Segunda Guerra Mundial

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antonia ernestina lugo  garnica
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La Alemania nazi y el imperio japonés desataron la Segunda Guerra Mundial con la intención de establecer, mediante la conquista militar, un dominio permanente sobre Europa y Asia respectivamente. Estos dos países eran los miembros más importantes de la alianza del Eje, que estaba basada en el anticomunismo y la insatisfacción con el orden mundial después de la Primera Guerra Mundial. Bajo el liderazgo del dictador Adolf Hitler, la Alemania nazi buscaba la adquisición de un vasto y nuevo imperio de "espacio vital" (Lebensraum) en Europa Oriental y en la Unión Soviética. El liderazgo nazi calculaba que la concreción de la hegemonía alemana en Europa demandaría entablar una guerra y comenzó a planificar una guerra europea a partir del día en que los nazis llegaron al poder a fines de enero de 1933. El imperio japonés seguía una política de conquistas militares que gozaba del apoyo de su emperador, la cúpula militar y muchos miembros de la élite culta que buscaban el dominio y la influencia de Japón en todo el este asiático y el Océano Pacífico. En 1936, Alemania y Japón formaron un frente anticomunista que apuntaba a la Unión Soviética. Ese mismo año la Italia fascista y la Alemania nazi formaron la alianza del Eje, poco después de que Italia concretara su brutal y exitosa conquista de Etiopía. Japón inició su política de conquistas militares invadiendo el territorio chino de Manchuria en septiembre de 1931. Seis años más tarde, en julio de 1937, Japón invadió a la propia China y así desató la Segunda Guerra Mundial en Asia. Después de incorporar a Austria y las tierras de los checos sin tener que recurrir a la guerra en 1938 y 1939, y habiéndose asegurado la neutralidad de la Unión Soviética, gobernada por el dictador Joseph Stalin, mediante un pacto de no agresión, Alemania invadió Polonia. La invasión del 1 de septiembre de 1939 inició la Segunda Guerra Mundial en Europa. Como habían permitido que la Alemania nazi destruyera el estado checoslovaco de entreguerras, Gran Bretaña y Francia habían garantizado la integridad de las fronteras de Polonia en abril de 1939. Entonces respondieron a la invasión alemana de Polonia declarándole la guerra a Alemania el 3 de septiembre. En un mes, las fuerzas alemanas y soviéticas conquistaron Polonia y dividieron el estado polaco. El cese temporal posterior a la derrota de Polonia finalizó el 9 de abril de 1940 cuando las fuerzas alemanas invadieron Noruega y Dinamarca. Dinamarca se rindió ese mismo día. Noruega resistió hasta que, a comienzos de junio, las fuerzas alemanas pudieron ocupar todo el país. El 10 de mayo de 1940, Alemania comenzó a atacar a Europa Occidental invadiendo Francia y los Países Bajos (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), que eran neutrales. A fines de mayo, los Países Bajos quedaron bajo ocupación alemana. El 22 de junio de 1940, Francia firmó un armisticio con Alemania. El armisticio posibilitó la ocupación alemana de la mitad norte de Francia y permitió el establecimiento de un régimen colaboracionista en el sur con sede en Vichy. Del 10 de julio al 31 de octubre de 1940, los alemanes libraron, y finalmente perdieron, una batalla aérea contra Inglaterra, conocida como la Batalla de Gran Bretaña. Según los acuerdos con la Alemania nazi en 1939 respecto a la esfera de influencia, la Unión Soviética invadió Finlandia a fines de noviembre de 1939. Tras una amarga batalla librada en invierno, los soviéticos forzaron a los finlandeses a ceder el territorio de las costas del norte del Lago Lagoda, situadas al norte de Leningrado (San Petersburgo), y la costa del Ártico en marzo de 1940. Alentada por los alemanes, la Unión Soviética ocupó los estados bálticos en junio de 1940 y se los anexó en agosto de ese mismo año. Los soviéticos también le quitaron Besarabia y el norte de Bucovina a Rumania a fines de junio de 1940. Italia entró a la guerra el 10 de junio de 1940 e invadió el sur de Francia el 21 de junio. Insatisfecho con la parte del botín que le había tocado a Italia en las negociaciones del armisticio, el dictador fascista Benito Mussolini atacó Grecia en octubre de 1940 desde Albania (tomada por los italianos en abril de 1940). A fines de octubre de 1940, los italianos también atacaron las fuerzas británicas en Egipto desde Libia, que estaba bajo control italiano. Ambas aventuras terminaron en un desastre militar que requirió la intervención de Alemania. Alemania incitó a Hungría, Rumania y Eslovaquia en noviembre de 1940 y a Bulgaria en marzo de 1941 para que se unieran al Eje. En abril de 1941, Alemania -- con el apoyo de Italia, Hungría y Bulgaria -- invadió y desmembró a Yugoslavia. A mediados de junio, las potencias del Eje habían doblegado a Grecia. Del colapso de Yugoslavia surgió el llamado Estado Independiente de Croacia, bajo la dirección de la organización fascista y terrorista Ustasha. El nuevo Estado, que comprendía a Bosnia y Herzegovina, formalmente se unió al Eje el 15 de junio. Alemania ocupó el este de Eslovenia, el Bánato serbio y la mayor parte de la propia Serbia. Italia tomó a Istria y el oeste de Eslovenia, unió la provincia de Kosovo a Albania y ocupó la costa croata-dálmata y Montenegro. Hungría anexó a Backa, situada en el noreste de Yugoslavia, la Macedonia bajo ocupación búlgara y la provincia serbia de Pirot. Después de permitir que Bulgaria ocupara la Tracia griega, Alemania e Italia dividieron a Grecia en zonas de ocupación, con los italianos en el oeste y los alemanes en el este. El 22 de junio de 1941, los alemanes y sus socios del Eje (excepto Bulgaria) invadieron la Unión Soviética en absoluta violación del Pacto Alemán-Soviético de agosto de 1939. Finlandia, que buscaba desagraviar su derrota del invierno de 1939-1940, se unió al Eje y a la invasión alemana. A fines de octubre de 1941, las tropas alemanas se habían adentrado profundamente en la Unión Soviética, invadiendo los estados bálticos y sitiando a Leningrado en el norte; habían invadido Smolensk y marchaban hacia Moscú en el centro; habían tomado Kiev (Kyiv) y se acercaban a Rostov en la desembocadura del río Don en el sur. El endurecimiento de la resistencia del Ejército Rojo en agosto y nuevamente en noviembre de 1941 evitó que los alemanes tomaran las ciudades clave de Leningrado y Moscú. El 6 de diciembre de 1941, las tropas soviéticas lanzaron una importante contraofensiva que expulsó a los alemanes permanentemente de las afueras de Moscú. Un día después, el 7 de diciembre de 1941, Japón, que todavía estaba librando batalla en la China continental, lanzó un ataque aéreo sorpresa en Pearl Harbor, Hawái. Estados Unidos inmediatamente le declaró la guerra a Japón. Gran Bretaña hizo lo mismo. El 11 de diciembre, Alemania e Italia le declararon la guerra a Estados Unidos. Durante el invierno de 1941-1942, los japoneses atacaron y conquistaron Filipinas, la Indochina francesa (Vietnam, Laos y Camboya) y el Singapur británico. Al finalizar la primavera y comenzar el verano de 1942, los británicos pudieron frenar el avance japonés en Birmania; y Estados Unidos derrotó firmemente a la armada japonesa en Midway en el Pacífico. En agosto de 1942, las fuerzas estadounidenses detuvieron el avance japonés en las islas del Pacífico en dirección a Australia, en Guadalcanal, en las Islas Salomón. En mayo de 1942, la Real Fuerza Aérea británica llevó adelante un asalto a la ciudad alemana de Köln (Colonia) con mil bombarderos, y ésta fue la primera batalla en territorio alemán. Durante los tres años siguientes, las fuerzas aéreas aliadas bombardearon sistemáticamente ciudades y plantas industriales de todo el Reich, con lo que en 1945 habían reducido a escombros a buena parte de las zonas urbanas de Alemania. A fines de 1942 y comienzos de 1943, las fuerzas anglo-estadounidenses lograron una serie de significativos triunfos militares en el norte de África. El hecho de que las fuerzas armadas francesas de Vichy no resistieran permitió que los Aliados ocuparan rápidamente el norte francés de África hasta la frontera tunecina a pocos días de desembarcar en las costas de Marruecos y Argelia, el 8 de noviembre de 1942. Esto también desencadenó la ocupación alemana de la Francia de Vichy el 11 de noviembre de 1942. La victoria británica sobre los Afrika Korps alemanes en El Alamein (Egipto) a fines de octubre de 1942 precipitó la huída de las unidades militares del Eje hacia el oeste atravesando Libia y el este de Túnez. Atrapadas en Túnez, las fuerzas del Eje en África, aproximadamente 150.000 soldados en total, se rindieron en mayo de 1943. En junio de 1942, los alemanes y sus socios del Eje reanudaron su ofensiva en la Unión Soviética, y llegaron a Stalingrado (Volgogrado) sobre el río Volga, tomaron la península de Crimea y penetraron en las profundidades de la región del Cáucaso a fines de septiembre