Es a partir de la fragmentación de la URSS que Rusia queda como mejor asentado y con cierta
responsabilidad de retomar el lugar vació que ha quedado, pero también se afrenta a una duda existencial
frente al entorno internacional, debe encontrar, sentido e identidad dentro del espacio caótico, responder a la
contingencia, que refleje a través de su política exterior, la cual en primer momento resulta desdibujada,
poco congruente, hasta el punto de mostrar grandes fracasos, orillándola a posicionarse por una visión
contraria.
Al comienzo Moscú dirige la atención al Occidente, en 1992 Yeltsin se encuentra visitando Washington,
Ottawa, Londres y París, donde se busca: favorecer el camino para que Rusia sea aceptado en la sociedad
de “países civilizados“, garantizar el máximo apoyo moral y material de estos países transformaciones
internas de Rusia, se trata de asegurar la transformación democrática de la sociedad y la imposición de las
reformas económicas liberales; abrir con esto líneas de créditos del Grupo de los Siete, fondo Monetario
Internacional, Banco Mundial y Unión Europea para el proceso de reformas y buscar ayudas bilaterales.
Andrei Kozyriev quien encabezó la corriente atlantista, señala: nosotros nos pronunciamos por una alianza
con los Estados Unidos y Occidente, Esta no sería una alianza dirigida contra nadie, sino una unión de
personas con el mismo pensamiento, que comparten los valores generales y trabajan juntos por el bienestar
del mundo, todo esto respondia a la búsqueda de la salida a l
Podemos caracterizar gracias a Bruce Porter la política exterior de Rusia a partir de 1991 como: Una
declinación de expansionismo y de la retorica, el sentir y la política antinorteamericana o antioccidental;
gran voluntad por entablar cooperación entre los poderes industriales occidentales; la declinación del interés
ruso con los países del tercer mundo no pertenecientes a su frontera, en África del Sur, Sudeste asiático, y
América Central; cooperación con el Oeste en la mediación de los conflictos regionales, ejemplo: Golfo
Pérsico; deterioro de las relaciones con Estados de corte Marxista, como China, Cuba y Vietnam
Occidente no responde a las expectativas rusas, prefiere actuar con cautela ante las proposiciones de
Yeltsin y Kozyriev, consideran las reformas económicas muy lentas, no lo vieron como aliado sino como un
país que podría ocupar la periferia de los desarrollos capitalistas. Para 1992 los ingresos de la población
como el intercambio comercial disminuyeron, más la falta de inversiones extranjeras, la falta de fuertes
cantidades de dinero en los prestamos, genero serias dificultades en la correlación de las fuerzas internas
rusas, una contienda interna entre atlantistas y euroasiáticos que hasta ahora se mantiene se presenta,
causando un giro en las acciones, preferencias y objetivos Rusos, llevándola a preferir a su cercano
extranjero, regresando la mira a las descuidadas repúblicas ex soviéticas por medio del CEI.
Los factores que podemos rescatar y que llevaron a readecuar la política exterior rusa son: La economía
rusa, disminución de índices macroeconómicos, contracción de consumo, ayuda y apoyo de occidente
limitados, a las expectativas creadas, no logran reactivar la economía. La necesaria búsqueda de desarrollo
la lleva a reactivar el Complejo Militar industrial. El espectro político sufre cambios, las elecciones muestran
descontento y dejan debilitados a los políticos de corte demócrata, gana fuerza posiciones de izquierda que
refrendaba la búsqueda de una política exterior independiente mucho más activa. Los militares mantienen
activa postura critica ante las perdida de sus esferas de influencia y las medidas de desarme. Los cambios
operados en la situación internacional de E.E.U.U. llevaron al detraimiento de Rusia, de un ejecutor a un
simple espectador.
A partir de 1995 posterior al giro de Rusia que se muestra en 1993, y con el triunfo de facciones de izquierda
en la política, se decide dar más apoyo por parte de Occidente, Yeltsin logró la moratoria de la deuda, el
consenso de agilizar las inversiones extranjeras y el apoyo a los procesos de reforma. Con la confirmada
candidatura de Yeltsin el FMI concede un crédito de 10,000 millones de dólares, con la condición de la
realización completa de reformas en curso. En 1996 Rusia obtiene la incorporación al consejo de Europa.
