"Naturalmente, la Ilustración se abrió paso venciendo dificultades. Éstas iban desde el prejuicio que obnibulaba la mente de las personas, hasta la persistencia en los viejos errores; desde la actirud cómoda que significaba mantenerse en los esquemas acostumbrados, hasta el medio a recibir el castigo de la Santa Inquisición."
(Funes, 2011, pág. 154)

"Preocupó de manera particular a los inquisidores la afluencia que los jacobinos, ala radical o de izquierda de la revolución francesa, ejercían sobre la juventud."
(Funes, 2011, págs. 155 - 156)

"En tolo lo anterior, Valle coincidía con Molina. Nuestro pemsador, así como defendía las circulación de capitales, era firme partidario de la circulación de ideas."
(Funes, 2011, pág. 156)

"Que éstas. afirmaba, se propaguen sin cortaprisa alguna, que sus luces lleguen a todos los cerebros, que el libre discernimiento de los hombres les permita escoger entre tal o cual postura, de acuerdo a lo que les dicte la razón, pero que nadie, absolutamente nadie, ponga un dique, un valladar, tratando de impedir la divulgación los libros y las doctrinas."
(Funes, 2011, págs. 156 - 157)

"Según Valle está condenado a la derrota aquel que cometa el acto bárbaro de quemar libros y las imprentas, de cerrar los centro de culturas o de tratar de sofocar el impetuoso avance de las ciencias, pues "la mano más poderosa no tiene imperio sobre el pensamiento"."
(Funes, 2011, pág. 157)

"La suerte de Valle fue cursar estudios en la Universidad de San Carlos justamente cuando ésta se encontraba rectorada por Goicochea."
(Funes, 2011, pág. 162)

Valle sentía gran admiración y afecto particular por Liendo y Goicochea, su principal maestro. Al escribir sobre él, su pluma, generalmente sobria, se quebraba de emoción.
(Funes, 2011, pág. 162)

Su Elogio a Goicochea, dicurso leído en la Sociedad Económica de Amigos de Guatemala, es su pieza más sentida y, a la vez, el escrito donde más ahonda sobre temas filosóficos."
(Funes, 2011, págs. 162 - 163)

Valle sintió particular obsesión por las ciencias. Éstas fueron, en todos los momentos de su vida, el epicentro de sus preocupaciones, la "divinidad hosca y sensitiva" a la que brindó culto permanente y cuyos horizontes, comparados con la estrechez temporal de la existencia, siempre le parecieron lejanos e inalcanzables."
(Funes, 2011, pág. 166)

"Aunque ya en su tiempo era llamado el Sabio Valle, él no se consideraba como tal, y expresaba que nunca llegaría a serlo, primero por las limitaciones que como se humano tenía y segundo por la vastedad misma de los conocimientos."
(Funes, 2011, pág. 167)

José Cecilio del Valle un genio del siglo XX que hoy en día no se guarda su legado.