de 1942. En noviembre, las tropas soviéticas lanzaron una contraofensiva en el noroeste y sudoeste de Stalingrado que aisló a las fuerzas alemanas que estaban en la ciudad. El 2 de febrero de 1943, el Sexto Ejército Alemán se rindió ante los soviéticos. Los alemanes organizaron una ofensiva más en Kursk en julio de 1943, la mayor batalla con tanques de la historia, pero las tropas y los tanques soviéticos debilitaron el ataque y asumieron una iniciativa militar que no volverían a abandonar. A fines de 1943, los alemanes se vieron forzados a evacuar el Cáucaso y a abandonar Kiev. En julio de 1943, los aliados occidentales desembarcaron con éxito en Sicilia. Esto precipitó la decisión del Gran Consejo del Partido Fascista Italiano de deponer a Mussolini. Al mando del Mariscal de Campo Pietro Badoglio, el ejército italiano aprovechó el vacío político para derrocar al régimen fascista y reemplazarlo por una dictadura militar. A comienzos de septiembre, inmediatamente antes del desembarco de las fuerzas anglo-estadounidenses en Salerno, cerca de Nápoles, el gobierno de Badoglio se rindió incondicionalmente ante los Aliados el 8 de septiembre. Las tropas alemanas apostadas en Italia tomaron el control del norte de Italia y continuaron resistiendo. Mussolini, que había sido arrestado por las autoridades militares italianas, fue rescatado por comandos de las SS en septiembre y estableció (bajo supervisión alemana) un régimen títere neofascista en el norte de Italia. Los Aliados desembarcaron exitosamente cerca de Anzio, en las inmediaciones del sur de Roma, pero no pudieron tomar Roma hasta comienzos de junio de 1944. Las tropas alemanas continuaron ocupando el norte de Italia y resistieron tenazmente hasta que se rindieron, el 2 de mayo de 1945. Tras la liberación de Roma, las fuerzas aéreas aliadas pudieron bombardear blancos alemanes en Europa Oriental, como las plantas de combustible y goma sintéticos de Auschwitz-Monowitz en Silesia. El 6 de junio de 1944 (el día D), más de 150.000 soldados aliados desembarcaron en las costas de Normandía (Francia). Después de estar atrapados en la costa de Normandía durante seis semanas, los británicos y los estadounidenses lograron escapar el 25 de julio y liberaron París el 25 de agosto. El 11 de septiembre de 1944, las primeras tropas estadounidenses cruzaron hacia Alemania. En diciembre, toda Francia, la mayor parte de Bélgica, y parte del sur de Holanda habían sido liberadas. El 22 de junio de 1944, las fuerzas soviéticas destruyeron el Centro del Grupo del Ejército Alemán en el este de Bielorrusia. Partieron rápidamente hacia el oeste hasta el río Vístula frente a Varsovia el 1 de agosto de 1944. A comienzos de agosto, las tropas soviéticas, que habían conquistado la provincia de Besarabia al este de Rumania, aparecieron en el río Prut y prepararon un golpe en el corazón de Rumania, con lo que precipitaron la rendición de Rumania el 23 de agosto. Los búlgaros se rindieron el 8 de septiembre de 1944. Estos acontecimientos forzaron a los alemanes a evacuar Grecia, Albania y el sur de Yugoslavia. Para adelantarse a los esfuerzos del gobierno húngaro orientados a buscar la paz por separado, Alemania había ocupado Hungría el 19 de marzo de 1944. Entonces, en octubre, Alemania había patrocinado un golpe de estado del extremista Partido de la Cruz Flechada para evitar otro esfuerzo húngaro por rendirse. Finalmente, la aparición de tropas soviéticas en la frontera finlandesa indujo a los finlandeses a pedir el armisticio el 12 de septiembre de 1944. En agosto de 1944, el clandestino Ejército Nacional polaco y las organizaciones de la resistencia nacional eslovaca se levantaron contra los alemanes para liberar Varsovia y Eslovaquia del dominio alemán; los alemanes pudieron reprimir ambos levantamientos. El 16 de diciembre de 1944, los alemanes lanzaron un infructuoso contraataque en Bélgica y el norte de Francia, conocido como la Batalla de las Ardenas. El día de Año Nuevo, las tropas británicas y estadounidenses habían obligado a los alemanes a replegarse a Alemania. El 12 de enero de 1945, los soviéticos reanudaron la ofensiva y liberaron Varsovia y el oeste de Polonia. En diciembre, los soviéticos habían rodeado Budapest, aunque la ciudad no cayó hasta el 13 de febrero de 1945. A comienzos de abril, los soviéticos habían expulsado a lo que quedaba del régimen de la Cruz Flechada de Hungría y habían forzado la rendición de la República Eslovaca fascista con la caída de Bratislava, el 4 de abril de 1945. El 13 de abril, los soviéticos tomaron Viena, mientras los partisanos del Mariscal Josip Tito imponían la huída de los líderes de la Ustasha y el colapso del llamado Estado Independiente de Croacia. A mediados de febrero de 1945, los Aliados bombardearon Dresde y mataron a unos 35.000 civiles alemanes. Las tropas estadounidenses cruzaron el río Rin en Remagen el 7 de marzo de 1945. El 16 de abril de 1945, una ofensiva final soviética permitió que las fuerzas soviéticas cercaran Berlín. El 30 de abril de 1945, mientras las tropas soviéticas avanzaban hacia la Cancillería del Reich, Hitler se suicidó. El 7 de mayo de 1945, Alemania se rindió incondicionalmente ante los Aliados occidentales en Reims y el 9 de mayo ante los soviéticos en Berlín. Después de expulsar a los japoneses de las Islas Salomón en noviembre de 1942, las fuerzas británicas y estadounidenses comenzaron a moverse lentamente hacia el norte, de isla en isla hacia Japón, mientras las fuerzas británicas trabajaban con el Gobierno Nacionalista Chino para luchar contra los japoneses en China. En una campaña paralela, el movimiento comunista chino luchaba contra los japoneses al tiempo que se defendía de los ataques de los nacionalistas. En octubre de 1944, las tropas estadounidenses desembarcaron en Filipinas. En mayo de 1945, las tropas británicas y estadounidenses habían conquistado Okinawa, la última de las principales bases japonesas antes de la del propio Japón. El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica en Hiroshima y luego lanzó una segunda bomba atómica en Nagasaki, el 9 de agosto. El 8 de agosto, la Unión Soviética le declaró la guerra a Japón e invadió el territorio de Manchuria bajo ocupación japonesa. Menos de una semana más tarde, el 14 de agosto de 1945, Japón aceptó rendirse; la ceremonia formal tuvo lugar el 2 de septiembre. La Segunda Guerra Mundial había terminado. Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial murieron 55 millones de personas en todo el mundo. Si bien las siguientes estadísticas están sujetas a variaciones en el material fuente disponible, sirven como referencia para hacer cálculos. En batalla, Estados Unidos tuvo 292.129 bajas y 139.709 desaparecidos en acción. La Unión Soviética tuvo 8.668.400 bajas y otros 4.559.000 desaparecidos. Alemania tuvo 2.049.872 bajas y 1.902.704 desaparecidos. China tuvo 1.324.516 bajas y 115.248 desaparecidos. Japón tuvo 1.506.000 bajas y 810.000 desaparecidos. Gran Bretaña tuvo 397.762 bajas y 90.188 desaparecidos. La enorme cantidad de civiles muertos es igualmente sobrecogedora. La Unión Soviética perdió 14.012.000 civiles, cifras que incluyen entre un millón y un millón y medio de judíos. China perdió más de un millón de civiles, mientras que Polonia perdió casi cinco millones de civiles, entre quienes había tres millones de judíos. Otros artículos La Segunda Guerra Mundial Segunda Guerra Mundial: cronología Cronología del Holocausto (1 DE SEPTIEMBRE DE 1939 - 2 DE SEPTIEMBRE DE 1945) Copyright © United States Holocaust Memorial Museum, Washington, DC Esta página también está disponible en:

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Segunda Guerra Mundial : Fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia universal en el que se enfrentaron los países que conformaban las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Tras seis años de dura lucha, el 14 de agosto de 1945, se declara el final de la guerra con la victoria de los Aliados ocurrida tras la caída de los regímenes de Adolf Hitler en Alemania y Hideki Tojo en el Imperio del Japón. Cifras conservadoras establecen que la guerra causó la muerte de alrededor de 60 millones de personas[1], siendo la Unión Soviética, China y Alemania, las naciones que más víctimas tuvieron. Luego de finalizada la guerra el mundo quedó divido en dos bloques, el bloque capitalista, liderado por los Estados Unidos y con influencia sobre Europa Occidental y otros dominios, y el bloque comunista, liderado por la URSS y con influencia sobre Europa del Este. Contenido  [ocultar]  1 Datos generales 2 Causas 2.1 Causas en Europa 2.1.1 Resentimiento alemán 2.1.2 Situación italiana 2.1.3 Ideologías anticomunistas: el Fascismo y el Nazismo 2.1.4 Rearme alemán 2.1.5 Debilidad de la Sociedad de las Naciones 2.1.6 La Guerra Civil Española (1936-1939) 2.1.7 El Pacto de Acero 2.1.8 El Pacto tripartito 2.1.9 Pacto germano-soviético 2.2 Causas en Asia 2.2.1 Expansionismo japonés 3 Transcurso de la guerra 3.1 Teatro europeo 3.1.1 Invasión a Polonia 3.1.2 Invasión a Finlandia 3.1.3 Campaña del Norte o de Noruega 3.1.4 Batalla de Francia 3.1.5 Bombardeos a Inglaterra 3.1.6 Campaña de los Balcanes (1941) 3.1.7 Gran Guerra Patria 3.1.8 Apertura de los frentes europeos 3.1.8.1 Frente del Mediterráneo 3.1.8.2 Reapertura del Frente Occidental 3.1.9 Batalla de Berlín 4 Consecuencias históricas 5 El juicio de Nuremberg 5.1 Antecedentes 5.2 ¿Por qué Nuremberg? 