En Rusia a inicios del siglo XX, en 1917 se presentó una revolución muy
importante que intentó mejorar las condiciones de vida de la población.
Está revolución fue una revolución doble, pues
hubo dos en el mismo año.
La situación en Rusia antes de 1917 se caracterizó por el monopolio
que habían hecho del poder la familia de los Romanov,
Las condiciones del pueblo empeoraron cada vez más, cuando el Zar Nicolás II
aceptó el poder a partir de 1984, su autoritarismo fue palpable al negar libertad de
expresión, prensa y asociación.
El zar fue responsable de
la humillación del país en
la guerra ruso-japonesa.
Junto con
estos
problemas que
no podía
resolver,
decidió
participar en la
primera guerra
mundial
Todo contribuía a una
sensación de caos.
El sistema capitalista permitía que
los burgueses integraran la clase
dominante.
Los capitalistas introducían maquinaria,
tanto para la industria como para el campo,
por lo que los campesinos fueron
despojados de sus tierras, quedando a
expensas de la explotación burguesa.
La miseria del pueblo contrastaba con
la opulencia de los terratenientes,
burgueses y la autocracia.
Las condiciones de la población eran muy
extremas, de tal manera que hubo manifestaciones
de inconformidad antes de la revolución de 1917: En
1981 había sido asesinado el Zar Alejandro II, y en
1905 estalló una huelga en San Petersburgo, donde
trabajadores pacíficos fueron totalmente reprimidos.
Con esas condiciones de
miseria, y la falta de
soluciones a las
demandas del pueblo por
parte del gobierno del Zar,
además de que la
población ya se estaba
organizando de las
tendencias, Bolchevique y
Manchevique que estaban
proponiendo una solución
para luchar contra la
miseria de la población, era
casi inevitable que se
presentara una revolución.
Los campesinos emigraban a
las ciudades buscando un
mejor salario y la situación de
los obreros era cada vez más
grave por la ineficacia y
corrupción del capitalismo.