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xiodanny vasquez
Curso por xiodanny vasquez, actualizado hace más de 1 año Colaboradores

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Contexto

DULCE DE ABEJACecilia era una abeja común. Vivía en un panal que estaba cerca de una granja y su trabajo –como el de sus compañeras– consistía en hacer miel. Pero Cecilia tenía un problema. Era distraída. Cada vez que salía al campo en busca de flores se entretenía con las rayas de una cebra, o se hacía amiga de una mariposa y se iba a jugar por allí.Apenas se dejaba tiempo para tomar el polen y el néctar de las flores y por eso, cuando volvía al panal, se metía en su celdilla y se quedaba frita.Un día, la temible abeja reina, la que mandaba en el panal donde Cecilia vivía, reunió a todas sus súbditas y les gritó:–El panal no es un hotel. Aquí se fabrica miel. Y al que no le gusta, se va.–Sí, mi reina –dijeron las abejas a coro. Y le rogaron a Cecilia que se fuera.Triste porque la habían echado, y más triste aún porque al no fabricar miel no la recibirían en ningún otro panal, Cecilia salió de su casa y empezó a volar. Iba de aquí para allá cuando de pronto apareció en la granja y se topó con una vaca a la que estaban ordeñando.–¿Dónde estoy? –preguntó Cecilia.–En mi oreja –le respondió la vaca–. ¿Qué se te ofrece?–Me echaron de casa y no sé dónde ir.–¿Y por qué te echaron? –preguntó la vaca.–Porque no fabrico miel –dijo Cecilia y empezó a moquear.–¿Y qué es la miel? –preguntó la vaca, mientras llenaba unos baldes de leche.–Un dulce –respondió Cecilia–. Uno que les gusta a los osos y a los humanos.–Mhhhh –mugió la vaca y tuvo una idea vacuna–. Tomá un poquito de mi leche –le dijo a la abeja– y después volvé a tu panal.Obedeciendo a la vaca, que por algo era vaca, Cecilia se dio un baño de leche, volvió corriendo a su celdilla y se puso a trabajar. En un periquete notó cómo su habitación se llenaba de dulce y esperó confiada la visita de la reina.–¡Ajá! –zumbó la abeja reina cuando probó el dulce de leche–. ¡Ajáaaa! repitió con zumbido real. No será jalea o miel pero esto sabe muy bien.Desde entonces se acabó el problema y Cecilia fabricó hasta crema.FIN.
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EL SOL Y LAS RANASLas ranas de una apacible y pequeña laguna estaban muy alarmadas y casi muertas de susto. El día antes el astro rey, el Sol, las había alertado que ya todo no seguiría siendo igual que antes, pues él había decidido variar su rumbo.En breve comenzaría a iluminar la Tierra solo durante seis meses, por lo que el resto del año sería una etapa de oscuridad y frialdad.Las ranas comprendieron de inmediato lo que esto significaría para la vida, tal cual la conocían.Los charcos se secarían, los ríos irían perdiendo su cauce hasta desaparecer, ellas no podrían calentarse como antes y los insectos de los que se alimentaban dejarían de existir.Desesperadas comenzaron a quejarse y a pedir a las fuerzas divinas por su conservación, no sin protestar y demandar por lo que les parecía justo a ellas.Desde lo alto una voz atendió su llamado y les preguntó:-¿Piden clemencia sólo para ustedes o para todos los seres vivientes del planeta?– Pues para nosotros. ¿Por qué habríamos de preocuparnos por otras especies? Cada cual que cuide y pida por lo suyo.-Así les irá –replicó la voz, que desde entonces se desentendió de los pedidos de las ranas por su egoísmo.Ciertamente el sol no dejó de brillar, pero desde entonces las ranas son animales con muy pocos amigos, y todo por el egoísmo de aquellas de una pequeña laguna, capaces solo de preocuparse por su bienestar y desentendidas de todo lo que les rodeaba.FIN.
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Contexto