5.3 Los cargos de la acusación 5.4 Sentencia 5.5 Ejecución 6 Referencias 7 Fuentes bibliográficas 8 Enlaces externos 9 Fuentes Datos generales En la Segunda Guerra Mundial tomaron parte 72 Estados,[2] los efectivos de todos los ejércitos participantes fueron 110 millones de hombres, de los cuales murieron 34 millones (31 % del total), 28 millones de hombres quedaron mutilados (25 % del total de los efectivos), las bajas en la población civil sobrepasaron los 24,8 millones de personas, desaparecieron más de 5 millones de personas y los gastos se calculan en más de 935 000 millones de dólares.[2] Como consecuencia de la agresión nazi fascista la Unión Soviética perdió el 50 % de su potencial económico, entre ello la vital industria pesada de la Cuenca del Donez y los centros agrícolas de Ucrania y Bielorrusia. Lo cual se explica porque hasta mediados de 1944, un 95 % del potencial de guerra alemán estaba en el frente oriental. Alrededor de 20 millones de ciudadanos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas perdieron su vida y 25 millones sus casas, pues quedaron destruidas por aquella guerra. A los soviéticos les destruyeron más de 30 000 fábricas; Alemania prácticamente perdió toda su infraestructura industrial: se destruyeron más de 2 250 000 viviendas y otras 2,5 millones fueron parcialmente destruidas. Se dice que quedaron más de 400 millones de metros cúbicos de escombros. China perdió entre 3 y 8 millones de personas, 6 millones de judíos fueron exterminados, dentro del llamado Holocausto judío. El 13 de febrero de 1945, la aviación aliada destruyó la ciudad de Dresden, en Alemania, donde casi 130 mil personas, (la mayoría de ellos refugiados) murieron a causa de este bombardeo. Otras ciudades como Berlín, Hamburgo, Munich y Nuremberg fueron destruidas en la misma campaña aérea, en cuyos ataques masivos participaron más de 1 000 bombarderos.     Centenares de cuerpos de prisioneros muertos en el campo de concentración de Nordhausen (foto tomada el 12 de abril de 1945) Uno de los crímenes más horrendos cometidos por el fascismo alemán durante la Segunda Guerra Mundial, fue el llamado holocausto donde millones de personas, entre ellos judíos, islámistas, homosexuales y comunistas, fueron exterminados en cerca de 20 campos de concentración y exterminio humanos creados para asesinar a seres humanos. Aún no se ha determinado con exactitud, el total de personas que perdieron sus vidas en esos campos de la muerte, aunque cifras conservadoras estiman las víctimas en 20 millones de personas en su gran mayoría civiles, mujeres, niños, ancianos, minusválidos y discapacitados. Causas Causas en Europa Resentimiento alemán El 9 de noviembre de 1919, el Imperio Alemán, uno de los promotores e impulsores de la Primera Guerra Mundial había caído tras la abdicación del kaiser Guillermo II y la posterior proclamación de la República alemana o República de Weimar. El nuevo gobierno, dividido entre socialistas y conservadores tuvo que encarar las consecuencias de la aplicación de los acuerdos del Tratado de Versalles[3], el cual establecía en algunas de sus clausulas las siguientes medidas: Pago de indemnizaciones por parte de Alemania a los Aliados por las perdidas económicas sufridas por los mismos a causa de la guerra. Reducción del ejército alemán a la cantidad de 100 mil hombres, sin el derecho de poseer ninguna arma moderna de combate (tanques, aviación y submarinos). Reducción de la Flota Alemana a buques menores a las 10 mil toneladas. Pérdida de importantes y estratégicos territorios alemanes como Alsacia y Lorena, Sarre, Schleswig-Holstein, gran parte de la región de Prusia Occidental y la mayoría de las colonias alemanas en África y Oceanía. Tales medidas condicionaron la formación de un resentimiento hacia la pérdida de territorio nacional así como por el robo de la soberanía de Alemania y su gobierno, los cuales pasaron a ser controlados por entes externos como los gobiernos de Francia y Reino Unido asi como la Sociedad de Naciones. Dentro de ese contexto, se comienza a formar el llamado movimiento "nacionalsocialista" el cual en sus inicios estuvo dirigido por el Partido Obrero Alemán hasta que el 24 de febrero de 1920 el partido cambiara de nombre para convertirse en Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán cuya figura principal era Adolf Hitler. Situación italiana Italia, una de las vencedoras de la Guerra, no recibió suficientes concesiones territoriales para compensar el costo de la guerra ni para ver cumplidas sus ambiciones, por ello no había quedado con la repartición de territorios en virtud del Tratado de Versalles, en la cual Francia, Reino Unido y Bélgica habían sacado los mayores resultados. Por otra parte, la dura situación en los campos así como la carestía en las ciudades, hicieron crecer el descontento popular hacia el gobierno socialista encabezado por el Partido Socialista Italiano y con ello el ascenso al poder del Partido Nacional Fascista de Benito Mussolini. Ideologías anticomunistas: el Fascismo y el Nazismo Fascismo: Mussolini fundó en 1914 un periódico, "Il popolo d'Italia", tribuna que utilizó para incitar la entrada de Italia a la Primera Guerra Mundial.[4] Al término del conflicto bélico, creó una unión de ex-combatientes bautizada como "FFasci di combattimento".[4] De este grupo nació el movimiento fascista, de cuño nacionalista y anticomunista. Los fascistas declararon la lucha al comunismo y al débil gobierno de la época, organizando expediciones a los pueblos italianos, donde obligaban a dimitir a los alcaldes socialistas.     Benito Mussolini Benito Mussolini estableció en Italia en 1922 la primera dictadura fascista. Su régimen fue nacionalista y totalitario. La economía se organizó en base a corporaciones gremiales que agrupaban a obreros y patrones. El corporativismo es una de las características principales que identificaron al fascismo. La preparación militar de la población fue otro de los objetivos del régimen fascista. El propio Mussolini, firmó una entrada en la Enciclopedia Italiana en 1932 titulada doctrina del fascismo[5][6]. Actualmente suele citarse a ese texto como la definición "original" del fascismo italiano, el cual, a su vez, es considerado el fascismo "original". Aunque el XIX fuera el siglo del socialismo, el liberalismo y la democracia, eso no significa que el siglo XX deba ser también el del socialismo, el liberalismo y la democracia. Las doctrinas políticas pasan; las naciones permanecen. Somos libres de creer que este es el siglo de la autoridad, un siglo que tiende hacia 'el bien', un siglo fascista. Si el XIX fue el siglo del individuo (liberalismo implica individualismo), somos libres de creer que este es el siglo del 'colectivo', y por tanto el siglo del estado. La concepción fascista del estado es totalmente incluyente; fuera del mismo no puede existir ningún valor humano o espiritual, mucho menos tener valor. Comprendido esto, el fascismo es totalitario, y el estado fascista - síntesis y unidad que incluye todos los valores - interpreta, desarrolla y potencia toda la vida de un pueblo. (...)El fascismo es una concepción religiosa, en la que un hombre es visto bajo la perspectiva de su relación inmanente con una ley superior y con una Voluntad objetiva, que trasciende al individuo particular y le eleva a la pertenencia consciente a una sociedad espiritual. Cualquiera que no haya visto en las políticas religiosas del régimen fascista nada más que mero oportunismo, no ha entendido que el fascismo, aparte de ser un sistema de gobierno, es también, y sobre todo, un sistema de pensamiento Nazismo: Adolf Hitler postulaba que según las leyes naturales, los más fuertes debían imponerse a los más débiles. También consideraba que existía una tendencia natural hacia la duración de las razas, idea en la que se basó para luchar por la pureza de la raza aria, tronco étnico de lo germanos. Según Hitler, los arios eran una raza privilegiada "forjadora de cultura".