HIPERINFLACIÓN

Hiperinflación...Hipótesis: EL PROCESO HIPERINFLACIONARIO QUE ESTALLÓ EN 1989, COMO CONSECUENCIA DEL FRACASO DE LAS DECISIONES POLÍTICAS DEL GOBIERNO DE RAÚL ALFONSIN, IMPACTÓ NEGATIVAMENTE EN LA ECONOMÍA DEL PAÍS EN GENERAL Y ESPECIALMENTE EN LAS CLASES TRABAJADORAS.Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, específicamente en el año 1989, la Argentina sufre una situación de caos en la economía . Se trataba de una subida de precios muy rápida y continuada, que provocó que el valor de compra de la moneda se pierda rapidamente. Por lo tanto, decide anticipar la entrega del poder a su sucesor electo Carlos Menem. Estaban atravesando una gran crisis, la moneda se desvaluó totalmente, el dólar y los precios subieron; la economía había entrado en descontrol lo que destruyó el valor del salario y afectó a la producción y circulación de bienes. Alfonsín asumió en 1983 y debió enfrentarse a grandes problemas económicos pues desde 1981 la economía se encontraba en estado de desgobierno y casi de caos: inflación desatada, deuda externa multiplicada y con fuertes vencimientos inmediatos, y un Estado carente de recursos, sin posibilidad de atender a los variados reclamos de la sociedad. En este proyecto nos vamos a enfocar en cómo el proceso hiperinflacionario, como consecuencia del fracaso de las decisiones políticas del gobierno de Alfonsín , impactó negativamente en la economía del país en general y especialmente en las clases trabajadoras. Raúl Alfonsín solo podría haber evitado el deterioro progresivo de su poder y su control sobre la economía encarando al comienzo de su mandato una política más decidida de freno de la inflación y reforma del Estado, que le asegurara reducir el déficit público y elevar la inversión pública y privada. Hubiera pagado costos iniciales, pero a mediano plazo se hubiera beneficiado de una situación menos angustiante. Sin embargo, por el contrario, sus decisiones políticas fracasaron. Se proponía construir un Estado de derecho con poderes corporativos, imponiendo reglas para la resolución de los conflictos de una manera equitativa. Por lo tanto, Alfonsín eligió gobernar activamente confrontando con intereses establecidos, pero hasta 1987 buscó caminos alternativos y presentó nuevas propuestas. Debía eliminar el autoritarismo. La ilusión de que con la democracia se come, se educa y se cura, sobre la que edificó el retorno a la plena vigencia de la Constitución, mostró el perfil del proyecto liderado por el presidente Alfonsín. Durante esa época había inquietudes en contra del gobierno y enfrentamientos del Ejército con la sociedad. Además la CGT organizó trece paros generales contra el gobierno constitucional entre 1984-1988, excepto en 1985, cuando hubo un gran respaldo de la sociedad para el plan económico. La cuestión económica era extremadamente grave y condicionó las políticas del gobierno. La economía estaba estancada, cerrada e ineficiente. Los únicos capaces de ganar eran los empresarios pero había muy pocos dispuestos a arriesgar. La situación venía empeorando desde 1981 debido a la gran elevación de los intereses. El crédito externo era muy escaso y el interno era cada vez menos pues todo el mundo cambiaba sus ahorros en dólares. El Estado sólo podía salir del paso emitiendo dinero, lo que producía más inflación. Se planteó el Ajuste Estructural en donde el Estado debía reducirse en tamaño y aumentar en eficacia, pero tuvo dificultades a causa de las inestabilidades. Hacia 1985 había una amenaza a una hiperinflación. Por esto, el nuevo Ministro de Economía anuncia el Plan Austral. Su objetivo era estabilizar la economía a través de un fuerte shock para futuras transformaciones profundas. Así, se congelaron precios, salarios y tarifas de servicios públicos, y se eliminaron los mecanismos impuestos durante la etapa inflacionaria. Se cambió la moneda y el peso argentino fue reemplazado por el austral. Se trataba del " plan de todos". Pero duró muy poco, pues un año más tarde se inició la vuelta de la inflación. El plan en el fondo no había cambiado nada. Como consecuencia, la posición del gobierno se debilitó aceleradamente. El 1987, fue un año decisivo. Allí se decidió lanzar el Plan Primavera para llegar a las elecciones sin inflación. Pero este plan marchó con dificultades, la predisposición del congelamiento de precios fue escasa, las negociaciones marcharon muy lentamente. Se encontraban en una situación explosiva de crisis. El golpe de mercado fue el derrumbe del Plan Primavera. El Banco Mundial y el FMI limitaron sus créditos al gobierno argentino. Fue entonces que en 1989 se anunció la devaluación del austral. Comenzó la hiperinflación. Se destruyó el valor del salario y la moneda. La crisis elevó a cifras inéditas los niveles de pobreza y desocupación en Argentina. La hiper no fue resultado de ninguna intervención aislada. Requirió la combinación de una multiplicidad de acciones, y de ciertas ausencias, como la de un Estado capaz de preservar el valor de la moneda. Alfonsín debió ceder mucho para obtener muy poco. Fue en este contexto donde decide anticipar su mandato a Carlos Menem, quien había ganado las elecciones de ese año. Pudo cumplir su sueño de entregarle el mando a otro mandatario electo; pero no a uno de los que él hubiera preferido, ni en la fecha prevista. La imagen de 1983 se había invertido ya que se retiraba acusado de incapacidad. Carlos Menen asumió en medio de la crisis hiperinflacionaria e inició un vasto conjunto de reformas económicas y estatales, cuyas consecuencias se fueron manifestando gradualmente. Así se implementó la Integración Regional en 1995, al igual que el Ajuste Expansivo para poder estimular la expansión de ventas, eliminando las fronteras interiores para el tránsito de bienes y personas. En un Censo Económico Nacional realizado en 1994 se confirman la desaparición de numerosas empresas del sector industrial y del comercio minorista como consecuencia del proceso de concentración económica entre 1985-1994. También se estimó un récord de desempleos y una economía totalmente detenida.