El conjunto de las trasnformaciones ideológicas y políticas
que se habían desarrollado
conformaron una corriente ideológica y una doctrina política
que conocemos como LIBERALISMO.
DEFINICIÓN DE "LIBERAL"
"LIBERAL" (Amigo de la libertad), sirve desde el Siglo XIX para
denominar un conjunto de ideas que fueron la base y el
sustento de los sistemas políticos creados por las
revoluciones liberal-burguesas.
Las ideas liberales, se plasmaron también en
un modo de entender la sociedad y en una
actitud hacia las personas y relaciones
sociales.
En nombre de la razón y del derecho de todo hombre
a vivir libre, los liberales concibieron el universo como
una inmensa mecánica cuyos engranajes obedecían a
las leyes naturales.
Cuando Newton descubre las leyes elementales de la fisica, o Galileo
afirma que la tierra gira entorno del sol, no ponen en tela de jucio
ningún dogma de la Iglesia, sino algo más radical:
LA PRESENCIA DE DIOS EN CADA ACONTECIMIENTO.
Cuando los cientificos a partir del Renacimiento van
descubriendo las leyes de la naturaleza por medio de la
ciencia, no niegan la existencia de Dios, por el contrario
atribuyen al Creador haber dictado esas mismas leyes
que ellos simplemente descubren.
SE PRODUCE UN CAMBIO EN LA TAREA DE LA BÚSQUEDA DE LA
VERDAD
Al descubrir las leyes inmutables de la naturaleza, el "rol"
del Creador quedaba limitado al momento de la creación,
con lo que estaban afirmando que:
EL CAMINO HACIA LA VERDAD LO
BRINDABAN LA CIENCIA Y NO LA
TEOLOGÍA
LOS LIBERALES, consideraban que la sociedad estaba compuesta por individuos
y no por órdenes, clases o estamentos.
Se definían como la ausencia de ideologias sometimiento a otros, era
un bien en sí mismo en todos los campos:
CIVIL, RELIGIOSO, POLÍTICO Y ECONÓMICO
LA LIBERTAD no podía ser limitada por ningún tipo de autoridad,
fuera política o espiritual.
Defendían la libertad de pensamiento y denunciaban todo intento de
limitar la libertad de conciencia y de creencias.
Consideraban que la religión debía ser una convicción personal y no un
asunto de vida pública.
Se podía o no creer en Dios y ser igualmente un buen
ciudadano.