[7] Los judíos, en cambio, representaban para él un pueblo destructor de esa cultura. Hitler veía en el antisemitismo un fundamento de su misión histórica. Esto le llevó a desencadenar una implacable persecución, que comenzó por despojar a los judíos de sus bienes, continuó con su discriminación en todos los aspectos y culminó con cinco millones de víctimas en los campos de concentración. Nacionalismos que se transforman en imperialismos. Las apetencias de expansión y dominio del régimen nacional socialista que desembocaron en la invasión de Polonia por Alemania, significó el estallido de la guerra dos días después. La agresión de Alemania a Polonia se hacía inevitable. Polonia, Estado eslavo, constituía una traba para la expansión hacia el este soñada por Hitler. Desde 1919, Alemania intentaba formular una reclamación de índole fronteriza a costa de Polonia, país que comprendía una minoría germana entre 700 y 800 mil individuos, que en opinión de los alemanes, las fronteras de Alta Silesia también constituían una "flagrante injusticia". Además, la cuestión de Danzig (Gdańsk) y el corredor polaco venían produciendo grandes fricciones entre Varsovia y Berlín. En 1919 Danzig se convirtió en un estado libre bajo control de la Sociedad de Naciones,[8] pero Alemania lo reivindicaba por estimar que su población era casi exclusivamente de lengua alemana. Rearme alemán Contrario a lo que se piensa, el rearme alemán no comenzó con el ascenso de Hitler sino que inició una vez acabada la Primera Guerra Mundial , durante la llamada República de Weimar. Es en esa etapa que el canciller (jefe de gobierno) Hermann Müller aprueba decretos gubernamentales que fomentan varias políticas secretas de rearme las cuales violan los condicionamientos del Tratado de Versalles. Varias investigaciones posteriores demostraron la hipótesis de que las grandes potencias (Reino Unido y Francia) conocían de los planes de rearme desde el inicio aunque no tomaron acciones para detener la carrera por considerar inofensivas las posiciones de los gobiernos durante la Primera República. Una vez que el NSAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) llega al poder, el rearme se convirtió en una prioridad de gobierno, sobre todo fundamentada en el apasionado y nacionalista discurso nazi que consideraba como un asunto de seguridad nacional la tarea de recuperar los territorios usurpados durante la Primera Guerra Mundial a Alemania. Es por ello que a partir de 1933, Hitler inició la mayor expansión de producción industrial nunca vista en Alemania. La tarea de hacer renacer en Alemania al llamado complejo militar-industrial fue toda una estrategia bien pensada y costosa. Dos hombres con grandes conocimientos en política y economía (Wilhelm Frick [9]y Hjalmar Schacht) fueron los designados por Hitler para dirigir los ambiciosos planes de rearme. Entre las políticas aprobadas estuvieron la creación de una serie de empresas"fachadalas" cuales actuaban no solo como recaudadoras de dinero para apoyar a la naciente industria sino también entidades que formaban bajo el más estricto secreto a pilotos, conductores y miembros de milicias. El rearme significó un repentino cambio de expectativas económicas para buena parte del sector industrial alemán, muy afectado por la crisis de 1929. Algunas grandes empresas, especializadas en productos y tecnologías obsoletas, se diversificaron e introdujeron innovaciones decisivas en sus estructuras productivas. Los astilleros, por ejemplo, se diversificaron para dar lugar a la industria aeronáutica, creando oportunidades para avances tecnológicos revolucionarios. Debilidad de la Sociedad de las Naciones En 1935 Mussolini había atacado Etiopía y con gran despliegue de fuerzas no tardó en vencer a las desorganizadas tropas del Negus Fallé Selassie ocupando Addis Adeba.[10] La Sociedad de Naciones aplicó unas sanciones económicas que ni siquiera impidieron la llegada del petróleo necesario para la guerra a los puertos italianos. Inglaterra permitió el paso de buques cargados de tropas por el Canal de Suez y con estos hechos la Sociedad de Naciones se desprestigió totalmente fortaleciéndose Italia y reforzándose el eje Roma-Berlín. La Sociedad de las Naciones (dominada por Gran Bretaña) no pudo evitar el estallido de nuevos conflictos internacionales ni cumplir la misión pacificadora para la que supuestamente había sido concebida. No pudo imponer el cese al fuego cuando Japón, Italia y Alemania empezaron las agresiones. A pesar de que aplicó sanciones económicas y diplomáticas, los países culpables optaron por salirse de la organización en lugar de acatarlas. La Guerra Civil Española (1936-1939) Se dice que la Guerra Civil Española fue una especie de campo de prueba, en el que se ensayaron las armas que luego habrían de usarse en la Segunda Guerra Mundial, que se inicia cuando terminó el conflicto peninsular. Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, organizar unas nuevas Fuerzas Aéreas y reimplantar el servicio militar, puso a prueba su nuevo armamento durante la Guerra Civil Española. Alemania e Italia entregaron material de guerra a Franco y enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno republicano en 1936. Las otras potencias no quisieron provocar un enfrentamiento directo y se abstuvieron de intervenir en la lucha. El Pacto de Acero El Pacto de Acero o Pacto de Amistad y Alianza entre Alemania e Italia, fue el acuerdo político-militar que selló la alianza germano-italiana y con ello el destino de Europa y la futura guerra. A pesar de que desde un inicio, Mussolini no simpatizaba con Hitler sobre todo con su discurso bélico y su imagen de una Europa germánica, el hecho de que el fascismo italiano y el nazismo alemán poseyeran fuertes similitudes los terminó acercando. En ese sentido, Hitler necesitaba la ayuda de Italia para cumplir con sus claras intensiones de invadir Polonia, además quería contar con aliados en Europa, con el objetivo de desanimar al Reino Unido y a Francia de declararle la guerra. La firma del acuerdo se concretó el 22 de mayo de 1939 en la ciudad de Berlín entre los entre los ministros de Relaciones Exteriores Galezzo Ciano por el Reino de Italia y Joachim von Ribbentrop por Alemania, sentándose las bases de un futuro apoyo militar y logístico mutuo en caso de guerra. El acuerdo contenía una cláusula secreta, donde ambos gobiernos totalitarios se comprometían a controlar sus respectivas prensas y medios de propaganda para engrandecer la imagen de ambos gobiernos. A pesar de todo, el 1 de septiembre de 1939, cuando las fuerzas alemanas ingresaron en Polonia, Mussolini y Ciano renunciaron a apoyar a Alemania en su aventura militar por miedo de un enfrentamiento con Francia y Reino Unido. No sería hasta la derrota francesa de 1940 que Mussolini validaría el Pacto de Acero, declarando finalmente la guerra al Reino Unido y a la ya derrotada Francia. El Pacto tripartito Artículo Principal: Eje Berlín-Roma-Tokio El llamado Eje Berlín-Roma-Tokio surgió tras la firma del llamado Pacto Tripartito o Pacto del Eje, el cual fue firmado en Berlín el 27 de septiembre de 1940 por Saboru Kurusu, Adolf Hitler y Galeazzo Ciano, representando al Imperio del Japón, Alemania y el Reino de Italia. Constituyó la alianza militar entre estas naciones, y oficialmente se conformaban las Fuerzas del Eje, opuestas a las Fuerzas Aliadas en la guerra. En los siguientes meses, los reinos de Hungría, Bulgaria, Rumania y Yugoslavia se adherirían al pacto, los tres primeros para recibir territorio en los Balcanes, y el último para evitar ser invadido. El Estado Eslovaco también se adhirió al Pacto tras la desmembración de Checoslovaquia. Para la fecha de firma del pacto, Italia y Alemania ya habían iniciado campañas militares contra los Aliados. Mientras Japón había ocupado pacíficamente a la Indochina francesa, luego de presionar a las autoridades francesas coloniales que no podían contar con ayuda alguna de la metrópoli (invadida por la Wehrmacht desde el mes de junio). Hasta entonces, la potencia colonial de Asia, el Reino Unido, había destinado unidades militares en pequeño número para la protección de sus colonias, en parte porque la mayoría de sus tropas ya estaban muy ocupadas luchando contra Alemania. Solamente los Estados Unidos habían estado preparándose para hacer frente a la amenaza militar nipona, pero no estaban preparados para afrontar una guerra en dos frentes, es decir contra Alemania y Japón de modo simultáneo. El Pacto Tripartito reconocía las esferas de influencia de los tres miembros originales, y promovía la cooperación entre sus miembros para establecer un nuevo orden mundial, y para promover la prosperidad y bienestar de sus pueblos. También ordenaba a sus miembros apoyar, por todos los medios posibles, a un miembro que fuera atacado por una potencia externa, exceptuando a las que ya estaban en guerra, en este caso Francia y el Reino Unido. Con esta última condición, Japón no estaba obligado a atacar a las colonias asiáticas del Reino Unido, aunque eventualmente lo hizo en diciembre de 1941. Por una solicitud específica de Japón, la Unión Soviética no fue incluida en la lista de las potencias atacantes, por lo que cuando Alemania invadió este país, Japón no tuvo obligación formal de unirse a la agresión alemana. De esta manera, la principal potencia afectada en la práctica por el Pacto Tripartito eran los Estados Unidos, ya que si entraba en guerra con Japón, debería prepararse para luchar en Europa y Asia al mismo tiempo. Los