CONSUMOS CULTURALES:
PÚBLICOS, MERCADOS Y
POLÍTICAS
Nos referimos a las prácticas de relación de los públicos con
los bienes y servicios producidos dentro del campo cultural,
que incluye tanto el subcampo de la producción artística
como el de la cultura de masas generada por las industrias
culturales
Políticas culturales
hacia el consumo
Existe resistencia a
desarrollar políticas
culturales, porque se
consideran actividades
de ocio
Se cuestiona el
reconocimiento de
la relevancia económica,
social y política
Las autoridades, las industrias
culturales recursos para la
generación de riqueza y
empleos.
El consumo no es algo “privado,
atomizado y pasivo”, sino
“eminentemente social,
correlativo y activo”
Globalización y
consumo cultural el
derecho a la
diversidad
La infructuosa iniciativa de la
Secretaría de Hacienda proponía
en 2004 “fusionar” organismos
que promueven las artesanías, la
distribución de libros, el cine y la
formación de cineastas
Se pelea contra las majors
estadounidenses, cobijadas
por la expansión global
Las grandes empresas
distribuidoras de la MPA,
que operan en forma de
cartel,
Reclaman su intervención en la
defensa de los derechos
culturales se niegan a seguirle
dejando el campo libre al
mercado
La formación de
públicos: un área
clave para las
políticas culturales
hacia el consumo
Las instituciones estatales se enfrentan a las
ofertas privadas de consumo, como la
frecuentación de centros comerciales, el
vínculo con los medios de comunicación y el
consumo cultural mediado por las pantallas
que han generado las nuevas tecnología
Las instituciones gubernamentales
encargadas de la promoción y la
difusión cultural han limitado la
formación de públicos a multiplicar la
oferta de bienes culturales
“las políticas públicas continúan
mayoritariamente siendo cómplices del
empobrecimiento de la producción
endógena y de la desigual segmentación
de los consumos culturales”
El reconocimiento de la heterogeneidad de lo
que suele simplificarse bajo el rubro de “el
público” obliga a los responsables de la
elaboración de políticas culturales a
detenerse en el diseño de estrategias
multisectoriales.
Conocer a los
públicos
La realización y el ordenamiento
comparativo de las estadísticas
culturales aún es incipiente. No se
cuenta con departamentos de
estudios que sistematicen la
información de estos campos.
Sus datos son generales,
imprecisos, no siempre confiables
yde difícil comparación de un año a
otro.
la Encuesta Nacional de Prácticas y
Consumo Culturales –publicada a
mediados de 2005–, impulsada por el
Consejo Nacional para la Cultura
(UNAM), ha venido a transformar el
árido panorama de la información
cultural y quizá alimentará el
desarrollo de investigaciones
Participación civil
en la cultura
Un fuerte impulso ciudadano de participación en
el quehacer cultural por parte de organizaciones
civiles, agrupaciones artísticas, el sector privado
y colectivos urbanos. han contribuido de forma
decisiva en la construcción de la agenda cultural
, alentando el reconocimiento de los derechos
culturales,
Para fortalecer la participación
civil, es necesario entonces un
nuevo compromiso de los
poderes públicos,
Las grandes empresas
distribuidoras de la
MPA, que operan en
forma de cartel,
La ausencia de un marco jurídico para
la gestión y los derechos culturales, así
como la falta de reconocimiento de la
cultura como sector económico, han
hecho que no se tengan reglas claras
para que pueda hacer funcionar
iniciativas autónomas en la cultura