a) La participación activa del alumno en su formación y la constante comunicación con él sobre sus
avances y posibilidades de mejora; b) Evaluar con enfoque formativo, a partir de los aprendizajes esperados
y las competencias establecidas en el currículo nacional; c) Considerar y atender las necesidades específicas
de los alumnos y de los contextos en los que se desarrollan; d) Fortalecer la retroalimentación entre
docentes, alumnos, padres de familia o tutores; e) Desarrollar una intervención pedagógica oportuna para
garantizar el logro del aprendizaje, de tal forma que la enseñanza se ajuste para mejorar el desempeño del
alumno, y f) En general, concentrar todos los esfuerzos en mejorar la práctica docente y el desempeño de
los alumnos.