gobiernos de Japón, Alemania e Italia consideran como prerrequisito para una paz duradera que toda nación del mundo reciba el espacio sobre el que tiene derecho. Por lo tanto, estas naciones han decidido respaldar y cooperar una con otra en sus esfuerzos en Europa y la Gran Asia Oriental respectivamente. El principal propósito de esto es establecer y mantener un nuevo orden de las cosas, planeado para promover la prosperidad mutua y el bienestar de los pueblos involucrados. Además, es el deseo de los tres gobiernos de extender la cooperación a naciones en otras esferas de influencia que estén inclinadas a dirigir sus esfuerzos a través de vías similares a las suyas con el propósito de realizar su último objetivo, la paz mundial. Entonces, los gobiernos de Japón, Alemania e Italia han acordado: ARTÍCULO 1: Japón reconoce y respeta el liderazgo de Alemania e Italia en el establecimiento de un nuevo orden en Europa. ARTÍCULO 2: Alemania e Italia reconocen y respetan el liderazgo de Japón en el establecimiento de un nuevo orden en la Gran Asia Oriental. ARTÍCULO 3: Japón, Alemania e Italia están de acuerdo en cooperar en sus esfuerzos en las líneas discutidas. Ellas se asistirán mutuamente con todos los medios políticos, económicos y militares si uno de las naciones firmantes es atacado por una potencia que actualmente no esté involucrada en el conflicto europeo o en el conflicto sino-japonés. ARTÍCULO 4: Con miras a aplicar el Pacto, comisiones técnicas, designadas por los respectivos gobiernos de Japón, Alemania e Italia, deben reunirse sin demora. ARTÍCULO 5: Japón, Alemania e Italia afirman que los acuerdos no afectan en ninguna manera el status político actual entre cada una de las potencias firmantes y la Rusia soviética. ARTÍCULO 6: El presente pacto será válido inmediatamente después de su firma y permanecerá así por diez años desde la fecha en que se volvió efectivo. Antes de la expiración de ese término, las Potencias firmantes podrán, por petición de una de estas, entrar en negociaciones para renovar el pacto. Fragmento tomado del texto del Pacto Tripartito[11] Pacto germano-soviético Artículo Principal: Pacto Ribbentrop-Mólotov El 2 de junio de 1939, Stalin tomó la iniciativa y planteó la formación de una alianza militar con occidente. Las naciones occidentales estudiaron el planteamiento soviético y enviaron delegaciones a Moscú en un velero, llegando el 11 de agosto. En este punto los soviéticos descubrieron que los delegados no tenían autoridad para firmar un acuerdo. Las negociaciones progresaron lentamente, pero se estancaron cuando Kliment Voroshílov propuso discutir la defensa de Polonia. El gobierno polaco se negó rotundamente a dejar entrar tropas soviéticas a Polonia, ya que temían que su Estado perdiera los territorios ganados en la Paz de Riga. En la tercera semana de agosto, la negativa polaca paralizó completamente el progreso de las negociaciones, incluso bajo presión anglo-francesa. Existen dos puntos de vista principales sobre la motivación de las acciones soviéticas de los días siguientes. Historiadores han declarado que luego de la Conferencia de Múnich, Stalin creyó ver un plan occidental para empujar a Hitler hacia Rusia. Incluso después de que el Reino Unido y Francia reaseguraron sus garantías hacia Polonia, Stalin consideró que las mismas no eran sinceras, y que las democracias occidentales harían luchar a la Unión Soviética y Alemania en la primera etapa de la guerra, mientras ellas se fortalecían. De esta manera, las dos principales amenazas del Occidente, el bolchevismo y el nazismo, se aniquilarían entre sí. Sin embargo, otros historiadores han argumentado que la declaración británica sobre la seguridad polaca dio a Stalin la oportunidad de condicionar su participación en la guerra, y que la supuesta conspiración occidental fue un pretexto para justificar las negociaciones paralelas con Alemania. Además, culpan a Stalin por el fracaso de las negociaciones, ya que éste solicitó la ocupación militar de los Estados bálticos, a cambio de ofrecer su ayuda, propuesta inaceptable para los británicos y los franceses. Finalmente, claman que Stalin, temeroso de una insurrección en su contra, prefirió sacrificar el Estado colchón polaco para apaciguar a la Alemania Nazi. En ambos casos, los historiadores coinciden que el choque soviético-japonés, que se estaba llevando a cabo en ese momento en Manchuria, hizó ver a Stalin de que este no era el momento correcto para iniciar la guerra con Alemania.     Stalin y Ribbentrop se saludan durante la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, el 24 de agosto de 1939. El primer indicio del aproximamiento germano-soviético se dió el 3 de mayo, cuando Stalin reemplazó a Maxim Litvinov, judío étnico, por Vyacheslav Molotov como Ministro de Relaciones Exteriores; los nazis ahora podían negociar de nuevo con la Unión Soviética. El 19 de agosto, Joachim von Ribbentrop viajó a Moscú y se reunió con Molotov, para la firma de un acuerdo comercial por siete años. Luego, Ribbentrop sugirió extender el acuerdo al ámbito político, para asegurar las buenas relaciones entre las naciones durante la duración del acuerdo comercial. El 24 de agosto, Ribbentrop se reunió con Stalin y se firmó el Pacto Ribbentrop-Mólotov, que estipulaba la no-agresión entre la Unión Soviética y la Alemania Nazi durante 10 años, así como la neutralidad de una nación si la otra iba a la guerra con una potencia tercera, que podía entenderse como Francia y el Reino Unido. Una cláusula secreta, desconocida hasta 1945, indicaba que Finlandia, Estonia y Letonia pasarían a formar parte de la esfera de influencia soviética, mientras que Polonia y Lituania serían repartidas entre Alemania y Rusia. Además, la región de Besarabia sería anexada por los soviéticos de Rumania. Sin embargo, aunque sus últimas acciones lo contradecían, Hitler deseaba evitar la guerra con el Occidente. Además de neutralizar momentáneamente al gigante soviético, Hitler creía que el Pacto Molotov-Ribbentrop obligaría al Reino Unido y Francia a renunciar a su compromiso con Polonia. Hasta el último momento el dictador alemán creyó que esas naciones no irían a la guerra si atacaba a los polacos. Sin embargo, este no fue el caso. Causas en Asia Expansionismo japonés Tras la Gran Depresión, el Imperio del Japón, comenzó un gran acercamiento hacia el modelo fascista, utilizando una campaña en la cual se presentaron como un imperio moderno y expansionista con grandes intereses de llevar a Asia hacia el camino de la modernización. Sin embargo, a diferencia de Adolf Hitler y de Víctor Manuel III, Japón tenía dos objetivos económicos para desarrollar un imperio. El primero, al igual que sus homólogos europeos, nace una industria militar doméstica estrechamente controlada, la cual fue golpeada drásticamente por la crisis mundial de finales de la década del 20 e inicios del 30. En ese sentido, la falta de recursos en las islas de Japón, para poder mantener a un creciente sector industrial, las materias primas como el hierro, petróleo y el carbón debían ser importadas en su mayoría desde Estados Unidos, convertido en el principal socio comercial japonés. Así, por el esquema de desarrollo militar industrial y el crecimiento industrial, las teorías mercantilistas prevalentes, hacían imprescindibles el control de varias colonias en el área del sureste y centro asiático, principalmente en enclaves estratégicos de China, Rusia e Indochina. Las primeras acciones expansionistas ocurrieron en 1895 con la invasión a Formosa (actual Taiwán) y la invasión a Corea en 1910, las cuales fueron anexas como colonias agrícolas, dedicadas exclusivamente a la producción de alimentos que permitieran el sustento agroalimentario del naciente Imperio expansionista. Los ojos del expansionismo japonés estaban puestos en los vastos recursos en hierro y carbón en la zona de Manchuria (norte de China y Mongolia), el caucho en Indochina y los vastos territorios pertenecientes a China.     Fuerzas japonesas hacen su entrada a Manchuria Con pocos problemas, Japón invade y conquista toda la región de Manchuria (denominada Manchukuo) en 1931. Aparentemente, Japón lo justifica para liberar a los manchús de los chinos, justamente como en el caso de la anexión de Corea, que era supuestamente un acto de protección. Al igual que Corea, se crea un gobierno títere, gobernado bajo la figura del depuesto emperador chino, el niño Piyu. Más adelante, Jehol, territorio chino que hace frontera con Manchuria, fue controlado en 1933. Japón invade China en 1937, creando lo que era esencialmente una guerra de tres ramas entre el Japón, los comunistas de Mao Zedong, y los nacionalistas de Chiang Kai-Shek. Japón toma el control de muchas de las costas de China y de las ciudades portuarias, pero evitaba atacar las colonias europeas y sus esferas de influencia. En 1936, antes de la invasión de China, Japón firma un Tratado Anticomunista con Alemania y otro con Italia en 1937.  