En los éxitos de la política exterior rusa podemos encontrarnos con: la visita a Moscú de lideres
occidentales; participación rusa en la reunión del G-7 en Halifax; Estableceimiento de la Unión Aduanera en
Bielarrús y Kazajstan; mejoramiento de los diferendo fronterizos con Estonia; mejoramiento de las
relaciones con China; firma del acuerdo temporal de la colaboración con la Unión Europea; aprobación de la
entrada en la OMP de Bosnia; ingreso de Rusia al Consejo Europeo; Acuerdo del G-7 para un encuentro en
Moscú sobre seguridad nuclear.
Entre los fracasos podemos contar: Ausencia de una concepción y prioridades claras en la política exterior;
perdida de prestigio y peso internacional de Rusia como gran potencia; desplazamiento de Rusia en el
proceso de regulación de los Balcanes y Cercano Oriente; Imposibilidad de contrarrestar los planes de
ampliación de la Otan hacia el este; ausencia de un proceso real de fortalecer la CEI; ausencia de
diplomacia rusa en Asia Pacífico; Carencia de una política efectiva y mecanismos de defensa de los
derechos de ciudadanos rusos en las fronteras cercanas y lejanas; mayor injerencia rusa en el conflicto
tayico-afgano.
Vladimir Putin
A partir de 1991 Rusia da ciertos vuelcos en su política exterior, de una posición atlantista, pro-occidental y
contraria a las lógicas desarrolladas durante la época soviética, se dirige a posiciones de introducción
democrática, que al no dar los resultados esperados ni el trato reciproco por parte de Occidente, se coloca a
partir de 1993 en posiciones más conservadoras donde buscará proteger sus intereses en el extranjero
cercano, o las ex repúblicas soviéticas por medio del CEI. Con el temor del creciente apoyo a las facciones
izquierdas se decide dar mayor apoyo a Rusia a partir de 1996 con la candidatura de Yeltsin; pero a pesar de
estas temáticas en el ámbito económico los resultados no mostraban cambios realmente significativos y el
proyecto perdía legitimidad constantemente, por parte de las facciones militares o los corporativos más los
de posiciones euroasiáticas o de la persecución de una lógica más independiente en la política exterior. Por
lo que en 1999 Vladimir Putin o
La situación de Rusia con la que iniciaba Putin no era nada prospera, muchas de las reformas terminaron
por causar mayor malestar que beneficio. La caída acumulada del PIB ha sido de un 40% a partir de 1998, se
ha producido un decrecimiento de 4.6% en 1998 y en 1999 de 3.2%; los factores que complejizan el
desarrollo son: la obsoleta planta industrial, el equipo y la infraestructura sumado a que la inversión ha caído
más rápido que la producción, la cual continua decreciendo, sin olvidar que el 50% del PIB se estimaba
perteneciente a la mafia. Los procedimientos de bancarrota fueron aplazados debido al riesgo político que
traería cerrar cientos o miles de empresas. También se ha producido una creciente salida de capitales, a
causa de la inestabilidad política, perdida de confianza en el rublo, como receptor de calores después de la
inflación de 1992, el deseo de evadir impuestos excesivos y arbitrarios más la poca protección a los
derechos de propiedad. El primero de enero de 1999 la
Sumado a lo anterior esta la constante facción que considera que Rusia no necesita de IED para propiciar
su crecimiento, puede solventarse a sí misma por sus propios recursos; la IED en Rusia es alta, claro que
sólo se concentra en ciertos puntos, en 10 de las 89 regiones que la componen, pero más allá de la decisión
de empresas de invertir o no, la propia Duma limita dicha capacidad al frenar la entrada de IED en sectores
estratégicos; lo cual ha generado un índice de inseguridad a la entrada de capital por las contrariedades
gubernamentales, ejemplo claro es la renuncia de Dimitri Vasilev.
Para dar entrada al capital externo de forma que pueda dar pauta al crecimiento, tanto Putin como su
ministro Kasyanon le hacen frente a la corrupción a la liberalización de precios, racionalizar el sistema
fiscal y la reducción del gasto gubernamental.
Putin en su política exterior tiene 2 objetivos: revitalizar la relación económica con el Occidente que ha sido
diezmada por varias razones, entre ellas el caos y la corrupción que permearon durante el régimen de
Yeltsin, el gran reto para Putin es convencer a Occidente de su ataque a la corrupción, y la consolidación
del poder federal no significan un totalitarismo sino un programa de reformas. Putin debe continuar poniendo
más en practica una política exterior distinta hacia China, a diferencia de Yeltsin de usarla como vehículo de
presión a E.E.U.U ante la falta de prestamos e inversiones dentro del país.
