Acto Locutivo: es el acto que
realizamos al decir algo. El enunciado
en sí es una locución.
Acto Perlocutivo: es el efecto que el enunciado produce en
el receptor, la reacción o consecuencia de lo que se ha
dicho.
Actos Directos: son aquellos en que la intención del
hablante se expresa de manera clara y explícita, y el
receptor comprende sin dificultad.
Actos Indirectos: la intención no es explícita en el mensaje, sino que el
receptor debe interpretar o suponer lo que el hablante quiso decir; esto
es lo que comúnmente llamamos "leer entre líneas” y que muchas veces
puede generar confusión o malentendido.
Asertivos o representativos: El hablante afirma o niega
algo. Dice algo sobre la realidad, según lo que conoce o lo
que cree que es verdadero (según su nivel de certeza).
Directivos o apelativos: El hablante busca obtener una reacción
determinada del receptor, hacerlo actuar de una manera, convencerlo de
una idea o lograr que entregue una información, como sucede cuando
hacemos una pregunta, una solicitud o damos una orden.
Expresivos: El enunciado expresa un estado interior del hablante, emocional o físico.
Compromisorios: El hablante se compromete a hacer algo.
Declarativos: Por medio de una declaración o sentencia, el hablante genera un cambio en la
realidad. Normalmente, el hablante tendrá algún grado de autoridad que le otorga el poder
de hacer algo oficial por medio de su acto de habla.