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Transcurso de la guerra Teatro europeo Invasión a Polonia     Niña llora ante el cadáver de una de las víctimas civiles de los bombardeos nazis sobre Varsovia el 13 de septiembre de 1939. El 1 de septiembre de 1939, los ejércitos alemanes cruzaron la frontera polaca, y en cuestión de días neutralizaron al ejército polaco, que no estaba preparado para afrontar las consecuencias de la doctrina Blitzkrieg. El 3 de septiembre los gobiernos de Francia y Reino Unido declararon la guerra a la Alemania nazi, para sorpresa de Hitler, pero esto no significó ningún cambio en el curso de la guerra en Polonia, ya que los aliados no se plantearon enviar tropas a este país pues aspiraban a que la declaración de guerra sirviese como elemento disuasivo con el fin de evitar ser atacados por los nazis. Cuando el 1 de octubre, la Wehrmacht ocupó Varsovia[12], el Alto Mando Militar Polaco decidió dirigir sus fuerzas al sur, hacia la frontera con Rumania, donde planeaban contener indefinidamente a los alemanes hasta la llegada de la ayuda prometida. Este plan se vino abajo cuando la Unión Soviética invadió a Polonia desde su otra frontera el 17 de septiembre, bajo el pretexto de proteger a los ucranianos y bielorrusos que vivían en la parte oriental de Polonia, debido al colapso de la administración polaca tras la invasión nazi. Tras esto, las fuerzas del Ejército polaco huyeron hacia Rumania, mientras los nazis colocaban un gobierno títere el cual se mantendría hasta 1945. Invasión a Finlandia Stalin, preocupado todavía por una muy posible guerra con Alemania, procedió a acelerar la organización de las fuerzas armadas soviéticas, y enfocó su mirada en las fronteras occidentales. En ese sentido, consciente del hecho de que Finlandia había declarado su simpatía con el Eje Nazi, el mando político soviético previó la posibilidad de que dicho territorio fuera utilizado por Hitler como punto de acceso de una inminente invasión. Es por ello que realizan un intenso esfuerzo de convencimiento con las autoridades de dicha nación, ofreciéndolas mayores territorios al norte a cambio de recibir territorios alrededor del lago Ladoga, el cual serviría para proteger a la ciudad de Leningrado muy cercana al nuevo teatro de operaciones de la guerra. El gobierno finés de Carl Gustaf Mannerheim se negó, y después de fallidas negociaciones, la Unión Soviética inició la invasión del pequeño vecino. El resultado de la ofensiva soviética fue decepcionante, los ejércitos soviéticos, numéricamente superiores, no pudieron hacer frente a las fuerzas finesas, mejor adaptadas al duro clima del campo de batalla ártico, y miles de soldados soviéticos murieron debido a la ineficiencia de sus comandantes. Entonces, Stalin remueve del mando a su protegido Kliment Voroshílov, y con tropas frescas al mando de Semión Timoshenko reinician el ataque. Esta vez los exhaustos defensores fineses fueron sobrepasados y Finlandia tuvo que ceder gran parte de su territorio a la Unión Soviética. El fracaso soviético en Finlandia no pasó desapercibido para Hitler, quien empezó a subestimar al Ejército Rojo y considerar la posibilidad de un ataque lo más rápido posible. Por su parte, Stalin empezó a otorgar más autonomía al proceso de designación de comandantes del ejército. Campaña del Norte o de Noruega Hitler a quien le preocupaba lo posibilidad de que los británicos atacaran Noruega y Suecia como forma de cortar el importante suministro de hierro a las tropas nazis, decidió dirigir sus fuerzas hacia Noruega, Suecia y Dinamarca hecho concretado durante la primavera de abril de 1940. La ocupación de dichos territorios terminó por convencer al Reino Unido de la necesidad de concretar un ataque para expulsar a los nazis de Noruega con el objetivo de evitar por todos los medios de que la Luftwaffe (Fuerza Aérea nazi) pudiera dirigir ataques directos hacia la débil zona del norte británico. Durante el enfrentamiento fueron utilizados aproximadamente 45 mil soldados por el bando nazi mientras los británicos utilizaron un total de 80 mil soldados como aproximado, aunque la diferencia era notable y se inclinaba a favor del bando británico, la invasión culminaría en fracaso para las tropas de Hugh Massy y Claude Auchinleck (Comandantes británicos). Además se utilizaron las bases noruegas como punto de partida de los bombarderos y cazas de la Luftwaffe que participaron en la Batalla de Inglaterra. Batalla de Francia Con los ojos del mundo fijos en el conflicto en Noruega, el Alto Mando Militar de Alemania empezó a planificar la reapertura del frente occidental, con un claro objetivo, evitar la reutilización del método de guerra de trincheras que de gran efectividad había sido para retrasar los resultados durante la Primera Guerra Mundial. Como los Países Bajos y Bélgica se habían declarado neutrales, los ejércitos franceses se habían replegado a sus fronteras, esperando el ataque desde este punto, ya que su frontera con Alemania era considerada impenetrable. El general Erich von Mansteinse dio cuenta de que la región de las Ardenas, al sureste de Bélgica, no había sido protegida lo suficiente, ya que el Mariscal francés Maurice Gamelin consideró que los tupidos bosques harían difícil el cruce de tanques por esa región. El Mariscal Gamelin tenía razón, pero dejó casi sin protección esta región, que fue por donde las principales fuerzas alemanas se encaminaron el 10 de mayo de 1940.     Hitler en Paris (al fondo la Torre Eiffel) acompañado de otros jefes militares comprobando el éxito de los resultados en Francia y dando al mundo la imagen del control nazi sobre dicho territorio. El día de la invasión, una importante fuerza alemana entró a Holanda y a Bélgica, violando su neutralidad, los aliados avanzaron desde Francia hacia estos países. Mientras tanto, otra importante fuerza alemana al mando del general Gerd von Rundstedt cruzó las Ardenas, formándose congestionamientos de tanques en las estrechas carreteras, cuando salieron del bosque dos días después, los aliados se dieron cuenta de que iban a ser rodeados, y el gobierno francés entró en pánico. El 18 de mayo de 1840 el cerco alemán fue cerrado, y el grueso de los ejércitos aliados quedó atrapado en Bélgica. Contraataques desde adentro y desde afuera para levantarlo no tuvieron éxito, y los británicos iniciaron la evacuación de sus hombres mediante la Operación Dinamo. Es en ese mismo momento en que Mussolini decidió finalmente actuar e involucrase en la guerra cumpliendo con lo acordado dentro del Pacto de Acero, y el 5 de junio le declaró la guerra a los Aliados, e intentó invadir a Francia desde el sur. El 10 de junio París fue declarada ciudad abierta, y cayó poco después. Sin reservas para contener el avance alemán, Francia se rindió el 22 de junio de 1940. El entonces Coronel Charles de Gaulle escapó a Inglaterra, y desconociendo el nuevo gobierno pro-alemán de Vichy, creando la Resistencia francesa mediante el histórico Llamamiento del 18 de junio hecho desde los micrófonos de la BBC en Londres. Los pobres resultados en el manejo de las tropas británicas, terminaron por concretar la renuncia del entonces Primer ministro Británico Neville Chamberlain quien fue sustituido por Winston Churchill. Bombardeos a Inglaterra     Bomberos británicos luchando contra el fuego entre edificios en ruinas tras la ola de bombardeos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial Los estrategas alemanes habían estudiado la posibilidad de una invasión a Inglaterra, que fue condensada en la operación León Marino. Habían concluido que antes de considerar el desembarco alemán era necesario neutralizar a la Fuerza Aérea Británica para que la Fuerza Aérea Alemana acabará con la Armada británica, ya que la Armada alemana no podía lograrlo. De esta manera todas las miradas cayeron sobre el General Hermann Göring, comandante de la Luftwaffe. El General Göering inició una serie de bombardeos estratégicos sobre Inglaterra, enfocándose en aeródromos y zonas industriales. Los resultados fueron devastadores, especialmente el de la operación «Día del Águila», donde 1000 bombarderos protegidos por 700 cazas atacaron Inglaterra, destruyendo decenas de aviones en el suelo. No obstante, la RAF encontró un respiro cuando accidentalmente los puerto de Londres fueron bombardeados, lo que motivó que los británicos bombardearan Berlín. Este ataque en suelo alemán motivó a Hitler a que ordenara a Göering el cambio de estrategia, iniciándose la Blitz. En esta etapa se bombardearon objetivos civiles, muriendo unas 43 mil personas y destruyéndose 1 millón de casas. La RAF aprovechó el cambio de estrategia para incrementar sus números, y finalmente pudieron hacerle frente a la Luftwaffe. El 12 de octubre, Hitler se cansa de esperar y ordena la suspensión de la invasión de Inglaterra. No obstante, los bombardeos sobre Londres no pararían hasta el 16 de mayo de 1941, cuando Hitler enfocaría su mirada de nuevo hacia el este. Campaña de los Balcanes (1941) Conseguido el control sobre Francia y con las fuerzas británicas desarmadas tras la terrible Blitz, el próximo objetivo de Alemania era la Unión Soviética mientras Italia se preparaba para buscar el control sobre Grecia. En ese sentido, Mussolini había presionado al primer ministro de Grecia, Ioannis Metaxas, a que cediera ante las exigencias italianas. La respuesta negativa de Grecia desencadenó la invasión italiana desde Albania octubre de 1940, que terminó en el estancamiento del frente. En marzo de 1941, Hitler se enteró que la RAF estaba utilizando las bases aéreas griegas, y finalmente acudió en ayuda de Italia.     