Alumno: Mario Yáñez Rodríguez.

Grupo: 32 Fil.

Un marco espléndido de divulgación asimilativa de la ciencia:

La Viena de Wittgenstein.

(El transfondo de la Claridad vienesa: La tradición filosófica austríaca)

-Aunque en el cambio del siglo XIX al XX había otros focos culturales importantes en el Imperio Austro-Húngaro, fue la Viena de Wittgenstein el más representativo.

- Sobresalía el judaísmo como fermento cultural.

- En Viena confluyeron todas las tendencias de pensamiento generadas durante el siglo XIX. No influyeron en Austria sus vecinos y contemporáneos idealistas. Puede hablarse de un modo de pensamiento característicamente austriaco.

-Un pensamiento en contra de la metafísica especulativa; un pensamiento orientado a una definición precisa de los objetos y de los hechos del mundo, a un análisis conceptual y lingüístico riguroso de ellos.

-La “claridad” vienesa es una búsqueda de claridad científica, no una búsqueda de claridad metafísica.

-El “pensamiento austriaco” seguía más bien tendencias empiristas y analíticas. Busco rigor conceptual, claridad y sobriedad expresiva.

-La depuración científica del lenguaje y de los conceptos significo no solo una crítica de “la razón”, también una depuración moral y psicológica de uno mismo.

-En un sentido multiforme el análisis del lenguaje significaba purificación del yo o el análisis del yo pasó por una purificación del lenguaje.

-En la Viena del fin de siglo se desencanto en dos crisis fundamentales: La del yo y la del lenguaje.

-“Viaje al interior”. Ese viaje nace de una tendencia a la introversión y al cultivo del alma.

-Como distintivo de la Viena del siglo, la existencia humana se había complicado, se vivía en “libertad negativa”. Sin razones para existir.

-El yo, subjetivo ahora, vivía extrañado en sí mismo.

-Había que formular la realidad de la fantasía, pasar de los estados de cosas a los estados del alma.

-El arte y la literatura del nervio o el análisis inmisericorde del lenguaje, ofrecieron a una generación postromántica la cientificidad requerida para emprender ese viaje al interior.

-La razón no es objeto de experiencia sino por el lenguaje.

-En aquella Viena, purificar el lenguaje era purificarse a sí mismo.

-La desconfianza de la gramática se convierte, en la primera condición para filosofar, para pensar de nuevo.

-Mediante análisis lógico y psicológico descriptivo de las proposiciones, fue construyéndose un mundo de realidad objetiva.

- Puede haber verdades aparte de que sean pensadas o no, aparte de que existan o no, se vean o no.

-La racionalidad lógica distingue al ser humano. Distingue una visión científicamente ampliada del mundo. Ese es el fin de cualquier divulgación científica.

-Puede haber objetos que no lo sean, es decir, puede decirse que todo objeto es algo, pero no que todo algo es objeto.

-La claridad sobre lo “real”, es la que puede fundamentar un pensamiento.

-Mach perseguía la claridad sobre las cosas: La realidad última del mundo está constituida solo por sensaciones.

-Sensaciones de sensaciones es el conjunto de la realidad.

-Hablar de mundo y yo, de físico o psíquico, de alma y cuerpo, de espíritu y materia, era intercambiable discrecionalmente.

-Kraus, Loos, Shonberg, Wittgenstein, la liberación nietzscheana de la gramática se hizo su tarea vital. Crearon un lenguaje y gramática nuevos, más simples, más puros.

-La estructura substancial de todo lo humano no es ya sensualista o lógica sino lingüística en definitiva.

-El análisis del lenguaje se lleva entonces a todos los medios de expresión culturales y artísticos en busca de una claridad nueva, no de iluminación metafísica o teológica como, antes.

-La divulgación científica no es, o no debe ser, ciencia-ficción, sino todo lo contrario.

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