F. LA BELLA ÉPOCA: LA INFLUENCIA DE
FRANCIA EN LA VIDA NACIONAL (ART NOVEAU)
La circunstancia social que vivió la ciudad de México
durante la última década del siglo XIX estimuló el
acercamiento de artistas e intelectuales a las novedades
vigentes en Europa central. Así fue como ciertas
modalidades del llamado Modernismo llegaron a la
literatura, la arquitectura y las artes decorativas del
cambio de siglo. Si bien podría ser aventurado hablar de
un movimiento Art Nouveau mexicano, sin embargo, se
tiene la certeza de que en México se vendieron algunos
objetos franceses pertenecientes a esta corriente, en
tiendas como la Cristalería de Plateros y G. Hildebrand y
Cía, ubicada en la actual calle Madero.
En cuanto a la arquitectura, se construyeron
numerosos edificios y casas con fachadas y
decoraciones interiores que retomaron elementos de
dicho estilo, lo cual nos permite suponer que los
modelos Art Nouveau tuvieron aceptación en la
sociedad mexicana de la época por lo exquisito de
sus composiciones y por su atrevimiento formal.
Varios ejemplos sobreviven en la colonia Roma y el
Gran Hotel de México (Ex -centro Mercantil) todavía
conserva su elevador estilo nouveau.
Además, Art Nouveau en México le ofrece una
oportunidad magnífica para apreciar de cerca la
maqueta de vidrio que sirvió de base a Louis Comfort
Tiffany para elaborar el telón de vidrio de la gran sala
de conciertos del Palacio de Bellas Artes. La
maqueta fue fabricada por Róth Miksa, con el proyecto
de Geza Maroti. La imagen de los volcanes es original
de Adamo Boari.
El periodismo político que se difunde en la
prensa y los medios de comunicación no
constituye una practica reciente se ejercía
desde la etapa colonial del siglo XIX.
La politización fomento a la vez el
desarrollo de una cultura y una conciencia
propiamente nacional. El periodismo sobre
todo en la mitad del siglo XIX se convirtió en
una propaganda política sumamente
comprometida y nacionalista.
Cuando Porfirio Díaz llegó al poder se
enfrento con un periodismo combativo al
que intento neutralizar con ayuda
económica a los periódicos y favores a los
escritores de esa forma elimino el
periodismo critico y opositor y creo una
prensa oficial.
B. ASOCIACIACIONES E INSTITUCIONES DE CIENCIAS Y ARTES
Las asociaciones culturales mexicanas del siglo XIX
fueron heredados de las que se habían formado desde el
siglo XVIII en el mundo occidental siguiendo las pautas
de la ilustración.
Conforme avanzaba el siglo, la urgencia de dar rostro a la
nueva nación hizo que se promovieran actividades literarias,
científicas y tecnológicas.
Instituciones antiguas como el Museo Nacional se
renovaron bajo las nuevas propuestas, y otras, como la
Biblioteca Nacional, fueron creadas.
Por acuerdo secretarial publicado en 1984, las Escuelas
Normales de México pueden conceder títulos de
licenciatura (educación superior). Las licenciaturas que
se imparten en las Escuelas Normales son: en
Educación Preescolar, Primaria, Secundaria con
especialidad en Español, Matemáticas, Biología,
Química, Geografía, Historia y Lengua Extranjera (Inglés y
Francés), así como en en Educación Especial,
Educación Física y Educación Preescolar y Primaria
Interculturales Bilingües (para maestros indígenas).
Las primeras Escuelas Normales se fundaron en México en
la década del 20 del Siglo XIX como parte del movimiento de
la Escuela Mutua o lancasteriana y tuvieron la finalidad de
formar preceptores, no maestros en el sentido moderno del
término. La segunda generación de Escuelas Normales se
fundó tras la Restauración de la República, muchas de ellas
fueron cátedras de pedagogía y formaron parte de los
Institutos Científicos y Literarios que también son antecedente
histórico de las Universidades Estatales. La Tercera
generación de Escuelas Normales, ya con la idea de
modernizar la educación, se inició en la década de los 80 del
siglo XIX, tal como sucedió en gran parte del mundo.
La primera Escuela Normal de este tipo en México
fue la Escuela Normal Veracruzana fundada en
noviembre de 1886 por el alemán Enrique Laubsher
y el suizo Enrique C. Rébsamen. La segunda
Normal moderna de México fue la Ciudad de México,
fundada a principios de 1887. Ambas instituciones
siguen en funcionamiento en la actualidad.
Romanticismo: El romanticismo mexicano se distinguía
por amalgamar el periodismo, la política, el positivismo y
el liberalismo, pues surgió en los años previos a la
Revolución Mexicana. El poeta Manuel Acuña es
posiblemente el máximo representante del romanticismo
en México.
Clasicismo: Fue una epoca que se distinguia por la
musica. Ya se han localizado, estudiado y hasta grabado
algunas obras clave de la música de aquella época en los
territorios del actual México, como la Obertura o Sinfonía
del español Antonio Sarrier, partitura que llegó a Morelia
en 1770, y las Últimas variaciones del mexicano Mariano
Elízaga, compuestas alrededor de 1830. Estas fechas
representan simbólicamente el principio y el final del
clasicismo en México. Sin embargo, de la gran cantidad
de piezas en boga durante este tiempo conocemos sólo
unas cuantas.
Modernismo: México es luego el principal centro de
irradiación, como La Habana lo es en sus orígenes. El
principal poeta mexicano de esta tendencia es Salvador Díaz
Mirón (1853-1928). Sus versos revelan la índole combativa de
su temperamento. Toma como modelo a Gutiérrez Nájera.
Canta a Víctor Hugo y Byron en versos efectistas y
relampagueantes. Se sintió poseído por un ansia de
perfección inasequible. De menor importancia fue Jesús E.
Valenzuela, no sólo poeta sino también mecenas
La “pintura del paisaje” (o “paisajismo”) se identifica
con el paisaje natural, donde los elementos de la
naturaleza son los protagonistas de la escena y la
figura humana pasa a ser un tema secundario. En sus
inicios, el paisaje se utilizaba como fondo de escenas
religiosas o mitológicas. No será hasta el siglo XVII,
en la pintura holandesa, cuando se considere como
género propio, y ya en el siglo XVIII merezca la
atención de los tratadistas del arte.
El paisaje es, sin duda, uno de los temas
característicos de la pintura europea y también de la
española. En nuestro país, a un primer paisajismo de
tipo romántico en el que destaca Jenaro PÉREZ
VILLAAMIL (1807-1854) le sucederá otro de tipo realista
cuyo gran impulsor fue Carlos De Haes (1826-1898),
quien formó a una importante generación de alumnos
que siguieron sus orientaciones creando una escuela
paisajística propiamente española.