Soldados alemanes izando la Reichskriegsflagge en el Acrópolis. Para realizar un ataque sorpresa, los ejércitos alemanes debían atravesar Macedonia, parte de Yugoslavia, por lo que se presionó al regente Pablo para uniera su país al Pacto Tripartito. Dos días después de ocurrir esto, el Regente fue derrocado, y aunque los nuevos gobernantes de Yugoslavia decidieron unirse al bando alemán de todas maneras, esto no calmó a Hitler, que ordenó el inicio de la invasión el 6 de abril. Después de 11 días de combates, Yugoslavia fue ocupada completamente. Al mismo tiempo, los ejércitos de Bulgaria, Italia y Alemania habían iniciado la invasión de Grecia, cuyos defensores no pudieron contener la avalancha enemiga, a pesar de contar con unidades británicas entre sus fuerzas. El 27 de abril Atenas cayó y se inició la evacuación aliada hacia Creta. El 20 de mayo Alemania también invade Creta, sufriendo fuertes bajas. No obstante, a pesar de haber perdido casi 16 mil hombres, las Fuerzas del Eje logran expulsar a las fuerzas aliadas, conquistando la isla el 1 de junio. La campaña alemana de los Balcanes es conocida como la Distracción o la Diversión de los Balcanes, ya que una de su consecuencia fue el atraso de la ofensiva alemana sobre la Unión Soviética. En efecto, Hitler inició su ansiada «cruzada» dos meses después de lo planeado inicialmente, lo que causaría que las tropas alemanas llegarían a Moscú al iniciarse las lluvias de otoño, dificultando el avance blindado alemán. Gran Guerra Patria Artículos principales: Operación Barbarroja y Gran Guerra Patria La Gran Guerra Patria es el término dado por los soviéticos para enmarcar el período entre el 22 de junio de 1941 y el 9 de mayo de 1945, aunque para Occidente, se conoce como Frente Oriental. Durante dicho proceso, la URSS perdería aproximadamente 27 millones de personas en una confrontación que inició con la invasión nazi de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, y culminó con la caída de Berlín el 3 de mayo de 1945 a manos del Ejército Rojo. La Batalla de Stalingrado constituyó el punto de inflexión de la Segunda Guerra, el momento en que las tropas soviéticas, tras las derrotas iniciales de la Operación Barbarroja, pasan a la ofensiva contra las fuerzas nazis del Eje, de hecho, la importancia de esta batalla se aprecia en la cantidad enorme de bajas de ambas partes, la destrucción total de una ciudad soviética y las enormes pérdidas de hombres y material sufridas por la Wehrmacht, por ello la crítica histórica considera que la Batalla de Stalingrado fue la derrota militar más severa (y más decisiva) de la Alemania hitleriana, tras la cual la iniciativa en combate correspondió al Ejército Rojo. La Unión Soviética fue el país combatiente que soportó casi el 80% del ataque de los países Eje en Europa, por lo que la victoria en la Batalla de Stalingrado y la consiguiente contraofensiva significó el comienzo del desmoronamiento de la máquina de guerra alemana. Apertura de los frentes europeos Frente del Mediterráneo Luego del éxito alcanzado por los aliados en su lucha contra las Afrika Korps de Erwin Rommel en el norte de África, el próximo objetivo de las fuerzas aliadas en el Mediterráneo, sería Italia y con ello la posibilidad de derrocar a Mussolini y propinar un duro golpe a Hitler. El 10 de julio de 1943, fuerzas británicas comandadas por el mariscal Bernard Law Montgomery desembarcaron cerca de la ciudad siciliana de Siracusa mientras que el general George Patton desembarcaba cerca de Gela. A pesar de que Mussolini había insistido en que solamente divisiones italianas defendieran Sicilia, dos divisiones panzer al mando del general Albert Kesselring se encontraban en la isla. Debido al rápido derrumbe italiano, Kesselring se retiró al noroeste del Monte Etna, con el objetivo de mantener libre la vía de escape a Mesina. Montgomery avanzó rápidamente hasta las faldas del Etna, cuando su ofensiva fue parada en seco. Por su parte, Patton avanzó libremente hasta liberar Palermo el 22 de julio. Después de perder varios días en la línea defensiva de Santo Stefano, los dos ejércitos aliados iniciaron una carrera a Mesina. Varios intentos aliados por realizar desembarcos anfibios en los flancos enemigos fracasaron, pero al final la resistencia fue rota y Patton llegó primero a Mesina el 17 de agosto. Sin embargo, para aquel momento, la mayoría de las fuerzas enemigas ya habían escapado de Sicilia. El propio Kesselring se había logrado escapar con suerte un día antes de la llegada de Patton. A pesar de la derrota, el primer intento de desembarco aliado en Sicilia tendría resultado en el plano político, pues ante el peligro de una agresión directa, el 25 de julio de 1943 el Gran Consejo Fascista decidió nombrar a Pietro Badoglio como primer ministro de Italia en lugar de Mussolini. La acción que contó con la anuencia del rey Víctor Manuel III, fue una traición contra Mussolini quien seria arrestado y enviado a múltiples prisiones, con el objetivo de burlar a los posibles rescatistas. El principal objetivo de Badoglio seria pactar en secreto una rendición con los aliados que incluyera la perpetuación de la monarquía. Hitler quien desconfiaba de las nuevas autoridades italianas, ordenó a las tropas alemanas realizar un golpe de estado con el fin de restaurar a Mussolini en el poder, hecho que se consumaría el 12 de septiembre, cuando un comando de paracaidistas SS liderados por Otto Skorzeny, liberó a Mussolini de su cautividad. Una vez libre, Mussolini fue proclamado primer ministro de la República Social Italiana, un territorio situado al norte de Italia. La invasión de Italia continental fue planificada en tres operaciones no simultáneas: Baytown, Avalanche y Slapstick. Baytown se ejecutó el 3 de septiembre, cuando las tropas de Montgomery cruzaron el estrecho de Messina y ocuparon la región de Calabria. La rendición masiva del ejército italiano dejó todo el peso de la defensa en Alemania. Sin embargo, la táctica alemana de destruir puentes y caminos retrasó el avance de Montgomery. El 9 de septiembre se ejecutó Slapstick, que estipulaba desembarcos en Tarento con el objetivo de obligar a las unidades alemanas, pues las italianas ya se habían rendido, a alejarse de Salerno, que es donde se iba a ejecutar Avalanche. Tarento fue rápidamente asegurada y pronto todas las miradas se volcaron a Salerno, que es donde debía ocurrir el principal desembarco. El desembarco en Salerno, comandado por el general americano Mark Wayne Clark, se inició el mismo día que el desembarco en Tarento al sur. Después de tomar las playas, un contraataque alemán causó altas bajas en las tropas aliadas, sin embargo, la artillería naval destruyó a los panzer que se acercaron a las playas. Las tropas invasoras intentaron moverse al sur, con el objetivo de contactar con Montgomery, pero la fuerte presencia alemana los hizo detenerse. Entre el 12 y el 14 de septiembre un contraataque alemán hizo retroceder a los aliados hasta su última línea de defensa, haciéndolos luchar con la playa en la espalda. Sin embargo, el oportuno uso de las tropas de reserva salvó a la fuerza de desembarco del desastre. Finalmente, la cabeza de playa fue asegurada y se pudo contactar a las fuerzas de Montgomery ubicadas en el sur. Tras la ocupación de Nápoles el 1 de octubre de 1943, la zona sur de Italia terminó en manos aliadas mientras que en el norte los alemanes se preparaban para desde la llamada Línea Volturno contener a los aliados. [[Archivo:Tropas-aliadas-italia.jpg|thumb|Soldados aliados durante la Batalla de Montecattini Ante los rápidos avances aliados, Kesselring se alarmó ante la perspectiva de que los aérodromos del norte de Italia cayeran en manos enemigas, permitiendo incrementar el bombardeo sobre Alemania. Por ende, tomó la decisión de retener indefinidamente a los aliados en el centro de Italia, utilizando los Montes Apeninos como defensa natural. Se construyeron rápidamente dos líneas defensivas temporales, la línea Volturno y la línea Barbara, cuyo objetivo era permitir la construcción de una línea más poderosa: la línea Gustav. Al frente de esta línea y en su retaguarda, alrededor del área de Montecassino, se construyeron dos líneas que protegían el flanco occidental de Italia: la línea Bernhardt y la línea Adolf Hitler. Mientras los americanos sufrieron retrasos al cruzar las líneas Volturno y Barbara al oeste, los británicos cruzaron sin muchos problemas por el este, llegando a la misma línea Gustav, donde las fuertes nevadas decretaron el fin de la ofensiva británica por 1943. Las operaciones de invierno en el frente oriental italiano se limitaron a realizar incursiones y patrullas nocturnas. Por el lado americano, la ofensiva continuó, pero después de seis semanas sufriendo 16 mil bajas, el V Ejército Estadounidenses sólo había logrado avanzar menos de 10 kilómetros, superando la línea Bernhardt. Para el 15 de enero de 1944, los aliados habían logrado expulsar a los alemanes bajo el mando de Heinrich von Vietinghoff del Monte Trocchio, si bien esto no podía considerarse como una victoria, ya que las expectativas aliadas habían sido mayores. Como se consideraba que la manera más rápida de llegar a Roma era cruzando el valle del Liri, en el frente occidental italiano, se realizaron planes para desbordar las líneas defensivas alemanas rápidamente a través de un desembarco anfibio en la retaguardia de la línea Gustav, al mismo tiempo que se llevarían a cabo dos ataques a los flancos de la misma por el valle del Liri. Sin embargo, tanto el desembarco (Batalla de Anzio) como los ataques por el valle del Liri (Batalla de Montecassino) no arrojaron los resultados deseados, ya que tropas alemanas de relevo recién llegadas aislaron a los aliados en Anzio, y un puesto de observación en Montecassino proporcionó a la artillería alemana de la ventaja para neutralizar cualquier intento aliado de entrar al valle. No fue hasta el 18 de mayo de 1944 que un regimiento polaco conquistó la cima del Montecassino. Después los ejércitos aliados se dirigieron a la línea Adolf Hitler, desbordándola en una semana. Con los alemanes en retirada hacia el norte de Italia, las fuerzas aisladas en Anzio lanzaron una taque para liberarse, formándose una oportunidad única para cortar la retirada a las fuerzas alemanas que venían desde el sur. Pero el generla Mark Wayne Clark dejó escapar a los alemanes, ya que prefirió dirigirse directamente a Roma para tener el honor de liberarla antes que los británicos. El 4 de junio de 1944, los estadounidenses entraron a Roma. Sin embargo, esta victoria quedó opacada, no sólo por la enorme pérdida de vidas no estimada, sino porque dos días después se inició el Desembarco en Normandía y el frente de Italia quedo relegado en un segundo lugar definitivamente, pues los generales británicos y estadounidenses se enfocarían de ahora en adelante en el frente occidental. Reapertura del Frente Occidental Mientras la Unión Soviética se enfrentó sola a los ejércitos del Tercer Reich, los aliados occidentales empezaron a planear el desembarco en Europa, realizando primero una pequeña incursión que sería conocida como la batalla de Dieppe. El 19 de agosto de 1942, 6 mil soldados canadienses desembarcaron en Dieppe, con el objetivo de permanecer un corto período en el que recolectarían información y probarían nuevos métodos de asalto a las playas. El resultado fue desastroso, muriendo o siendo capturados casi todos los soldados, perdiéndose muchos barcos y aviones. Afortunadamente para Stalin, el presidente Franklin D. Roosevelt era partidario de finalizar la guerra en Europa primero, antes de ir contra Japón, por lo que después de las relativamente exitosas campañas en el norte de Africa, las tropas aliadas saltaron a Sicilia el 10 de julio de 1943. Finalmente, ante la continua insistencia de Stalin, se definió en mayo de 1943, que la reapertura del frente occidental se haría en 1944.     