Rusia en la Comunidad de EstadosIndependientes.
La desintegración de la Unión Soviética, obligo a los dirigentes a responder frente a la contingencia. Dentro
del CEI empezaron a buscar la búsqueda de protagonismo propios lejos a la matriarca rusa, tanto ciertas
facciones aún preferentes a la vieja estructura inexistente. Con la caída se produce despertar de viejos
nacionalismos, en busca de un desarrollo propio; sin olvidar la amenaza de las minorías rusas que tenían
dentro de sus territorios; puesto que Yeltsin podía llevar acabo un fácil movimiento de obtener territorio al
tomar como argumento la protección de sus connacionales; frente a esta situación y la falta de recursos para
llevar acabo su proyecto de desarrollo propio se reacomodan en el CEI.
Si bien Rusia se enfrentaba ante la búsqueda de una nueva identidad frente a la incertidumbre que causaba
la perdida de la URSS, se encontró con ciertas contradicciones dentro de la CEI, en el caso Ucraniano,
donde las presiones se han llevado acabo en cuestiones económicas para propiciar la negociación; pero e
punto primordial es que Moscú no concentra sus intereses en el CEI, tiene un perfil en el Occidente y
Estados Unidos para dar pauta a su desarrollo, comenzando a descuidar a las Ex republicas soviéticas, y
enfrentándose al dilema de que se encuentra totalmente limitado frente a sus capacidades y el objetivo de
crecimiento como de mantenimiento de su hegemonía regional, porque se afrenta ante nuevos actores antes
no considerados.
Posteriormente a 1993, se dan cuenta los países miembros que la CEI, puede propiciar un camino de
crecimiento frente a la falta de atención del Occidente, y Rusia reacomoda sus posiciones en su el cercano
extranjero; Yeltsin ve con recelos los movimientos de independencia a los conflictos del CEI, busca que la
ONU reconozca su capacidad de intervenir en el ámbito de seguridad en el territorio de la exURSS, dejando
entrar cascos azules RUSOS en Georgia y Tayikistán. Con ello se busca legitimar so presencia militar y
obtener apoyo político y financiero para manutención de la misma. Moscú mira con recelo a países como
Alemania, China, Turquía, Irán, etc. Que puedan buscar tener pertinencia en la región que considera de su
pertenencia, se dibuja como pacificador de la región.
La búsqueda de mantener presencia en sus alrededores, le costo mucho a Rusia, puesto que era el único
país de la CEI que donaba al resto, (En nov de 1994 transfería 10 mil millones de dólares; para nov de 1995
los países debían 14,1 trillones de rublos) si bien esto produce cierta estabilidad económica, Rusia siempre
ha buscado tener a su disposición indirectamente el poder de mercancías, e intercambio con dichos países,
pero eso no es así, en 1995 se produce la negativa a la firma de un tratado para mejorar las relaciones
político militar en la comunidad por parte de Ucrania, Moldova, Azerbaiyan y Turkmenistán.
Uno de los principales problemas de la CEI es la falta de integración que refleja a pesar del engorroso
campo de papeleo firmado entre quienes la integran, no existen mecanismos de cooperación multilateral, y
la mayoría de las negociaciones se producen en sentido bilateral. A cinco años de su creación en 1991 se
nota una estructura limitada, frustrada e inoperable por el predominio bilateral sobre la propuesta comunitaria,
lo que también es problema para Rusia, porque sólo entorpece su calidad de dirigente en la organización.
La discusión para Rusia es la necesidad de un camino hacia la integración con los países participes de la
CEI, o por lo menos un encaminado a posiciones que propicien un trabajo colectivo para dar pauta al
crecimiento como a la protección de dicho territorio; no a la construcción de relaciones dependientes, puesto
que la salida de manera independiente por parte de algunas ex repúblicas es la búsqueda de otros países
con fuerza o en mejor situación que puedan propiciar su crecimiento dentro de la región, como Turquía e Irán.
Si bien Rusia se encuentra en una posición peligrosa por la necesaria concentración a los ámbitos internos
como a la búsqueda de presencia externa, la ha conllevado a descuidar uno de los dos ámbitos o a no darle
la debida atención a ambos, dejando sus objetivos por debajo de las expectativas.