Tema 3

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3.1. EXPERIENCIAS EUROAMERICANAS (Pág. 215 - 224)
Len Sanz
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TEMA 3 1.5. (ALGUNAS) Experiencias etnohistóricas del encuentro y el intercambio (pág. 133 . 145) 1.5.1. Homínidos en contacto La experiencia intergrupal, como práctica y representación, es ubica y universal en el tiempo y en el espacio: ningún colectivo humano se construye ni vive del todo aislado, ni presencial ni imagianriamente.Las migraciones humanas fenómenos sociodemogáficos, políticoeconómicos y culturales, también propician el intercambio y la relacionalidad entre personas y colectivos al configurar social y políticamente identidades/diversidades grupales respecto de otros en términos de orígenes, tradiciones, intereses.Teoría del OUT OF AFRICA del origen africano, las primeras migraciones de humanos se producen hacia el interior, sur y noreste africano. El primer homínido del género Homo del que tenemos noticia de haber emigrado fuera del continente africano, es homo ergaster. Migración por Oriente Medio hacia el centro de Georgia. De ahí puede que se extendiera por Europa y hacia Asia. Cobra fuerza la posibilidad de recorridos de ida y vuelta entre Asia y África. Parece que existieron intercambios demográficosEsto da idea de un elevado grado de movimientos demográfícos y posibles procesos de hibridación interespecifica en está época.Homo sapiens sapiens o humano moderno, se convirtió en el gran viajero que colonizaria todo el planeta. Calculo de edad por análisis del ADN mitocondrial que se transmite a todas las mujeres de un linaje. Homo sapiens, tendría más éxito reproductivo por alguna razón, sobreviviendo su descendencia mientras que la de otros del mismo grupo inicial no lo harían y desaparecerían.Homo Sapien Sapiens vuelve a extenderse hacia el Sur y Oeste de África, encontrando su actividad hace más de 130.000 años. (McBrearty y Brooks), luego hacia el Norte y Este. Penetrarón en Asia Menor, quizá luego Europa y el interior asiático. Por el sur de África al subcontienente indio. Desde el sudeste asiático alcanzaría Australia y Polinesia. Su migración más recietne fue la que le empujó por el Estrecho de Bering al contienente americano.Los últimos datos (entre el 75.000 y 50.000 BP) se encuentran en Europa. Traía las capacidades que luego desarrollaría en lo que los europeos hemos llamado la explosión cognitiva y artística del Paleolítico Superior. Cuando llegaron a Europa, los Neanderthales ya estaban ahí y hay evidencias de relaciones intergrupales entre la misma especie.Reconstrucciones documentales y literarias han descrito escenarios en los que pudo darse el contacto entre ambas especies, entre la desconfianza y la curiosidad, quizás incluso el intercambio esporádico.SVANTE Päabo y el Instituto MAx Plank de antropología Evolutiva (Leipzig), mantuvieron la escasa vinculación genética entre humanos modernos y neandertales (Päabo), cobra mas fuerza los casos esporadicos de intercambio reproductivo. El esqueleto encontrado en 1998 de un niño hace unos 25.000 años, muy robusto, en Portugal, plantea la posibilidad de esta hibridación esporádica (MAuricio). La secuencia del ADN mitocondrial de tres restos óseos procedentes de Croacia ha mostrado vínculos genéticos entre neandertales y humanos modernos europeos, pero no con sus homólogos africanos, indicando una posible hibridación.La desaparición de los Neanderthal hacia los 30.000 años, después de 500.000 años en Europa, bajo difíciles condiciones climáticas. Fueron entre 25.000 y 15.000 años de co-temporaneidad y posible coexistencia con sapiens sapiens compartiendo en Europa un entorno ecológico parecido.Superioridad cognitiva del homo sapiens ante el neanderthal, le proporciono ventajas decisivas a la hora de organizar un entorno acorde con un dinamismo y una complejidad social e intelectual mayores que los grupos de Neandertales, los cuales tenian una inferioridad cognitiva inferior respecto a sus capacidades simbólicas y lingüísticas. Nuevas interpretaciones de la cultura lítica châtelperroniense en Francia permiten aventurar que esta responde a un momento de innovación tecnológica propia. (ZILhao)La posibilidad de una catastrofe demografica por alguna deficencia inmunológica, la población neanthertal ya estaba en declive cuando llegaron los humanos modernos, El tipo de vínculo grupal tribal, más fuerte y estructurado en caso del humano moderno.Homo Sapiens Sapiens irradió a todos los lugares del planeta. Es de suponer que los contactos e intercambios entre distintos grupos de humanos modernos se incremtenan durante el Paleolítico superior según los materiales y objetos encontrados procedentes de zonas a gran distancia entre sí. Qué duda cabe que las relaciones dinámicas entre capacidades, sociales y entornos están en la base de los distintos momentos que podemos considerar en la evolución de los homínidos.(BRONFENBRENNER). la aparición de condiciones singulares de experiencia bien puede hacer emerger capacidades y modos de relación con otros y con iguales, capacidades ligadas a la reflexividad y a modos más complejos de conciencia (Ramírez Goicoechea)Lo probable evolución de la grupalidad y la socialidad en sociedades no estatales. Contactos entre estos grupos han sido frecuentes, emparentados o no, incluso otros que constituyeran grupos exógamicos, o con ocasión de intercambios económicos más o menos vis-a-vis, regulares o más esporádicos, visitas rituales protocolarias intergrupales, contactos por trashumancia o nomadismo, todos ellos incorporando valencias my formas de cooperación y enemistad variable. Es posible que algunos de los modos de relación entre estas sociedades pudieran adoptar la forma de las oposiciones segmentarias, modelo propuesto en su momento por Evans Pritchar para la interpretación y la organización social de los NUER. 1.5.2. Gentes e imperios en la Antigüedad clásica El contacto intergrupal ha sido siempre arte y parte de la producción, organización y representación de las relaciones sociales humanas. Objetos, registros pictográficos, escultóricos, mapas, escritos, atestiguan un intenso contacto entre pueblos y gentes en la Antigüedad clásica. Sistemas-mundo globalmente conectados dan cuenta d e unas relaciones mucho más complejas en y entre distintas áreas como Europa, Oriente Medios, China, India. La aparición de relaciones basadas en idetificación grupal étnica/religiosa/política/cultural pueden rastrearse en relación al contacto entre las gentes, el intercambio demográfico y económico, la exploración, entre el conflicto y la cooperación. También respecto a la formación de los Estados. La expansión militar y el dominio político produjeron la incorporación forzosa de distintos tipos de gentes, deportaciones masivas o exilio. La distribución de privilegios entre distintos extrajeros ha sido generalmente muy selectiva, incorporándose ciertos grupos a tareas de control y administración específicas, promocionándose otros como élites de la clase dirigente. El Estado genera nuevas formas de jerarquías, identidades y de alteridades. Las formas