Resulta muy útil si se sabe emplear en el momento adecuado y, sobre todo, si no se confunde con el
“silencio embarazoso” : peligro de excederse en el uso del silencio y dejar a la persona entrevistada
falta de apoyo y orientación en la entrevista.
Tácticas de animación y elaboración
La primera categoría incluye todo tipo de observaciones, ruidos y gestos que indiquen a el/la
locutor/a que la/el entrevistador/a acepta lo que va diciendo y desea que continúe hablando.
Cumplen esta función expresiones como “ah”, “mmm”, “ya”, mover la cabeza afirmativamente o
mostrar un rostro expectante. No se le especifican nuevos temas de conversación a la persona
entrevistada. La segunda categoría implica no sólo animar al sujeto, sino pedirle que se extienda
sobre el tema del que está hablando. Las formas verbales incluyen: “¿y entonces?”, “¿hay algo que te
gustaría añadir?”, etc. Como la táctica del silencio, estas tácticas neutrales dan a la persona
entrevistada libertad para seguir su propia cadena de asociaciones y, también, suponen un interés
en lo que está diciendo.