Barcazas de desembarco trasladan hasta la costa de Normadia a soldados y pertrechos de militares durante el desembarco Después de seleccionar distintos lugares para el desembarco, se concluyó que debería ocurrir en las playas de Bretaña, Normandía o en el Paso de Calais. Debido a que Calais estaba muy bien defendida, se descartó casi inmediatamente, y debido a que Bretaña estaba muy lejos de París y Alemania, y como su clima era muy inestable, se decidió que las playas de Normandía serían las seleccionadas. En junio de 1943 se le confirmó a Stalin que la invasión se haría en mayo de 1944. Dicha invasión, hasta entonces Operación Round-Up, fue renombrada Operación Overlord. Etapas del Frente Occidental de 1944 a 1945: Reapertura del Frente: Batalla de Normandía, Operación Market Garden Contraataque alemán: Batalla de las Ardenas Conquista de Alemania: Operación Plunder Luego de que importantes recursos fueran invertidos en la operación "Guardia del Rin" durante la Batalla de las Ardenas, la cual no había obtenido dado ningún resultado, la defensa alemana dependía del control sobre dos ríos: el Rin en el oeste y el Oder en el este. Tras el fracaso de Bernard Montgomery, Eisenhower tuvo que plantearse de nuevo el camino para invadir Alemania. Mientras que los británicos presionaban para realizar el cruce frente a las posiciones que ocupaban sus ejércitos, los estadounidenses presionaban para hacerlo frente a sus propias posiciones. Eisenhower decidió realizar los dos planes, permitiendo que Montgomery ejecutara la operación Veritable con el 21º Grupo de Ejércitos, que colocaría sus fuerzas en el lugar adecuado para cruzar el Rin frente a Wessel. Al sur, el general Omar Bradley haría lo mismo entre Coblenza y Colonia con el XII Grupo de Ejércitos. El Tercer Ejército de Patton se dirigiría al sur, entre Maguncia y Mannheim para enlazar a tropas estadounidenses que vendrían desde el sur de Francia. Una vez Montgomery hubiera iniciado el cruce del Rin, Bradley tendría luz verde para hacerlo también. Al frente de Montgomery se encontraba el Grupo de Ejércitos de Model, siendo una fuerza relativamente pequeña, Montgomery pensó en rodearla, por lo que pidió prestado el Noveno Ejército a los estadounidenses (Operación Grenade). De esta manera, mientras las fuerzas de Bradley cruzaban río arriba, Montgomery lo haría río abajo, rodeando el valle del Ruhr donde se encontraba Model. El 8 de febrero se ejecutó Veritable, sin embargo, la fuerte resistencia alemana retrasó el avance de las fuerzas de Montgomery. Peor aún, los alemanes destruyeron las represas del valle del Ruhr, inundándolo, lo que evitó que se ejecutara Grenade hasta dos semanas después. Mientras tanto, las fuerzas de Montgomery se enfrentaron a las de Model solas, hasta el 23 de febrero, cuando el Noveno Ejército de William H. Simpson cruza, enlazando con las fuerzas de Plunder dos semanas después. Bradley al sur, tomó Colonia el 6 de marzo y luego Bonn. Un comando del Primer Ejército estadounidense se acercó a Remagen para contener a las fuerzas alemanas mientras el Tercer Ejército que venía del sur enlazaba con ellos. Para su sorpresa, este comando encontró un puente sobre el Rin intacto, que inmediatamente fue tomado. Este fue el primer paso que los aliados consiguieron, y si bien permitió el paso de material y soldados a la otra orilla, se desplomó el 17 de marzo, ya que había sido dañado durante su captura. Lo que se vio después fue una lucha entre los generales aliados por ver quien avanzaba más allá del Rin. Para el 28 de marzo, Montgomery poseía una cabeza de puente firme y, como se había discutido antes, empezó a preparar la toma de Berlín. Para su sorpresa, Eisenhower cambió de plan al último minuto, y ordenó que los ejércitos de Bradley ahora se moverían hacia Dresde, con la finalidad de dividir Alemania en dos. Montgomery por su parte, debería cortar el paso a Dinamarca al ejército Rojo. Una fuerza menor se dirigiría a Austria, donde corrían los rumores de que los fanáticos nazis estaban atrincherándose en una serie de inexpugnables fortalezas en los Alpes. Como habían predicho los generales de Hitler, las fuerzas aliadas rodearon al Grupo de Ejércitos B alemán de Walther Model, quien había quedado aislado en la bolsa del Ruhr. Después de resistir hasta mediados de abril, la bolsa fue dividida en dos por los aliados, siendo capturada una mitad rápidamente. Al caer las peticiones de Model en oídos sordos en Berlín, éste decidió dar libertad de conciencia a sus soldados, permitiendo que aquel que quisiera entregarse lo hiciera, mientras que aquel que quisiera seguir luchando podría hacerlo. Model se suicidó cerca de Duisburgo poco después, alegando que un general no podía rendirse, si bien algunos historiadores aseguran que tenía miedo de ser juzgado y ejecutado. De los 430 mil soldados atrapados, unos 325 mil fueron capturados con vida. Para mayo de 1945, toda defensa organizada había desaparecido, debido a las rendiciones masivas, la Wehrmacht había procedido a reclutar niños y ancianos en los batallones Volkssturm, que no lograron un cambio significativo. El 11 de abril fue liberado el campo de concentración de Buchenwald, y luego, el 29 de abril, el campo de concentración de Dachau. Los generales aliados ya había sido alertados respecto a la naturaleza de estos campos, en parte por la información que habían dado 16 sobrevivientes del campo de concentración de Struthof-Natzweiler en la frontera francesa con Alemania, liberado el 23 de noviembre del año pasado. El 24 de abril, las fuerzas estadounidenses hicieron el primer contacto con las fuerzas soviéticas en Torgau, sobre el Elba. El 5 de mayo los aliados entraron a Austria. Habiendo caído todas las ciudades importantes alemanas, excepto Berlín, los aliados se preocuparon por ocupar todos los rincones de Alemania posibles, dejando la capital del Reich a los soviéticos. Batalla de Berlín Para abril, todos los frentes soviéticos estaban listos para iniciar el avance final sobre Alemania, juntando 2 millones y medio de hombres, 6.250 tanques, 7.500 aviones, 41.600 piezas de artillería, 3.255 lanzacohetes Katyusha, y casi cien mil vehículos de transporte, la mayoría prestados por los Estados Unidos. El 16 de abril de 1945, la llamada batalla de Berlín empezó, y si bien Georgi Zhúkov encontró problemas en las llamadas Colinas de Seelow, en el sur, el I Frente Ucraniano de Koniev llegó sin problemas al sur de Berlín. El I Frente Bielorruso de Zhúkov se vio presionado a acelerar el paso, ya que este deseaba conquistar Berlín primero. De esta manera, Zhúkov rodeó Berlín y atacó desde el noroeste, mientras que Koniev, que se detuvo momentáneamente por órdenes de Stalin, llegó de segundo a Berlín y atacó por el sur. El 24 de abril, el General Helmuth Weidling, comandante del LVI Cuerpo Panzer, se dirigió al bunker de Hitler para ser fusilado después de haber sido acusado de haber escapado a Potsdam. Sin embargo, como síntoma de la inestabilidad mental que Hitler mostró en sus últimos meses, Weidling no solo no fue ejecutado, sino que fue nombrado Comandante en Jefe de las fuerzas en Berlín, ya que Goebbels, el Defensor nominal de Berlín, no tenía la preparación militar. La batalla de Berlín fue dura, ya que la población civil fue obligada a usar las armas, por lo que era normal ver niños de diez años, así como ancianos e inválidos, en los puestos de artillería o usando Panzerfausts. Las bajas soviéticas fueron elevadísimas, y la arquitectura de Berlín sufrió grandes destrozos, incluyendo la Cancillería del Reich, el Reichstag y la puerta de Brandeburgo. Aquellos civiles que se negaban a luchar eran ejecutados inmediatamente por los alemanes, mientras que los que luchaban eran ejecutados por los soviéticos, la cantidad de prisioneros fue baja comparada con los conseguidas en otras batallas. Hitler todo el tiempo se negó a abandonar la capital para ir al Berchtesgaden, por lo que los altos oficiales de la Wehrmacht rehusaron rendirse, ya que todos habían tomado un juramento de lealtad al Fuhrer. El 30 de abril, Adolf Hitler, se suicidó junto con su nueva esposa Eva Braun. Varios personajes importantes del gobierno de Alemania hicieron lo mismo, incluyendo Joseph Goebbels y su esposa, que antes envenenaron a sus seis hijos. El secretario de Hitler, Martin Bormann desapareció en la batalla, si bien varios personas aseguran que lo vieron muerto con dos tiros en la espalda en una estación de metro de Berlín. Weidling rindió la ciudad a lus rusos el 2 de mayo. El Feldmarschall Wilhelm Keitel fue capturado y luego participó en la firma del documento de rendición. En la batalla murieron 360 mil soldados soviéticos, las cifras alemanas son dudosas, pero se estima que fueron mucho menores, ya que solo habían 90.000 defensores alemanes. [[Archivo:Keitel-9-mayo-1945.jpeg|thumb|Momento en que el mariscal alemán Wilhelm Keitel firma en nombre de la Alemania nazi la capitulación el 9 de mayo de 1945.]] El almirante Karl Dönitz fue nombrado Canciller por Hitler antes de morir, y este dió permiso al general Alfred Jodl de firmar la rendición incondicional con la Unión Soviética el 7 de mayo, haciéndose efectiva al día siguiente. Los otrora hombres de confianza de Hitler, Hermann Goering y Heinrich Himmler habían caído en desgracia al intentar hacer la paz por separado con los aliados. Ambos se suicidaron después de ser capturados por los estadounidenses. El 9 de mayo, día de la victoria para la Unión Soviética, se convirtió en fecha festiva, y el 24 de junio se celebró un impresionante desfile en Moscú, culminando asi la etapa europea de la Segunda Guerra Mundial

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