de organización estatal proporcionan nuevos modos de externalización de las categorías sociales.Los imperios, como lugares de dominación política, económica e ideológica como centros civilizatorios han sido organizaciones políticas de inclusión abarcamente de multitud de colectivos y otras unidades politicas menores o tributarias, ejerciendo poder clasificatorio y aglutinador.El Estado imperial, por su propia proyección política es siempre un gran gestor de prácticas y representaciones de la diferencia, la desigualdad, el privilegio. Lo mismo, también es cognitivoperceptuales, evaluativos y morales, diversamente objetivados y esquematizados en el lenguaje, las denominaciones y las expresiones.La historia del Valle del Nilo no puede comprenderse sin aludir a una compleja historia de relaciones de conquista, dominación, alternancia, cooperación, entre pueblos diversos que luego serían conocidos como egipcios, nubios, libios, hicsos, asirios. Más parece que fuera la identidad política y cultural grupal el criterio adscriptivo principal.El Antiguo Testamento bíblico, libro de judíos, cristianos y musulmanes. El relato bíblico recoge la triple descendencia de Noé: Sem, Cam y Jafet. SEM: Semítica, asiaticos. CAM: Camitas, africanos. JAFET, Europeos. GOY: Nación en hebrero, sinónimos de naciones no judias. Los gentiles se refieren a la buena nueva, la palabra de Cristo. Término pagani: No creyentes. Ethnikos se utilizó en la tradución griega del Nuevo Testamento para referirse a las poblaciones paganas por convertir.El Mediterraneo ha sido un crisol de intercambios económicos y culturales, convivencia, batallas y alianzas. La historiografía clásica griega y de los romanos, está llena de descripciones de pueblos y gentes, atribuyendoles determinadas caracteristicas, comportamientos, modos de vestir, relacionarse y vivir. Entre todo lo exótico, junto con pueblos desconocidos y lejanos, se incluían también seres mágicos, hibridos y quimeras.Más allá de sus lealtades a las ciudades o polis respectivas, se identificaban como helenos, una identidad garantizada por una misma lengua, tradición y culto. Meteko se dijo de aquel extranjero, normalmente comerciante, sin derechos ciudadanos en la polis griega, pero con estatuto respetado por su condición generalmente de comerciante o representae político. ETHNOS, significado de pueblo extranjero, fuera del confín de los helenos, referido a gentes vinculadas por acción, residecnia común o atributos específicos. La afilación tribal era más relevante que cualquier distingo de tipo fenotípico, incluso se atribuía al clima algunas de las variaciones psicosociales grupales.El extranjero podía convertirse, por nacimiento, socialización e idetificación, en un igual o parecido caso. También utilizaron el término bar-bar, como onomatopeya para definir la lengua initeligible de los pájaros y, por extensión, a todos aquellos que no hablaran la lengua y por tanto , eran supuestamente ajenos a la polis como forma de vida ininteligible de los pájaros y, por extensión, a todos aquellos que no hablaran la lengua y por tanto eran supuestamente ajenos a la polis como forma de vida civilizada por antonomasia (las lenguas romances y anglosajon).Las distintas denominaciones para los celtas sirvieron a la Antigüedad clásica para denominar pueblos diversos del norte y noroeste fuera del mundo civilizado. CHAPMANLos esclavos fueron denominados así por la posición de esclavos en el Imperio Romano. Los Celtas asentados, lowland escocesas, por su fama de indomables y ladrones de ganado; pictos o fueron así llamados por los romanos por llevar el cuerpo tatuado. SUTHERLAND.Los indoeuroperos que invadieron el Norte de India, superiores militarmente por su culuta del hierro, el caballo y del carro ligero, denominaron mleccha (sinonimo de barbaro) a las poblaciones dravidianas y Munda de cultura urbana que encontraron allí. Lo que hoy conocemos por China también fue traspasado por una multitud de pueblos guerreros provenientes de las estepas, sujeta a multitud de influencias culturales y religiosas. (McNeill). Noción parecida a la grecorromana de bárbaro fue aplicada a principios del siglo XIX a aquellos que, como los occidentes, barbaros "del diablo" (Dikotter), rehusaron transformarse y adoptar los modos chinos bajo el ideario inclusivo abarcante de la Edad de Gran Paz. 1.5.3. Un Medievo conectado La imagen etnocéntrica renacentista de la Edad Media, entre el resplandor de la antigüedad grecorromana y el Renacimiento de la misma, las Dark Ages, no tienen nada de oscuras, atrasadas o aisladas. Los movimientos de población de finales del Imperio Romano, propiciaron en el contexto occidental, una serie de contactos y relaciones grupales en términos de pueblos, algunos de los cuales servirían de base para la futura constitucion de las naciones-Estado europeas. El eje religioso también fue vertebrador de las relaciones de convivencia y conflicto. Pueblo extrañado y extranjerizado. No hay que olvidar que el Cristianismo se propugna como una religión expansionista, apoyada por el poder político y militar, y de conversión obligada. Creencias y ptácticas religiosas enmascaran y a la vez propician otro ámbito de relaciones intergrupales. Se hace presente en los ideólogos y políticos del conflicto de las civilizaciones. La experiencia medieval y renacentista de Europa Central también viene marcada por un crisol de gentes en contacto, por migraciones, invasiones, alternancias de dominacion política y militar de diversos centros hegemónicos. El middleman ejerció de intermediario entre grandes áreas culturales y civilizatorios en las sociedades premodernas, también entre el campesinado y las élites gobernantes. Relacionado con este concepto, y a menudo sinónimo del mismo, podemos también hablar del extraño, magistralmente descrito por le sociologo aleman SIMMEL. Por un lado atrae por ser vehículo de noticias del mundo exterior pero nunca estará orgánizamente conectado con el grupo ni será miembro de pleno derecho de la comunidad.Todo ello no impidió un proceso de hibridación y mestizaje demográfico y cultural, delque obviamente, salieron ganando los europeos. A los objetivos políticos y comerciales unió un proyecto religioso inclusivo desde un cristianismo abarcante al que incorporar convirtiendo a todos los indios. 1.5.4. Descubriendo América La experiencia americana es considerada como el principal momento constructivo del Eurocentrismo mdoerno fundamentado en una muy particular experiencia objetivada de lo diferente. Encuentra en principio puede haber dos formas básicas de identificar a los extraños, o bien son una clase de subhumanos o lo contrario, sobrehumanos. Esta relacionalidad propició la aparición de un corpus de reflexiones intelectuales, religiosas, políticas, morales y filosoficas, que oscilarán entre la justificación más complaciente del proyecto colonizador y la más cerval crítica a sus múltiples aberraciones. También incluyen referencias sobre cómo los indígenas han pensando, representado y, por ende, cómo han actuado respecto a la llegada y permanecnia de los europeos y,en su momento, de los euroamericanos. 