mantener así, según ella, la eterna juventud.
En otro tiempo, cuando no se conocían las causas de la porfiria, quien la padecía, débil y desesperado podía recurrir a prácticas descabelladas para recobrar la salud. Se creía que beber sangre fresca de animales podía devolver la vitalidad pero como, desde luego, no es así, algunas personas pensaron que la sangre de animales de corral no servía y que era la de otros seres humanos lo que requerían para mejorar. Si trasladamos todos estos síntomas al mito, encontraremos una semejanza entre los enfermos de cierto tipo de porfiria y los supuestos vampiros".
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