EL CABALLO AMAESTRADOUn ladrón que rondaba en torno a un campamento militar, robo un hermoso caballo aprovechando la oscuridad de la noche. Por la mañana, cuando se dirigía a la ciudad, paso por el camino un batallón de dragones que estaba de maniobras. Al escuchar los tambores, el caballo escapo y, junto a los de las tropa, fue realizando los fabulosos ejercicios para los que había sido amaestrado. ¡Este caballo es nuestro! Exclamo el capitán de dragones. De lo contrario no sabría realizar los ejercicios. ¿Lo has robado tu? Le pregunto al ladrón. ¡Oh, yo...! Lo compre en la feria a un tratante... Entonces, dime como se llama inmediatamente ese individuo para ir en su busca, pues ya no hay duda que ha sido robado. El ladrón se puso nervioso y no acertaba a articular palabra. Al fin, viéndose descubierto, confeso la verdad. ¡Ya me parecía a mí exclamo el capitán Que este noble animal no podía pertenecer a un rufián como tu! El ladrón fue detenido, con lo que se demuestra que el robo y el engaño rara vez quedan sin castigo.FIN.
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UN CONEJO EN LA VIADaniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas cometas. Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca:- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado!- ¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel.- No se preocupen, respondió su padre-. No es nada.El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió la radio, empezó a sonar una canción de moda en los altavoces.- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de atrás. La mamá comenzó a tararear una canción. Pero Daniel miró por la ventana trasera y vio tendido sobre la carretera el cuerpo de un conejo.- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente.- ¿Para qué?, responde su padre.- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido!- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal.- No, no, para, para.- Sí papi, no sigas - añade Carlitos. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de animales. Los dos niños estaban muy preocupados y tristes.- Bueno, está bien- dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando vuelta recogieron al conejo herido.Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por una patrulla de la policía, que les informó de que una gran roca había caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso. Al enterarse de la emergencia, todos ayudaron a los policías a retirar la roca.Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y llegar a tiempo al veterinario, que curó la pata al conejo. Los papás de Daniel y carlos aceptaron a llevarlo a su casa hasta que se curaraUnas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de nuevo en el bosque. Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero sabiendo que sería más feliz en libertad. FIN
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LA GATA ENCANTADAErase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su tiempo jugando con Zapaquilda, una preciosa gatita, junto a las llamas del hogar.Un día, dijo en voz alta: Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras mujer, me casaría contigo. En el mismo instante apareció en la estancia el Hada de los Imposibles, que dijo: Príncipe tus deseos se han cumplidoEl joven, deslumbrado, descubrió junto a el a Zapaquilda, convertida en una bellísima muchacha.Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. Pero, de pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado.El príncipe empezó entonces a llamar al Hada de los Imposibles para que convirtiera a su esposa en la gatita que había sido. Pero el Hada no acudió, y nadie nos ha contado si tuvo que pasarse la vida contemplando como su esposa daba cuenta de todos los ratones de palacio.FIN.http://www.pequelandia.org/cuentos/
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EL MONO Y EL GATOEn la casa de un buen señor, vivían dos animales malos, traviesos y desagradecidos. Un mono llamado Roko, que le gustaba romper todo lo que estaba a su alcance sólo por diversión y un gato apodado Ratón, que no le gustaba cazar pero si comer en exceso.Un día en que ambos pasaban por la puerta de la cocina, vieron sobre el fuego unas castañas que el dueño de casa había dejado asando. El mono dijo:-¡Amigo, es hora de dar el gran golpe! ¡Si yo tuviera las garras que tu tienes, esas castañas ya estarían en mi estomago!.El gato que era muy veloz, sin mediar mas palabras, comenzó a retirar una a una las castañas del fuego, mientras tanto el mono se las iba comiendo sin que el gato lo advirtiera. Cuando el felino aún no había llegado a comer ninguna, entró en la cocina el dueño de casa y los ladronzuelos salieron corriendo del lugar, con gran descontento por parte del gato.Moraleja: En una sociedad a veces el burlador es burlado.
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LA PEQUEÑA MARIPOS
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Contexto

LA ARAÑA DEL MUSEOHabía una vez una araña de cuadro, de esas tan artísticas que habitan en los sótanos de los museos, donde los cuadros permanecen olvidados durante años para que puedan tejer impresionantes telarañas. Nuestra araña era la mejor tejedora del museo, y su casa era realmente espectacular. Todos sus esfuerzos estaban dedicados al cuidado de su telaraña, que consideraba la más valiosa del mundo.Pero con el tiempo, aquel museo reorganizó sus pinturas, y empezó a encontrar sitio para algunos de los cuadros del sótano. Muchas arañas se dieron cuenta y fueron precavidas, pero la nuestra no le daba importancia a todo aquello: no pasa nada, decía sólo serán unos pocos cuadros. Y siguieron saliendo más y más cuadros, pero la araña seguía aferrada a su telaraña, ¿dónde voy a encontrar un sitio mejor que éste?, se decía. Hasta que una mañana temprano, sin tiempo para reaccionar, se llevaron su cuadro, y con él a la araña, pegada a su teleraña. La araña se dio cuenta entonces de que sólo por no querer perder su telaraña iba a acabar en la sala de exposiciones, y en un alarde de valentía y decisión, decidió abandonar su magnífica telearaña, a la que tanto esfuerzo había dedicado.Y menos mal que lo hizo, porque así se salvó de los insecticidas de la sala de exposición. Y no sólo por eso, sino porque en su huída, después de pasar muchas dificultades, acabó en un pequeño jardincito escondido, donde encontró un rinconcito tan tranquilo, que allí pudo tejer una tela aún mejor, y ser una araña mucho más feliz.
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LA LECHUZA MÁGICA Y EL BÚHOHabía una vez una madre lechuza que había tenido unas hermosas lechuzas con un color muy bonito. Hubo una que salió muy rara, distinta a sus hermanas, ella se llamaba Julieta.Julieta era una lechuza muy estricta, ella fue creciendo cada vez más. Cuando era una lechucita se dio cuenta que era una lechuza mágica.Julieta creció, y siendo ya una adulta se alejó a una cabaña donde los animales podían ir ahí a decirles las cosas que querían y poder ver su futuro.Un día, vino un búho llamado David, y le dijo a la lechuza que quería ver su futuro. Julieta vio el futuro de David, en él estaba ella con David. Asombrada y confundida se lo confesó al búho.Al día siguiente, la lechuza pensativa por lo que había divisado en el futuro de aquel búho, intentó presagiar el suyo, cuando de repente se le acercó su hermana, ella se llamaba Livia y le dijo que también quería ver su futuro. Julieta se lo contó, al oírlo Livia explotó de alegría.Livia se quedo feliz y se fue. A continuación llegó el búho y Julieta le contó el futuro de ella y David no lo podía creer; en el futuro decía…:– “Tú y David serán amigos y después harán una pareja, y seréis muy felices”.Dicho y hecho, así fue. Y además, Julieta y David tuvieron hijos.FIN
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