Sin embargo, ya en vida de Marx hubo epígonos que distorsionaron esta concepción
convirtiéndola en un mero determinismo económico. Engels denuncia esta situación en su carta a
Joseph Bloch de 1890, en la cual, si bien reivindica que la causa última de los cambios sociales se
encuentra en las condiciones económicas, esto no significa que esta influencia sea unilateral e
inmediata ni que pueda explicarse cada cambio social a partir de la economía. Engels admite que
esta malinterpretación economicista del materialismo histórico se debe a que, en su polémica
con los socialistas utópicos y con otros sectores que negaban la influencia de la economía, Marx y
él se vieron obligados a resaltar el rol de las condiciones económicas sin darle la importancia que
se merecía a las condiciones extra-económicas.
Tras la muerte de Marx, Engels prosiguió con su actividad política y con su actividad intelectual
en la aplicación y la divulgación de la concepción de la historia desarrollada por Marx y él. En su
obra Del socialismo utópico al socialismo científico de 1880,[13] dice:
Lo fundamental es la Estructura Económica, que es la base real de la sociedad. La estructura
económica está compuesta de: FUERZAS PRODUCTIVAS: que están compuestas a su vez de:
Medios de producción: instrumentos necesarios para la producción. Fuerza de trabajo: ¡¡pero
ojo!!, esta fuerza de trabajo se relaciona de una determinada forma, que son las relaciones de
producción. La fuerza de trabajo es el proletariado. RELACIONES DE PRODUCCIÓN: son relaciones
que se establecen de acuerdo a la situación respecto a los medios de producción, o sea, se
relacionan con respecto a la posesión de los medios de producción (no es lo mismo ser dueño de
una finca, que sólo ser dueño de la fuerza de trabajo, y que no te queda más remedio que
vendérsela al dueño de la finca.
El análisis de Marx incluye una consideración sociológica de las clases sociales. La cuestión será
cuáles son y por qué son. Las clases son dos, dice Marx, y su causa es el sistema económico de
producción. Los propietarios de los medios de producción, son los capitalistas, la burguesía, los
trabajadores por cuenta ajena que venden la fuerza de su trabajo que es, en definitiva lo único que les
pertenece, son los proletarios, el proletariado.
Cada clase social tendrá su propia conciencia, determinada por las condiciones propias de existencia.
Así, lo que para unos es legítimamente propio, para otros es más bien una explotación. Como el
sistema capitalista está o tiende a imponerse en todo el mundo, la clase proletaria se da a nivel
internacional, de ahí que Marx intentara organizar a los proletarios en una internacional. El
Manifiesto Comunista terminaba con el siguiente llamamiento: “¡Proletarios de todos los países,
uníos!”.
La concepción materialista de la historia (también conocida como materialismo histórico), es un
término acuñado por el marxista ruso Georgi Plejánov, que alude al marco conceptual identificado
por Karl Marx y usado originalmente por él y Friedrich Engels para comprender la historia humana.