El proceso de reestructuración productiva se desarrolla en México, principalmente
en el decenio de los ochenta, se presenta de forma selectiva, tanto en el sentido de las actividades
económicas como del territorial.
Se genero el declive de regiones tradicionalmente importantes por sus niveles de industrialización
sin embargo se empezaron a manifiestar nuevas áreas capaces de atraer e incentivar inversiones en espacios
históricamente no destacados.
Asimismo, los sectores económicos tienden a tener una participación diferencial según sus
características y capacidades de adecuación a las nuevas exigencias que imperan en un mercado
global.
Si se considera la dinámica del comportamiento del mercado de trabajo industrial en el sector
manufacturero para el período 1985-1993, destaca el papel de las entidades fronterizas del norte con
una tendencia emergente.
Las grandes empresas, ya sean maquiladoras o no, están localizándose principalmente en los
estados de la frontera norte limítrofes con los Estados Unidos. La mayoría de ellas tienen su centro
matriz en el país vecino, por lo que aprovechan ventajas de proximidad, además, de todas aquellas
que están caracterizando a estos territorios y que se encuentran potenciadas tanto por el gobierno
federal como por el local.
Desde 1975, año en que el modelo de desarrollo industrial y del aparato productivo en
general, estaba fuertemente sustentado en políticas de crecimiento "hacia adentro" con regulaciones de
tipo proteccionistas, a 1988, fecha en que ya se habían dado los primeros pasos para conformar una
economía abierta al libre mercado, se desata un incremento acelerado de la participación de las grandes
empresas en la estructura industrial manufacturera de aquellos estados del norte.
Las transformaciones que se presentaron bajo el modelo de apertura comercial y el sistema de
producción flexible fueron siendo particularmente adoptadas y difundidas, a través de nuevas estrategias
productivas, por las llamadas grandes empresas.
Un claro ejemplo del funcionamiento del nuevo modelo de desarrollo industrial que se presenta en
México lo constituye la creciente importancia que reportan las grandes empresas, sobre todo
multinacionales, las cuales operan en mayor medida, en las ramas industriales del automóvil, la
eléctrica y la electrónica. Todos ellos, sectores que requieren de múltiples procesos de ensamblaje y
que están directamente relacionados con estrategias de producción mundial.
La tendencia de una economía cada vez más globalizada y la creciente propagación del nuevo
paradigma de producción flexible hacen que el orden y funcionamiento espacial de la actividad
industrial en México se readecúe, según las actuales exigencias de la "nueva lógica de producción".