3.1. EXPERIENCIAS EUROAMERICANAS (Pág. 215 - 224) 3.1.1. De la tribu a la etnia. El contexto colonial británico La reflexión europea occidental moderna sobre la identidad/alteridad étnica, en sus variadas gramáticas, gira en torno a varios procesos históricos: Comoprocesosdelpensamientoyacciónpolíticosysocialesoccidentalesconstruidosapartirde la experiencia de contacto en términos de desigualdad, dominio y subordinación propiciada por el expansionismo militar europeo, comercial e ideológico, desde fines del S. V hasta el S.XIX, estrechamente vinculado al desarrollo del capitalismo mercantil primero e industrial después. Lavertebracióndeunahomogeneidadterritorial,económica,lingüísticayculturalinternaapartir de ciertos grupos dominantes operada por las Monarquías y las élites europeas occidentales en la construcción de una unidad política y militar en el escenario de otros Estados-nación. Como categoría operativa estratégica de las identidades y nacionalismos periféricos europeos, en su demanda de autonomía política y cultural durante los siglos XIX y XX, principalmente desde el modelo naturalista del Romanticismo. Como herramienta para gestionar los trasvases de población ligados a la caída del Imperio Otomano y las consecuencias (cambio de fronteras, ejes políticos) de algunos estados europeos tras la Primera Guerra Mundial. Comoprocesodereflexiónyordenaciónpolíticadelosprocesosdecolonización/descolonización europea de África y Asia. Paralaadministraciónenlaconstrucciónyvertebracióndepaísenestadosposcoloniales(EEUU, Australia, Canadá, Argentina, Uruguay, etc.) durante los S. XIX y XX a expensas y en contra de sus habitantes originarios. En las políticas de identidad relacionadas con el incremento de la diversificación interior con la llegada de ciudadanos de las excolonias, y con la crisis del Estado de bienestar en Europa. Como proceso de reflexión y ordenación política de los procesos de colonización/descolonización europea de África y Asia (punto 5). La experiencia colonial europea en África estuvo ligada al concepto de tribu. Para L. Morgan, la tribu era un conjunto de clanes. Pritchard concibió tribu como unidad política dentro de una etnia. Las potencias coloniales dividieron África en tribus. El etnocentrismo europeo incluyó en este término la idea de grupo asilvestrado, incivilizado, como un estadio de la evolución social. La tribalización, arguyen ahora la mayor parte de especialistas africanistas, no fue tanto una característica de la organización social africana como el resultado del punto de vista del observador y del administrador colonial y postcolonial. La tribalización repartió a la población local en unidades controlables y manejables desde el poder colonial. La Antropología retroalimentó aquellas construcciones políticas, ideológicas y administrativas, identitarias, formuladas en relación a la construcción de procesos en los que, además de construir capitalismo, se forjaba la identidad occidental. La Indirect Rule (gobierno indirecto de los británicos en África) fue también responsable de esta cartografía grupal. Consistía en apoyarse en un determinado sector de la población indígena y que hacia de intermediario en las comunidades locales, favoreciendo a algunos grupos a que desarrollaran sus intereses mientras otros eran mantenidos al margen, simiente de futuros odios étnicos. Estos elegidos sirvieron de importantes intermediarios entre el funcionario colonial y las autoridades locales. La conexión con los jefes tradicionales de la aldea operaba como legitimación cultural y política, histórica, de las nuevas ideologías Tribalistas. El colonialismo adjudicó a los colonizados identidades en base a determinados atributos, adscribiéndoles a un territorio específico colonialmente administrado primero, convertido en nación- Estado después. Los nuevos estados africanos siguieron los límites geográficos de las antiguas colonias, con no pocos problemas en el empeño occidental de hacer coincidir una homogeneidad étnica sobre una misma unidad política territorial. Cuando los ingleses se retiraron formalmente del control político abierto de sus colonias, dejaron una situación abierta para el mantenimiento del poder de unos y la reivindicación de otros. Esto explica en parte la historia de agravios que algunos grupos hayan podido sentir sobre otros, como en el caso de los genocidios entre los Tutsis y los Hutus en Rwanda, quienes, antes de la experiencia colonial no reconocían estas categorías como excluyentes. Los empleadores blancos, por su parte, insistían en el mantenimiento de las divisiones tribales para negociar de forma separada y así impedir la unidad de acción de los trabajadores. Después de los movimientos de población en Europa a partir de la caída del Imperio Otomano tras la I Guerra Mundial, la II Guerra Mundial y la experiencia del nazismo, políticos, administradores y élites nacionalistas europeas comienzan a rechazar los términos de tribu y de raza como políticamente incorrectos. Comienzan a ser sustituidos por el de etnia, concepto aplicado a poblaciones diferenciadas cultural e históricamente. El uso de este término comenzó a ser más frecuente también entre las administraciones coloniales. Se utilizó como si las etnias fueran los equivalentes originarios de las naciones. Así, aquellos grupos caracterizados por cierta homogeneidad cultural o lingüística serían soberanos de un territorio dado, tal como sucediera con las monarquías occidentales. Aunque la realidad en el terreno fuese mucho más compleja, etnógrafos fueron llevados a delimitar los contornos geográficos de los grupos étnicos y así perfilar las nuevas nación-Estado, de forma parecida a como se hiciera anteriormente con las clasificaciones tribales. La exploración del Pacifico y su colonización representan una singularidad propia con respecto a la experiencia colonial en América y en África. Dentro de las terminologías para la alteridad, aborigen (habitante inicial desde el origen), fue un término que ya se encuentra en la lengua inglesa desde finales del s. XVIII, Se aplicó especialmente a las poblaciones nativas de Australia, y de Oceanía en general, Taiwán y algunas áreas del Sudeste asiático. Muchos de los mitos literarios (La isla del tesoro de Julio Verne, Gulliver de Jonathan Swift, Robinson Crusoe de Daniel Defoe) británicos se ubican en las maravillosas y exóticas islas del Pacífico. 