El comunicador artificial siempre sonará igual y, en
cambio, el comunicador que utiliza la naturalidad
será capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y
hará llegar su mensaje con el sentimiento que
desee imprimirle.
Ejercicio 1
Coger un texto, no muy largo e intenta leerlo
varias veces, transmitiendo en cada ocasión un
sentimiento y un estado de ánimo distinto.
• Léelo como si fuera un texto gracioso
• Como si estuviese enfadado
• Como si fuese un político de
atril convenciendo a las masas
en un mitín.
Ejercicio 2
Teniendo en cuenta el ejercicio anterior,
lee diferentes textos, dándole a cada uno
un sentimiento, ritmo y énfasis distinto.
Primero
Lee un fragmento de un
cuento, léelo exagerado como
si quisieras llamar la atención
de un niño.
… De repente vio al
monstruo, que era
enorme, delante de ella. -
¿A dónde vas, niña?- le
preguntó con su voz
ronca. - A casa de mi
Abuelita- le dijo asustada.
- Uhm… No está lejos-
pensó el monstruo para
sí, dándose media vuelta.
Segundo
Es un texto informativo. Léelo de
manera neutra, seria, bien
vocalizada y sin rapidez.
La inmigración y la vivienda
son dos de las cuestiones que
inquietan cada vez más a los
andaluces, quienes siguen
considerando al desempleo
como su principal
preocupación, según un
informe realizado por el Centro
de Análisis y Documentación
Política y Electoral de
Andalucía durante el otoño de
este año.
Tercero
Dos estrofas de un poema.
Siente lo que lees, para que
le llegue a el receptor.
Exagera en el énfasis y
gestualiza cada verso.
“En el corazón tenía La
espina de una pasión;
Logré arrancármela un
día: Ya no siento el
corazón.” Y todo el
campo un momento Se
queda, mudo y
sombrío, Meditando.
Suena el viento En los
álamos del río. (Antonio
Machado)
Cuarto
Fragmento político. Imagínate que va
dirigido para cientos de personas que te
escuchan convencidos. Eleva el volumen y
la entonación, enfatiza en las palabras más
importantes, sube la intensidad, hasta que
el público rompa en aplausos.
Porque no hay derecho a
que la señora Martínez diga
que van a invertir 3 millones
de euros cuando es
absolutamente falso. Y lo digo
sabiendo lo que digo:
¡Mienten! No van a gastar un
solo duro en nuestra ciudad.
En cambio nosotros, si lo
vamos a hacer.
Ejercicio 3
Como ya nos hemos adaptado al contenido de los mensajes como queríamos
para lograr que el receptor modificando la entonación, también nos movemos
entre dos segmentos muy cercanos entre sí, sin quererlo, limitan nuestras
capacidades ante el micrófono. ¿En la vida cotidiana, eres capaz de gritar,
proyectar la voz y también susurrar?
• Imagina contándole a alguien. Visualiza
como te expresas, tu ritmo, tu volumen, tu
entonación, hasta gestualización.
• Vamos a trabajar la intensidad. En
el texto diferencia 5 niveles, imagina
que estas solo/ en tu habitación/ le
cuentas algo a un amigo
Primer nivel= volumen muy bajo, con tono grave.
Segundo nivel= subirle un poco los decibelios y agregarles un poco a el énfasis.
Tercer nivel= subimos más el volumen y mostramos nuestro enojo.
Cuarto nivel= sube la intensidad aumentando por encima de nuestro volumen, casi gritando
Quinto nivel= Grito que asuste. Enfado absoluto.
Ejercicio 4
En este ejercicio nos trazamos metas que antes no nos habíamos propuesto, por
medio de las diferentes entonaciones, del énfasis y de la interpretación.
Empezaremos a basarnos en algunas lecturas como “Cyrano de Bergerac” para
no caer en los usuales errores por los que pasamos los locutores, tales como
caer en la monotonía de la que es duro salir. En ocasiones, por miedo al ridículo
o por un exceso de corrección, no alcanzamos la entonación adecuada ni
comunicamos el mensaje de la manera correcta. El ejercicio consiste en leer
cada frase que dice Cyrano con su correspondiente entonación. Cuando diga
agresivo, le imprimes a la frase un tono agresivo, si dice amistoso, con tono
amistoso, etc. Es necesario calentar la voz, grabarla, escucharte, comprobar si
has sido capaz de diferenciar, con tus entonaciones, las distintas expresiones de
Cyrano. Si no estás satisfecho, hazlo de nuevo. No te quedes corto, arriesga y
exagera.
Amistoso: "¿Se baña en vuestro vaso al
beber, o un embudo usáis al caso?"
Fino: "Para colgar las capas y sombreros esa
percha muy útil ha de seros"
Brutal: "¿Podéis fumar sin que el vecino ¡Fuego en, la
chimenea! grite?"
Burlón: "¿Tanto a los pájaros amáis, que en el rostro una alcándara les dais?"
Agresivo: "Si en mi cara tuviese tal nariz, me la amputara."
Previsor: "Tal nariz es un
exceso: buscad a la cabeza
contrapeso."
Descriptivo: "¿Es un cabo?¿ Una
escollera? Mas ¿qué digo? ¡Si es
una cordillera!"
Curioso: "¿De qué os sirve
ese accesorio? ¿De
alacena, de caja o de
escritorio?"
Solícito: Comprale una sombrilla: el sol
ardiente su color mancilla."
Ejercicio 5
Es básicamente empezar a leer palabras difíciles con
mucha lentitud hasta aprenderlas de memoria y luego
cuando se tenga una perfecta dicción, leerlas con un
poco más de rapidez. Esto nos va a permitir ejercitar la
vocalización, la concentración en la lectura y el control
de velocidad.
Hay que estar concentrados en el mensaje, en lo que se
va a decir. Leer correctamente significa interpretar
adecuadamente un texto y hacerlo llegar al oyente con la
mayor claridad. Hay que entender su contenido, tener en
cuenta los signos de puntuación y la entonación, ponerle
una velocidad adecuada, pronunciar correctamente cada
palabra, vocalizar, utilizar las pausas, cambios de ritmo y
volumen, correctamente.
Es cuestión de practicar y practicar todos los días, leyendo unos
minutos textos ricos en expresividad que ayuden a mantener la
concentración.
La ejercitación de los músculos faciales es muy importante, exagerar la
vocalización permite este ejercicio. Colocando correctamente lengua, dientes,
labios y siendo conscientes de la entonación que le damos a las palabras, su
acentuación, respetando los signos de puntuación y dibujando correctamente
una melodía. Manteniendo siempre al principio un ritmo lento y luego irlo
acelerando. Siempre es importante grabarte, escucharte y si no te sientes bien
con ello, repetir el ejercicio. Esto permite controlar la velocidad, ejercitar los
músculos que intervienen en la fonación y mejorar la vocalización. Mejorar la
entonación y por lo tanto hacer más creíble la lectura, la interpretación y el
control de las pausas en el mensaje.