La pandemia COVID-19 ha creado la mayor crisis
de los sistemas educativos de los últimos años,
afectando a casi 1.600 millones de estudiantes
en más de 190 países de todos los continentes. El
cierre de escuelas y otros espacios educativos ha
afectado al 94% de la población estudiantil
mundial. En este contexto,un nuevo informe del
Secretario General de la ONU, António Guterres,
reafirma que la educación es un derecho
humano fundamental y aconseja a los gobiernos
que fortalezcan la recuperación educativa
mediante un fuerte enfoque basado en la
equidad y la inclusión.
A mediados de julio de este año, las escuelas permanecían
cerradas en más de 160 países, algo que afecta a más de
1.000 millones de estudiantes. Al menos 40 millones de
niños de todo el mundo han perdido tiempo de enseñanza
en su primer año de educación preescolar, un año
fundamental. Si bien se implementó en muchos países
modelos de educación a distancia, estos no fueron los
suficientemente sólidos para suplantar las clases
presenciales. Sin mencionar que en muchos países no se
cuenta con los medios necesarios para hacer uso de la
virtualidad, lo cual agravó aún más la situación.
Acciones Post Pandemia Covid19
Primero, reabrir las escuelas: Una vez que la
transmisión local del COVID-19 esté controlada,
devolver a los alumnos a la escuela y las
instituciones de enseñanza de la manera más
segura posible debe ser una de las prioridades
fundamentales. En este sentido, el informe
afirma que será esencial encontrar un equilibrio
entre los riesgos para la salud y los riesgos para
la educación y la protección de los niños, y tener
en cuenta también la repercusión en la
participación de las mujeres en la fuerza de
trabajo.Es fundamental consultar a los
progenitores, los cuidadores, el personal docente
y los jóvenes.
Segundo, dar prioridad a la educación en las decisiones
de financiación: Antes de la crisis, los países de
ingresos bajos y medianos ya tenían una necesidad de
fondos no satisfecha para la educación de 1,5 billones
de dólares al año. Ahora ese déficit de financiación ha
aumentado. Es por esto, que los expertos de la ONU
explican que los presupuestos para educación se
deben proteger y aumentar. En este marco, es
fundamental que la educación esté en el centro de los
esfuerzos internacionales de solidaridad, desde la
gestión de la deuda y las medidas de estímulo a los
llamamientos humanitarios mundiales y la asistencia
oficial para el desarrollo.
Tercero, dirigir la acción hacia aquellos a los que es
más difícil llegar: La ONU sugiere que las iniciativas
de educación deben procurar llegar a aquellos que
corren mayor riesgo de que se los deje atrás: las
personas en situaciones de emergencia y de crisis,
los grupos minoritarios de todo tipo, las personas
desplazadas y aquellas con discapacidades. Esas
iniciativas deben ser sensibles a las dificultades
específicas que enfrentan las niñas, los niños, las
mujeres y los hombres, y deben buscar con urgencia
cerrar la brecha digital.
Cuatro, construir hoy el futuro de la educación:
El documento afirma que tenemos una
oportunidad generacional de reimaginar la
educación y la enseñanza. En este sentido,
podemos dar un salto y avanzar hacia sistemas
progresistas que impartan educación de calidad
para todos, como trampolín para alcanzar los
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para
lograrlo, necesitamos invertir en la
alfabetización y la infraestructura digitales,
evolucionar hacia el aprendizaje de cómo
aprender, revitalizar el aprendizaje continuo y
reforzar los vínculos entre los sectores formal e
informal de la educación.