3.1.2. Estados Unidos: Inmigración, asimilación y aculturación El caso de EEUU de América del Norte es diferente. Podríamos señalar los siguientes escenarios principales: La experiencia de la esclavitud y el racismo segregacionista desde el paternalismo explotador sureño al liberalismo individualista del capitalismo del Norte, y la consagración del sistema racial como principio ordenador de la diferencia y de la desigualdad social. Lasrelacionesdelametrópolibritánica,delgobiernoamericanodespuésydeloscolonosconlos indios americanos y el genocidio demográfico y cultural mediante la usurpación de sus territorios, recursos y dignidad grupal, y su confinamiento en reservas. La llegada de una masa migratoria como colonos desde distintos países europeos en los siglos XIX y XX. La inmigración latina,principalmente de mejicanos, portorriqueños y caribeños. La aparición de nuevas identidades étnicas de grupos migratorios previos en el contexto del reparto de esferas políticas de influencia (mediante lobbies) y de beneficios económicos y sociales. LaracializacióndelIslamcomofuentedelmalyamenazadeOccidenteapartirdeladestrucción de las Torres Gemelas en Nueva York y la cruzada republicana, principalmente, para justificar determinadas actuaciones (como la invasión de Irak) que esconden intereses económicos y geoestratégicos. A pesar de toda su diversidad sociocultural, los EEUU han construido su identidad entorno al ideal wasp (White anglosaxon protestant). Desde la ideología individualista y emprendedora de la nación americana, sería mediante la educación, las habilidades, el esfuerzo y la cualificación personal, como uno podría integrarse y ascender en la escala social. Después de esta fase vendría la asimilación estructural, la asimilación matrimonial, y la identificación cívica. Así, las minorías se incorporarían condicionadamente a la mayoría, en un proceso que se llamó de amalgama o crisol. Así se responsabilizó a latinos y afroamericanos de su fracaso por su cultura de la pobreza, sus rasgos psicosociales, actitudes, tipos de personalidad, incapacidad intelectual, tradiciones culturales, etc. Las clases medias y profesionales fueron las más privilegiadas quedando prácticamente fuera del reparto las clases más depauperadas. La gestión de este conflicto acabó consolidado las categorías raciales. Hay que tener en cuenta que en USA el censo incluye una referencia al origen étnico, aunque se haya nacido en el país. Daniel Bell señaló que la ligazón étnica podía ser más eficaz que la de clase porque implicaba afecto, posibilitando efectos más movilizadores a la hora de la reclamación de intereses y beneficios del Estado, funcionando incluso como lobbies. 3.2. PENSANDO ETNICIDAD (Pág.225 - 255 ) 3.2.1. Teorías clásicas Como decía Thompson, no se puede analizar ninguna teoría de la identidad desvinculada de la teoría social que sustenta el autor. Ninguno de los clásicos de la Sociología prestó mucha atención a la etnicidad ni lo consideraron un concepto sociológico relevante, a excepción quizás de Max Weber. La pertenencia étnica se diferenciaría del parentesco porque sería una identidad presumida, supuesta, más que contrastada. Sin mencionar explícitamente las diferencias culturales como diferencias étnicas, Émili Durkeim distinguió entre sociedades de tipo mecánico y de tipo orgánico. La antropología Urbana fue la embajadora de la etnicidad en las ciencias de lo sociocultural, sobre todo desde los trabajos de campo y análisis de las nuevas relaciones sociales en contextos de urbanización y proletarización en África. Pero también por la llegada a la metrópoli de los ciudadanos de las excolonias británicas, francesas, holandesas, etc. Las metrópolis comenzaron a experimentar lo exótico en casa. Pasamos del primitivo al extraño entre nosotros, así reaparecieron mendigos, pobres, delincuentes, enfermos, jóvenes, etc. Un reparto disciplinar se realizó entre aquellos que estudiaban relaciones raciales (los sociólogos) y aquellos que investigarían relaciones étnicas (los antropólogos). En general se observa una gran correlación entre la aproximación teórica escogida y el caso etnográfico que se pretende describir. Por eso se ha dicho que estos conceptos como etnicidad, identidad, etc. no sirven para nada, porque no son universalizables, aplicables para comprender e interpretar todos los casos empíricos. En primer lugar pueden distinguirse dos corrientes principales aparentemente opuestas que enfatizan la importancia de un aspecto u otro en la Etnicidad. Una se fija más en los aspectos de objetivación y continuidad en el tiempo. La otra en aspectos más variables en el tiempo, en relación a procesos de organización en contextos de cambio social. Las teorías que se denominan primordialistas interpretan la etnicidad como un compendio de rasgos inherentes al grupo, han entendido la Etnicidad como algo básico de la identidad de personas y grupos, lazos naturales y vinculante, evidentes para el sujeto, heredados socialmente, identificatorios de su existencia social, con un poder de adscripción independiente de la voluntad de los individuos (la sangre, la lengua, la religión, las costumbres, los rasgos fenotípicos). Clifford Geertz siempre ha subrayado la necesidad psicológica humana de la identidad, de la afiliación grupal y de la vinculación emocional subjetiva que proporciona. Los lazos primordiales (como los étnicos) serían más fuertes, permitiendo la constitución de una comunidad política basada en valores y afectos frente a la de la ciudadanía basada en intereses y acción. Otros también han reconocido que las grupalidades étnicas se ubican en la intersección entre la familia y la sociedad más amplia y el Estado, dotando al individuo de un soporte moral y emocional. Ernert Gellner entendió el nacionalismo como ideología política basada en una identificación étnica, como el resurgimiento de aquellos lazos primordiales comunitarios perdidos en la Modernidad y en la sociedad industrial. La identidad étnica subjetivamente experimentada está llena de imágenes, paisajes, gestos, sabores, olores, emociones, expresiones. Uno vincula ese paisaje con su propia biografía y su memoria episódica. Por eso parece evidente, natural, porque está profundamente enraizado en la construcción biopsicosociocultural y socializada de uno como persona-con-los-demás. No obstante, las orientaciones primordialistas tienen dificultad en explicar la dinámica y flexibilidad de las categorías de la representación y de la práctica, la ambigüedad, la hibridación, la continua reorganización de todos los procesos sociales. De otro lado, encontramos otro grupo que ha sido denominado como instrumentalistas, principalmente a partir del trabajo de Frederik Barth. La pregunta que se plantea es cómo se generan y mantienen los grupos étnicos. Lo importante es su capacidad para organizar interacción social mediante la definición de fronteras entre los grupos. Las adscripciones étnicas son variables, negociadas, revisadas y revitalizadas según situaciones e intereses. Esta teoría parte de contextos de interdependencia económica y existe complementariedad entre los grupos. Un grupo étnico se construye a la vez que su frontera con respecto a otros grupos étnicos. Sin embargo, Ramírez Goicoechea, no cree que la etnicidad sea un sistema arbitrario de signos, porque los rasgos distintivos puedan cambiar sociohistóricamente se ha supuesto que estos eran arbitrarios y que el aspecto fundamental era el mismo hecho de mantener la diferencia cultural. Estas teorías se han inspirado en la semiótica, equiparando los símbolos étnicos a signos arbitrarios, cuando, semántica y experiencialmente no lo son. Es una orientación algo formalista que se preocupa más por los bordes y límites y sus movimientos, que por la dinámica propia de los actores. Además se presta escasa atención a cuestiones de