Recibió el calificativo de «mundial»
porque se vieron involucradas todas
las grandes potencias industriales y
militares de la época, divididas en
dos alianzas. Por un lado, la Triple
Alianza formada por las Potencias
Centrales: el Imperio alemán y
Austria-Hungría. Italia, que había
sido miembro de la Triple Alianza
junto a Alemania y Austria-Hungría,
no se unió a las Potencias Centrales,
pues Austria, en contra de los
términos pactados, fue la nación
agresora que desencadenó el
conflicto.
Por otro lado se encontraba la Triple
Entente, formada por el Reino Unido,
Francia y el Imperio ruso. Ambas
alianzas sufrieron cambios y fueron
varias las naciones que acabarían
ingresando en las filas de uno u otro
bando según avanzaba la guerra: Italia,
el Imperio del Japón y Estados Unidos se
unieron a la Triple Entente, mientras el
Imperio otomano y el Reino de Bulgaria
se unieron a las Potencias Centrales.
Más de 70 millones de militares, de los
cuales 60 millones eran europeos, se
movilizaron y combatieron en la
entonces guerra más grande de la
historia.
Hasta antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra era
llamada Gran Guerra o Guerra Mundial
El 28 de julio, los austrohúngaros iniciaron las hostilidades con
el intento de invasión de Serbia.1819 Mientras Rusia se
movilizaba, Alemania invadió Bélgica, que se había declarado
neutral, y Luxemburgo en su camino a Francia. La violación de
la soberanía belga llevó al Reino Unido a declarar la guerra a
Alemania.
Los alemanes fueron detenidos por los franceses a
pocos kilómetros de París, y se inició una guerra de
desgaste en la que las líneas de trincheras apenas
sufrirían variación alguna hasta 1917.
Tras años de relativo estancamiento, la guerra empezó su desenlace en marzo de 1917 con la
caída del gobierno ruso tras la Revolución de Febrero y la firma de un acuerdo de paz entre la
Rusia revolucionaria y las Potencias Centrales después de la Revolución de Octubre, en marzo
de 1918.
Tras una gran ofensiva alemana a principios de 1918 a lo largo de todo el Frente Occidental, los Aliados hicieron retroceder a los
alemanes en una serie de exitosas ofensivas. Alemania, en plena revolución, solicitó un armisticio el 11 de noviembre de 1918,
poniendo fin a la guerra con la victoria aliada.