Se establecen conclusiones a partir de
casos particulares relevando el mérito o
esfuerzo individual como causa principal
del logro académico, sin tomar en cuenta
si se tienen más o menos recursos, tanto
económicos como culturales.
En 1958, Mike Dunlop le dio el nombre
de "Meritocracia" a la vieja dinámica de
jerarquizar en base al mérito, al
talento, y sobretodo al esfuerzo.
el discurso meritocrático es empírico: no es cierto. En un
contexto que permite herencias, la acumulación de
patrimonio desnivela el punto de partida de los
individuos a través de las generaciones, distorsionando
la igualdad de oportunidades.
en la meritocracia el exito es
enteramente tuyo, y nunca te
pones a pensar si se lo debes a
alguien (maestros, padres, etc.) o
algo (origen, suerte) más.
A pesar de la vasta creencia
de que el ingreso es fruto del
esfuerzo, la cantidad de
ganas echadas no es
proporcional al éxito obtenido.