poder político y económico. Si la etnicidad es algo tan emocional es porque está implicada en las experiencias básicas de cognición-emoción del sujeto y cómo éste construye su mundo en el contexto de sus otros. Esta visión instrumental de la Etnicidad tuvo una continuidad en los trabajos de Abner Cohen, que estudió a los Hausa de Nigeria. Esta perspectiva suele apoyar las teorías de la acción racional. Uno se adscribe a un grupo étnico o una comunidad nacional para conseguir poder e influir en el Estado. La etnicidad aparecería así en situaciones de deprivación social y económica, de competición por recursos escasos. Para mitigar el conflicto étnico, bastaría con ofrecer más recursos disponibles para los grupos reclamantes. Daniel Bell también creyó que la etnicidad era una elección estratégica individual para ganar cierto poder y privilegio. La solidaridad grupal se basaría en el mutuo interés de los individuos respecto de bienes sociales. Depende en qué plano narrativo y pragmático se defina la situación, significado más esencialista o más instrumental de lo étnico es el que prevalece. Los diferentes significados de las categorías étnicas permiten comprender y predecir la conducta de las personas o interpretarla retrospectivamente. Identidades étnicas pueden ser dobles, triples. Podemos entonces, afirmar lo siguiente: - las antinomias preocupan más a los analistas que a los propios actores en su vida cotidiana. - La realidad fenoménica es siempre más compleja y rica que su descripción. - Las aproximaciones teóricas excluyentes son poco fecundas para el análisis antropológico. - Los modelos instrumentalistas pueden convivir con los modelos genealógicos en determinadas situaciones empíricas. 3.2.2. Contribuciones a la integración En los últimos veinte años se han producido una serie de contribuciones críticas. Representan un esfuerzo por integrar distintos enfoques y prácticas, hacia modelos más flexibles e integradores, por tanto más comprensivos. Una posible síntesis entre las teorías anteriores fue presentada hace tiempo por el trabajo de Epstein: reclamaba que había que poner de nuevo la cultura en el cuadro y también los componentes emocionales. Consideraba que la herencia de la comunidad permitía construir la identidad individual a través de la socialización. Jonathan Okamura puso de manifiesto la relevancia del punto de vista del actor, sus comprensiones y explicaciones. Una aproximación situacional a la etnicidad permitía rastrear la variabilidad de sus significados en relación a distintos contextos sociales y distintos niveles y escalas de organización social, afirmó que las identidades dependían muchas veces de los contextos específicos en que los actores se veían implicados, y cuáles eran sus percepciones sobre dichas situaciones. Recogiendo la distinción de Clyde Mitchell, se distinguirían dos dimensiones de la etnicidad, una más estructural y otra más microscópica, relativa a los aspectos cognitivos, subjetivos e interpretativos del actor. La primera marcaría los límites a la segunda, en aquel contexto en que las relaciones colectivas estuvieran definidas macroscópicamente por un orden étnico y la distribución de poder que introduce. Ambas dimensiones estarían relacionadas de manera compleja. En consonancia con lo que ocurría con otras disciplinas sociales, otro hito importante fue el giro hacia las teorías de la práctica. Bentley se adscribió a la idea de que las condiciones de la existencia generaban distintas disposiciones (la mayoría de las veces inconscientes) para la acción, como una estructura profunda con diversas expresiones. Analizó el caso de una mujer de Maranao (Filipinas) quien manejaba diversas referencias identitarias a la hora de organizar su vida entre una educación moderna y la presión de un contexto familiar tradicional. Benedict Anderson describió también la nación, y por extensión, toda identidad colectiva, como una comunidad imaginada, creada históricamente a partir de determinados contextos políticos, ideológicos y tecnológicos, formando una identidad colectiva que los une aunque no fuera mediante contactos vis-a-vis típicas de las relaciones comunitarias. La insistencia en que la etnicidad es un fenómeno moderno y la necesidad de explicar la persistencia de los grupos étnicos a través del tiempo, hizo que algunos investigadores reflexionaran sobre cómo se mantiene y reproducen los fenómenos étnicos a medio y largo plazo. J. Armstrong insistió en la importancia de los mitos y símbolos como aglutinantes sociales a lo largo del tiempo. Esta orientación etnosimbólica destaca el papel de los mitos de origen, memoria, creencias y símbolos que dotan al grupo de una idea de unicidad y elección en el contexto de otros grupos con los que tiene experiencia de relación. Así, el grupo étnico se definiría por una denominación propia, el etnónimo. Thomas Eriksen ha rescatado los aspectos culturales de la Etnicidad, como contenido variable a tener en cuenta a la hora de investigar procesos étnicos. Es decir, las identidades étnicas no sólo tratarían de fronteras y límites, el contenido de los espacios que éstas delimitan también importa. Circunstancias y acciones construyen distintas identidades, pero el modo en que lo hacen también depende del contenido de dichas identidades. En todo caso, grupos basados en el interés son menos duraderos que aquellos basados en instituciones o cultura comunes. 3.2.3. Etnicidad, autopoiesis y complejidad Los fenómenos de identificación y alterización étnicas, no pueden explicarse sino en relación a una multiplicidad de otros procesos sociales complejos. La etnicidad propicia una ordenación e interpretación de relaciones e interacciones sociales con los demás y con nosotros mismos en términos de semejanzas y diferencias, proximidad y distancia social. El mundo globalizado nos parece híper complejo, pero las dinámicas sociales en una comunidad también pueden serlo, sobre todo cuando hacemos intervenir múltiples dimensiones en el análisis. Qué tomamos como Sistema y qué como Entorno también depende de nuestro punto de observación, nuestra perspectiva. ¿Por qué puede entenderse la etnicidad como un proceso sistémico? En cuanto que la etnicidad es un producto humano, social, muestra propiedades sistémicas, refiere a las interrelaciones entre las partes. Estos procesos se construyen en relación a una pluralidad de entornos. Lo que uno puede hacer con su identidad étnica depende también de lo que otros hagan con la suya y viceversa. Lo peculiar de este proceso es que los entornos se seleccionan y organizan desde dentro hacia fuera. En realidad toda construcción de la identidad y diferencia colectivas étnicas está, de una u otra manera, etnocentrada. El centramiento autorreferencial étnico, no implica necesariamente intolerancia, odio, conflicto, violencia, etc. El Otro como Entorno, es una referencia, no necesariamente el enemigo. Algún modo de etnocentrismo es prácticamente universal por la propia forma de nuestra socialización pero no está programado genéticamente. Las clasificaciones sociales, el mundo y sus significados, no se aprenden ni se representan