"Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron adueñando de nuestras vidas llenando todo de un silencio que ensordece y un vacío desolador que paraliza todo a su paso"
(Papa Francisco, 2020).

"En esta barca, estamos todos"
(Papa Francisco, 2020).

"La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades"
(Papa Francisco, 2020).

"Se cayó el maquillaje de esos estereotipos con los que disfrazábamos nuestros
egos siempre pretenciosos de querer aparentar"
(Papa Francisco, 2020).

"No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo"
(Papa Francisco, 2020).

"Señor, nos diriges una llamada, una llamada a la fe. Que no es tanto creer que Tú existes, sino ir hacia ti y confiar en ti"
(Papa Francisco, 2020).

"El comienzo de la fe es saber que necesitamos la salvación. No somos autosuficientes; solos nos hundimos"
(Papa Francisco, 2020).

"Nos pides que no sintamos temor. Pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Mas tú,
Señor, no nos abandones a merced de la tormenta"
(Papa Francisco, 2020).