CONSIDERACIONES EN TORNO A LA
CONSTRUCCION DEL CASO CLINIC EN
PSICOANÁLISIS
El tratamiento analítico es en sí la búsqueda de un saber.
Toda demanda de análisis es la demanda de un saber pues lo
que trae al analizante futuro al consultorio del analista es
una pregunta que se hace urgente e imposible de callar:
¿por qué?
Es el reconocimiento ya insoslayable de que la vida no puede
seguir viviéndose así y que debe existir en algún lugar un
saber que responda a los interrogantes insatisfechos.
El analizante supone que en algún lugar ha de
estar el saber que descifre su malestar, sus
síntomas, su imposibilidad de manejar su destino.
Si una persona entra en análisis es porque de
alguna manera le hace falta un saber.
“saber que no se sabe” La cura no es por tanto ni la
confirmación de un saber existente ya en la teoría, ni la
reminiscencia de un saber olvidado -mucho menos
podrá ser la revivencia de la experiencia bruta.
De las múltiples curas que lleva a cabo un
analista, sólo unas pocas van a ser luego
utilizadas corno material de reflexión para
construir un caso clínico.
Las razones de la elección son variadas
Algo en el transcurso del tratamiento puede haber
interrogado profundamente al analista
algún elemento le parece indicado para aclarar o avanzar un punto
teórico específico, efectos terapéuticos inesperados (positivos o
negativos) le hacen imprescindible una reflexión sobre lo ocurrido
La condición de esta cura ejemplariza una técnica de
trabajo particular -con niños, con psicóticos, etc.
Es a posteriori como la cura puede ser tomada como
primer momento de una investigación.
Es probable que durante el tratamiento los interrogantes que
éste le suscitan lo lleven a anotar cuidadosamente todo lo
ocurrido para una posterior elaboración.
El auto-analista supone tener un acceso directo a "su"
inconsciente –no se sabe en qué don de la naturaleza
funda este privilegio- y cree poder ahorrarse el rodeo de
tener que pasar por el lugar del Otro.
Lacan
"El saber hay que inventarlo para que lo haya"
De lo que se trata es de la invención de un saber singular, privado,
que se funda en la emergencia del sujeto del inconsciente.
La función del analista en este proceso es la de dirigirlo
Establecer las condiciones que hacen posible
la transferencia analítica, y conducir el
análisis y resolución de la misma.
El no conoce ni la forma que tomará la transferencia, ni
los avatares de la relación; igualmente desconoce la
fórmula en la cual se cifra el saber inconsciente del
analizante.
La "investigación psicoanalítica" tiene lugar a posteriori, una vez liquidada
la relación analítica que establece la cura. Dicha investigación es el trabajo
del analista, no del analizante.