ni se practican en abstracto. Están constituidas por el paisaje que pinta el entorno sociocultural en que uno se socializa. La identidad castiza (¿española?) no podría haberse constituido históricamente sin haber reconstruido unos entornos: la alterización de lo árabe y musulmán, de lo judío, de la francesidad y Modernidad librepensadora y laica, y todo ello con fuertes resabios católicos fundamentalistas de cristiano viejo. Buena parte de la confusión en torno al valor analítico y descriptivo de la Etnicidad reside en la ausencia de la distinción epistemólogica y analítica sistema/entorno. Es imposible fenoménicamente hablando que distintos colectivos tengan idéntica relación práctica y representativa entre sí, aunque pueda haber coincidencias. Toda perceptocognición 16 se hace desde una memoria y una experiencia particular propia personal y colectiva. Esta distinta relación depende para su significado de otras fruto de experiencias anteriores, y que configuran una globalidad de la que esta nueva formará parte en una complejidad de complejidades. La identidad británica imperial jamás podría haberse construido sin el concurso de sus propias alteridades internas (Escocia, Irlanda, lo celta, etc.). Tampoco sin alterizar los países y sus súbditos colonizados. Una capacidad de los sistemas dinámicos complejos es la de dotarse de una organización interna a base de atractores. Cuando un sistema adquiere poder gravitacional, por el que atrae otros sistemas, otros procesos sociales, podemos decir que se convierte en un atractor. Cuanto mayor sea su fuerza, y más dominios de la vida individual y colectiva organice, más hegemónico será. En algunas sociedades la Etnicidad es el principio organizador predominante, orientando todo o casi todo el espectro vital de actividades, representaciones y relaciones de un grupo. Esto fue lo que confundió a algunos para decir que la etnicidad era una identidad esencial, básica, inherente a la persona. Por el contrario, la etnicidad, como principio ordenador, puede estructurar sólo algunas parcelas de la vida social, siendo que otros sistemas de referencia (no necesariamente identitarios) pueden ser los principios ordenadores de la experiencia personal y colectiva. No hay que olvidar que la etnicidad no es una categoría básica de la experiencia, mientras que algún tipo de la identificación lo es. A veces no es fácil distinguir hasta qué punto un dominio ejerce atracción sobre el otro hasta el punto de poder afirmar que constituye un atractor. Elementos de otros sistemas de referencia pueden convertirse en microentornos del sistema de identidades étnicas. Cuando la Etnicidad hace girar en su derredor la política, podemos afirmar que atrae el campo de lo político sobre sí misma. Por ejemplo, podemos encontrarnos con partidos políticos que se autodefinen como partidos étnicos, aprovechándose de su posible capital social y capacidad de reclamo. Como toda práctica de relaciones sociales, la etnicidad está variablemente penetrada de otras formas de constitución de estas relaciones, como el parentesco, la organización social, la distribución de la riqueza y el poder, las relaciones entre los géneros, etc. No siempre se caracteriza por ser una globalidad dinámica sistémica autónoma, sino que puede ser subsidiaria de otros procesos sociales y políticos, organizándose dependientemente desde aquéllos. 3.2.4. Fronteras La crítica antropológica señala que los bordes, las fronteras, parecen más bien un efecto de la construcción identitaria que su causa. Las fronteras étnicas delimitan el grado de exclusividad/inclusividad de las socialidades relacionales individuales y grupales que produce. Pueden divergir según sus modos de objetivación histórica, los contextos, los agentes, las propias identidades que configuran, según las generaciones y sus modos de incorporación o exclusión. Podemos pensar en fronteras impermeables que definen identidades densas y excluyentes, con alto grado de vigilancia y control. Las fronteras identitarias construidas por el nazismo para los judíos pretendían ser inexpugnables, de segregación máxima. De ahí la insistencia en su estigmatización visible mediante marcas, señas, uniformes y la persecución. Este tipo de fronteras no admite ambigüedades. En la construcción de una identidad europea que acompañe al proyecto político y económico de la Unión Europea, tradiciones culturales y religiosas que han estado presentes a lo largo de nuestra historia (como por ejemplo el Islam) son reiteradamente excluidas de las representaciones colectivas elaboradas para imaginar una ciudadanía europea, política y culturalmente. Es lo que se denominan políticas de identidad única, tal como se intenta a practicar con la inmigración extraeuropea. Estas demarcaciones rígidas llevan en sí mismas la semilla de su destrucción. Por mucho que los límites sean objetivados, todas las demarcaciones internas y externas son dinámicas y está en constante redefinición, también los contenidos sobre los que se construyen. Las fronteras identitarias se parecen a membranas más o menos osmóticas, con zonas de contacto y definición múltiple, que incluso dan lugar a identidades transfronterizas. Porque las lindes marcan límites pero también ponen en contacto. La zona de contacto es aquella en que culturas dispares se encuentran, se enzarzan, a veces en contextos asimétricos de dominios y subordinación. Es éste el lugar de la interculturalidad/transculturalidad, del intercambio comercial y sus redes, dando lugar al mestizaje, la creolización, la hibridación. Es un espacio de dominio pero también de negociación y de reformulación de relaciones impositivamente dictadas. Se relaciona también con la noción de tierras de frontera, en donde los intercambios son posibles generando identidades de frontera, transfronterizas. Estas identidades transfronterizas pueden objetivarse precisamente como procesos sistémicos de construcción identitaria. En contextos de especialización económica y cultural, pueden darse fenómenos identitarios que singularicen el papel jugado por ciertos grupos (en la frontera entre Benin y Nigeria, que establecieron en su día los estados coloniales británico y francés, en la región de Shabe, se estableció una actividad comercial relacionada con el transporte y el comercio internacional. Ha sido la práctica de una actividad ligada a la frontera territorial lo que les ha dado un sentido de identidad propia). Otras delimitaciones son menos contundentes. Pueden definir identidades más flexibles, y también más circunstanciales. Fronteras osmóticas no se correlacionan necesariamente con identidades menos definidas. 