Adivina, adivinador,
¿que sentimiento o emoción soy?

En tu rostro una sonrisa
suave como una brisa,
una luz resplandeciente
que ahora brilla en tus dientes
y tu cuerpo baila sin prisa
para dar abrazos pacientes.

Te hace temblar, sin piedad
con el ruido y la oscuridad,
puede quitarte el sueño
e impedir tus sueños,
has de ser tu dueño
y no temer la verdad.

Lo mejor que tengo,
es que no me esperas.
Pero cuando llego,
tu corazón se llena
y fascinado se queda.

Aparezco si me provocan,
desaparezco cuando perdonas,
me enciendo por dentro
y me quedo en el centro,
controlo lo que piensas
haciendo que mal te sientas.

Es lo que sientes
cuando te abrazan.
Lo que te llena
cuando te besan.

Aunque vivo en el corazón,
tengo que salir en los ojos,
si me esconde sin razón,
dejo el agua bajo cerrojo
y de la sonrisa despojo.

Me sientes cuando detestas,
me sientes ante un olor,
también con un sabor,
casi nunca con un color.
Me sientes con lo que apesta,
nunca soy muy amable
porque soy poco agradable.

Soy intenso sentimiento
a veces violento,
causar dolor quiero,
provocar daño deseo
hacia quien me dirijo.

Aparezco sin compañía,
marcho cuando están los demás.
Conmigo el miedo y sin mi la alegría
amigo soy de las penas,
enemigo de tu amigo.

Si sientes humillación
y cierta incomodidad,
una roja iluminación
marca tu rostro en brevedad.
Temor a esta situación
que ridícula creerás.

Tus malos actos me atrapan,
el perdón me ha de liberar.
Te ayudo a darte cuenta
de lo que hiciste mal
y así poder reparar.

Emoción que alivia tu dolor,
ante la pena te doy calor
y a tu tristeza aporto un color,
soy la luz de la oscuridad
que te libra de la tempestad.

Si me sientes,
te libero del miedo,
te salvo de lo temible.
Si me tienes,
dices "yo puedo"
piensas en lo posible.

Cuando lo intentas,
cuando lo anhelas,
cuando lo buscas.
Soy el sentimiento que surge
cuando no lo consigues,
no lo logras,
no lo encuentras.

Me acompaño de tres hermanos
llamados miedo, pena y estrés,
vienen antes del peligro,
contigo me quedo
durante todo el rato.

No me gusta el bien en los demás
me entristece y me hae mal.
Deseo que su bien pierdan
solamente porque yo no lo tengo.

Aunque las cosas estén mal,
te muestro el esperado final,
de un camino doloroso
que terminará glorioso.

Lo injusto me provoca,
lo inmerecido me desata
como una fuerza grata
que por lo justo vota.
Cargado de esperanza poderosa,
cansado de injusticia asombrosa.

Miras con atención a otro
por sus brillantes cualidades,
le respetas sin maldades,
observando sus bondades.

El saber que otro te ayudó,
que prestó su mano
desatándote ese nudo,
apreciando ese acto no en vano.