Capítulo1: El Hombre de Carne y Hueso. En este capitulo se encuentra la concepción de Miguel de Unamuno sobre lo que debe ser el centro de la vida y de todo el
razonamiento humano: El hombre de carne y hueso, el cual define como aquel que nace , sufre y muere, el que come y bebe, juego y duerme, piensa y quiere, el
hombre que se ve y a quien se oye, el hermano, el verdadero hermano. En contraposición al hombre que se ha ocupado la filosofia como el homo economicus, el homo
sapiens, el mamífero vertical, el cual señala que no es de aquí o de allí ni de esta o la otra época, que no tiene sexo ni patria, una idea, es decir, un no hombre.
Capitulo 2: El punto de partida. En este capitulo Miguel de Unamuno hace un
recuento de cómo el hombre evoluciona y llega a acumular el conocimiento sobre sí
mismo para su propia supervivencia como individuo aislado y llega a decir que el
hombre no vive solo ni es individuo aislado, sino un miembro de la sociedad, y dice
que el individuo como el átomo es una abstracción. "Si el individuo se mantiene por el
instinto de conservación, la sociedad debe su ser y su mantenimiento al instinto de
perpetuación de aquel. Y de ese instinto, mejor dicho, de la sociedad brota la razón,
concluye que la razón es un producto social. Quiere indicar entonces, que la razón
solo surge en la sociedad para la conservación de la misma, por tanto, el hombre se
debe a la sociedad en la que vive. El punto de partida de la filosofía es entonces, la
vida práctica, es decir, el para qué del pensamiento, por eso afirma que el filosofo
antes que filosofo es hombre, necesita vivir para poder filosofar.
Capitulo 3:El hambre de inmortalidad. En este capitulo él parte de la afirmación
según la cual el hombre ha buscado siempre su inmortalidad pero considera que el
hombre es el centro del universo, o mejor dicho, yo soy el centro de universo, y el
centro del universo, y dice que cada hombre vale más que la humanidad entera, y
no sirve que cada uno se sacrifique a todos sino que todos se sacrifiquen a cada
uno, ahí está la idea según la cual la razón del hombre es la sociedad, y que el
hombre es el centro de todas las cosas, y por lo tanto su vida vale más compartida,
que como un simple individuo aíslado, inmortalizado.
Capitulo 4: La esencia del catolicismo. Aquí trata de dar una respuesta desde la
doctrina cristiana-católica al hambre de inmortalidad. Luego de muchas explicaciones,
termina concluyendo que la religión ha tratado de racionalizarse para explicar el
problema de la inmortalidad y la salvación del alma individual, pero dice que al querer
racionalizarse esa idea de inmortalidad no se llega a satisfacer la razón por que lo que
se plantea ahí es sobre-racional o antiracional, pues se fundamenta en la fe del
carbonero. Esa idea constituye un dogma, es decir un pensamiento cerrado que no
admite ningún tipo de contradicción, es una idea fija, infalible, que satisface la
voluntad humana pero no la razón que es falible.
Capitulo 5: La disolución racional. Parte de David Hume, según el cual parece difícil probar con
la mera luz de la razón la inmortalidad del alma y sin embargo existen modos de probar
racionalmente su mortalidad. Es una postura totalmente escéptica de la inmortalidad del alma, por
eso afirma que " Ni el sentimiento logra hacer del consuelo verdad, ni la razón logra hacer de la
verdad consuelo". Estos dos puntos de vista opuestos es lo que el denomina escepticismo
racional.
Capitulo 6: En el fondo del abismo. Ante la existencia de la razón y del consuelo
de la vida frente al anhelo vital de inmortalidad humana, Unamuno dice que son
dos posturas que producen un abismo, que se encuentran en un abrazo trágico
entrañadamente amoroso, de donde va a brotar manantial de vida, de una vida
seria y terrible. Porque existe duda entre ambas y señala entonces, que la fe en
la inmortalidad es irracional y sin embargo fe, vida y razon se necesitan
mutuamente (vitalista).En una posición práctica no se renuncia ni a la vida ni a la razón.
Capitulo 7: Amor, dolor, compasión y personalidad. Dice que lo
unico sustancial, real es la conciencia y necesitamos a Dios para
salvar la conciencia, no para pensar la existencia sino para vivirla,
no para saber porqué y como es , sino para sentir para qué es, el
amor es un contrasentido sino hay Dios
Capitulo 8: De Dios a Dios. Dice que el hombre ha ido a Dios más por
lo divino que por deducción, racionalmente, es decir, que acerca de que
es Dios o de si existe Dios , no hay una respuesta racional. Dice que
creer en Dios es un anhelo de divinidad humana, por eso lo convierte en
un resorte de sus acciones, de ahí surge la esperanza, la bondad, la
belleza, etc. Otra vez está presente la lucha entre la razón y la religión
que el autor resuelve por via de la religión,el anhelo de la divinidad
humana, como mecanismo para alcanzar la perfección
Capitulo 11: El problema práctico. EN este capitulo vuelve nuevamente el
autor a la idea del hombre social, el hombre que vive en sociedad, y vive
para ella, en tal sentido desarrolla una conducta acorde con la doctrina de
Dios, y lo expresa de la siguiente manera, "el sentimiento de solidaridad
parte de mi mismo, como soy sociedad, necesito adueñarme de la sociedad
humana, como soy un producto social, tengo que socializarme, y de mi voy a
Dios- que soy yo proyectado al todo- y de Dios a cada uno de mis
prójimos-". Finalmente en la práctica humana está Dios, el hombre, y la
sociedad, interactuando constantemente.