3.2.5. Hibridación Las identidades de los sujetos no responden exclusivamente a los límites étnicos, sino que están atravesados por muchas otras “lógicas atributivas e identitarias”. Las articulaciones con otras formas de clasificación grupal e identidad posible, como género, status, edad, clase social, etc. no producen conglomerados sino compuestos orgánicos ínterseccionados que no son la suma de sus partes. La categoría mujer no dice en abstracto nada (no es lo mismo ser mujer en Liverpool que en Bangladesh). Néstor García-Canclini habla de procesos de hibridación como reconversiones creativas que ponen en entredicho la existencia de identidades puras, se dan en el contexto de universos cambiantes de socialidades interrelacionadas que traspasan los ordenamientos sustantivados de los grupos étnicos, las naciones o las clases sociales. La hibridación no es un punto de partida, sino de llegada, que tiene historias diferentes tras de sí, en relación a los modos en que se forjó: mediante la opresión, la sumisión, la asimilación, el intercambio, la persuasión del prestigio y la movilidad social, o el paternalismo exotizante. Toda identidad cultural es en realidad híbrida, porque se dirime en el terreno necesario de la interpretación, la traducción, la negociación. Las políticas de identidad unitarias, exclusivas y excluyentes, tienen dificultades para clasificar y convivir con las mezclas, segregándolas o bien ocultándolas por ambiguas y peligrosas potencialmente dañinas. Así ocurre con los híbridos, que capitalizan tabúes y conductas de evitación o tratamiento ritual porque concentran poder y peligro. 3.2.6. Una definición politética Para identificaicón e identidad, nos hemos inventado etnificación para dar cuenta de procesos dinámicos que adoptan gramáticas identitarias/alteritarias étnicas, reservando etnicidad para las formas objetivadas/incorporadas de estas identificaciones del imaginario y del discurso de las prácticas. El objetivo de los antropólogos es dar sentido a las diferencias (Strathern), deconstruyendolas, reconstruyendolas análiticamente. Propuesta de definición sinténtica. La etnicidad como proceso sistémico complejo, podemos entender la Etnicidad como: Relación de identificación semejanza entre personas pensadas y clasificadas, experimentadas y valoradas, vinculadas a grupos en diverso grado e intensidad. Este proceso de indetificación / diferenciación étnica tiene a otras identificación / diferenciaciónes étnicas como entorno, siendo sus relaciones reversibles pero no isomóirficas. Esta relación de semejanza y diferencia se objetica, constituyéndose, por medio de su materilización extensa y simbólica en discursos, prácticas, objetos, relaciones y recursos extrasománticos que configuran dicho proceso. Esta objeticación puede ser más o menos difusa, según el grado de reflexividad. Los limites de esta arbitrariedad vienen dados por: el entorno sociohistorico de los actores para quienes tiene significación el contexto situacional y estrategico de que se trate en el conjunto variable de otras ordenaciones y estructuraciones sociales posibles por las relaciones sistémicas dependientemente independietnes de estos elmentos, respecto de sus dinámicas internas entre sí y de la globalidad emergente que puedan produciríaen cuanto a todo lo anterior, por la plausibilidad psicológica de estos elementos, dinámicas y combinaciones, en cuanto que evoquen un conocimiento de sentido común, valido para actores, observadores, pacientes, intérpretes, vigilantes, entrepreneurs, etc. y no de cualqueir tontería que un/a iluminado/a se le ocurra inventar; el reconocimiento y validez de la capacidad identitaria/alteritaria de estas objetivaciones materialsimbólicas es variable.El marco general que posibilita esta objetivación viene dado por el paisaje del trabajo cultural producido y objetivado por generacionesanteiroes, el propio contexto historico y sociocultural en el que toma lugar y el contextual – situacional de las motivaciones, intenciones, deseos, evocaciones, intereses y planes de actores y grupos, incluyendo los efectos sociales, queridos / previstos y no, de las accioens de éstos. Esta relación de semejanza y diferencia exsite gracias también a su objetivación internalizada, neurosocialemtne incorporada. Esta incorporación en garantía de continuidad y re-producción creativa de estas relaciones y sus objetivaciones externalizadas a través de las generaciones. Estos procesos de indetificación y diferenciación pueden configurar afinidades, pertenecidas y membresías de diversas intensidad. Desde una epistemología compleja y dinamica de los sociocultural, no dualista, no lineal y no esencialsita podemos seguir analizando los procesos étnicos siempre que presetemos atención a los siguientes vectores: El carácter composicional de toda construcción identitaria, convenientemente refundidos y articulados entre sí de cierta manera (in)consciente. Las propias relaciones metonímicas y metafóricas entre estos elementos, sus posibles relaciones jerarquicas y los modos en que pueden incorporar en sí mismos la globalidad. La polisemia de interpretaciones y pragmáticas. Las múltiples imágenes de imágenes (metarepresentaciones) prácticas de prácticas (metaprácticas), imágenes de prácticas y prácticas de imágentes, que constituyen la multiplicidad no infinita de los procesos de indetificación / alterización étnicos. El grado de intersubjetividad compartida de las significaciones anteriormente citadas. El tipo de intersecciones y entrecruzamientos con otros principios ordenadores de las relaciones sociales. El tipo de agencias y acotres considerados Los escenarios historícamente constituidos y heredados como paisajes apra la acción personal y colectiva así como las capacidades y autonomias de estos agentes para objetivas, incorporar, refrendar, recrear y cambiar dichos marcos. 3.4. ATRACCIONES Y DISIPACIONES (Pág. 333 - 343 ) 3.4.1. Etnicidad y estructura social La estructura social es un concepto de larga discusión en la Sociología clásica, refiere a la ordenación de grupos en lugares sociales según determinados principios ordenadores (atractores) por los cuales se organizan sus relaciones sociales desde distintos grados de autonomía/dependencia. Más que estructura habría que hablara de estructuraciones, procesos y efectos estructurantes, etc. porque la permanencia y estabilidad atribuida al término responde como a una foto fija de un grado de complejidad y temporalidad determinados. El proceso social siempre está en movimiento. Principios ordenadores y entramado de relaciones complejas tienen origen en las acciones y prácticas humanas (intencionales o no, conscientes o no) que han cristalizado como rutinas, normas, prácticas de dominación, los cuales constituyen un marco para futuras relaciones. No ha de reducirse el concepto de estructura social al de estructura económica ni a las relaciones de clase. Estructuras sociales pueden ser originadas por diversos principios de ordenación de relaciones (ej., el parentesco, el acceso a los recursos, la organización política, el control y distribución del saber, las afiliaciones religiosas, etc.) Estos principios ordenadores, no son necesariamente excluyentes entre sí, pudiendo confluir, contradecirse, según variables históricas y contextuales. En la cultura occidental, la economía y su principio de racionalidad instrumental es el principal lugar de la producción simbólica. Otros dominios y actividades reflejan las modalidades de las relaciones de producción. La economía provee del lenguaje principal. El término capitalismo se ha convertido en una metáfora para todo tipo de acumulación: histórica, política, simbólica. La dominación capitalista no sólo se produce en el ámbito económico sino que se reproduce en el ámbito de lo cultural. La Etnografía ha mostrado cómo otras sociedades no se han organizado en torno a este atractor, sino que lo económico está penetrado de otros principios como el parentesco, la organización política, o los sistemas clasificatorios. Históricamente, el acceso a determinadas profesiones ha sido regulado por procedimientos y adscripciones exclusivas, para ciertos grupos a veces heredados de padres a hijos. Tradiciones culturales, oportunidades del sistema de producción, relaciones de dependencia entre grupos, distribución social de los saberes y destrezas, etc. son algunos de los elementos que entran en juego a la hora de configurar las relaciones complejas entre etnicidad y trabajo. La propiedad de los recursos y los medios de producción, el sistema de clases que de ello se deriva, como organizadores de nuestras vidas y relaciones con los demás, muestran una vez más, la interdependencia mutua entre lo biológico y lo sociocultural. La esperanza de vida, la enfermedad y la salud, el bienestar psíquico y corporal son, en buena medida, producto de la ubicación en la estructura social. Distintas formas de organización social y jerarquía, influyen decisivamente en la salud de los individuos. Algunos apuntan que los sistemas democráticos que incluyen programas de atención social y reequilibrio de la desigualdad económica y social son aquellos en los que más calidad de vida se produce. 1.1. La herencia medioambiental El puericultor, médico de familia y genetista Marcus Pembrey de la universidad de Bristol, junto con el investigador sueco Lars Olof Bygren, replantean la idea de la herencia vertical darwiniana y la responsabilidad única atribuida al ADN. Se trata de que ciertas catástrofes que puedan haberse producido en una generación (hambrunas, penurias sociales y demográficas, guerras, etc.) han podido provocar la expresión/silenciamiento de un gen o grupo de genes determinados durante el proceso que se denomina epigénesis. Esta expresión puede ocurrir en las siguientes generaciones, aún con ausencia del factor inductor primero. En la epigénesis de las segundas, terceras generaciones, sigue produciéndose dicha expresión/silenciamiento genético con consecuencias en forma de cambios metabólicos, síndromes postraumáticos, etc. Por tanto, efectos ambientales tienen consecuencias biológicas a lo largo de muchas generaciones. Franz Boas y muchos otros, encontraron que las causas de las ideologías raciales y el racismo residían en factores sociales y de distribución de las poblaciones en la estructura social. Las diferencias que se denominaban raciales eran consecuencia del dominio de unos grupos sobre otros, del control de los mecanismos de movilidad social, de su conservadurismo para mantener el poder. La corriente marxista y neomarxista también comprendió el racismo como subproducto del capitalismo colonialista y una estratagema para desviar las alianzas de la lucha de clases. Las funciones de las ideologías etnicistas raciales serían: - proporcionara una moral para la desigualdad sistemática - permitir al grupo dominante reconciliar sus valores con sus actividades - desanimar al grupo subordinado para que no haga reclamaciones a la sociedad - mantener la división del trabajo en aquellos casos en que esté estructurado sobre divisiones étnicas y raciales. Las relaciones entre Etnicidad y estructura económica (y clase social como una dimensión de ella) pueden ser reversibles, pero no isomórficamente (no es igual un árabe rico que uno pobre, siendo inoperante aludir a la condición de árabes de ambos como criterio de identidad común). Estructura económica y etnicidad pueden compartir atractividad y organizar representaciones conjunta o disjuntamente. La movilidad social es consecuencia de la flexibilidad y apertura del mercado de trabajo, pero también de cómo las percepciones sociales y la imaginería étnica retrabajan la estructura social (una investigación comparativa sobre polacos y marroquíes de la construcción en Barcelona y Madrid mostraba como se empleaban a los polacos para mejores trabajos porque eran percibidos como población más cualificada aunque en realidad no lo fueran). En una sociedad capitalista la posición estructural en el proceso productivo revierte en las categorizaciones étnicas/raciales. El proceso es metonímico: las clases más desfavorecidas están constituidas por ciertos grupos étnicos que se contagian de la devaluación atribuida a éstas y a los tipos de actividad económica que suelen ocupar. El proceso también es metafórico: como estos grupos étnicos son carenciales, ocupan estas clases sociales. Es esta reversibilidad no isomórfica, de una asociación metonímica a otra metafórica, lo que tanto desorienta la mentalidad popular: ¿ocupan esos puestos porque son así o son así porque ocupan estos puestos? Relaciones entre etnicidad y clase social dependen de los contextos.

Preguntas de examen Tema 3. Pág. 217,1. En la mayoría de los casos los habitantes de las colonias fueron representados como (c) Como eslabones entre la animalidad y la humanidad de los europeos. LIBRO: Las potencias coloniales dividieron África en tribus. El etnocentrismo europeo incluyó en este término la idea de grupo asilvestrado, incivilizado, perteneciente al ámbito de la naturaleza, como un estadio de la evolución social. Tema 3. - 3.1.1. pág. 217,2 El concepto tribu ha de entenderse histórica e ideológicamente: (b) como categoría para controlar las relaciones coloniales de dependencia. Libro: La tribalización repartió a la población local en unidades controlables y manejables desde el poder colonial. Tema 3. 3.2.1. Pág. 227Las teorias primordialistas en Etnicidad (a) entienden los lazos étnicos como vínculos humanos básicos y esencialesTema 3. 3.2.1. Pág. 230Una visión instrumental de la Etnicidad (a) Tiene dificultades para explicar el origen sociohistorico de las identidades étnicas.Tema 3. Pág. 244Las fronteras étnicas (a) siempre son de algún modo porosasTema 3. - 3.2.3. pág. 253 Después de lo estudiado, podemos definir la Etnicidad como (a) una relación de semejanza/diferencia entre personas clasificadas como pertenecientes a grupos, objetivada mediante un trabajo cultural materialsimbólico. Libro: 1. Relación de identificación semejanza entre personas* pensadas y clasificadas, experimentadas y valoradas, vinculadas a grupos en diverso grado e intensidad. (…) Este proceso de indentificación/diferenciaciones étnica tiene a otras identificaciones/diferenciaciones étnicas como entorno, siendo sus relaciones reversibles pero no isomórficas. 2. Esta relación de semejanza y diferencia se objetiva, constituyéndose, por medio de su materialización extensa y simbólica en discursos, prácticas, objetos, relaciones y recursos extrasománticos (…) Tema 3.- Tribalización significa que: (b) los africanos fueron convertidos en unidades controlables y manejables politcamente por parte del poder colonial.

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