Las reacciones químicas que transcurren en un recipiente cerrado pueden alcanzar un
estado de equilibrio que se caracteriza porque las concentraciones de los reactivos y de
los productos permanecen inalteradas a lo largo del tiempo. Es decir, bajo determinadas
condiciones de presión y temperatura la reacción no progresa más y se dice que ha
alcanzado el estado de equilibrio.
La constante de equilibrio (K) se expresa como la relación entre las concentraciones
molares (mol/l) de reactivos y productos. Su valor en una reacción química depende
de la temperatura, por lo que ésta siempre debe especificarse. La expresión de una
reacción genérica es:
En el numerador se escribe el producto de las concentraciones de los productos y en el
denominador el de los reactivos. Cada término de la ecuación se eleva a una potencia cuyo valor es
el del coeficiente estequiométrico en la ecuación ajustada.
La constante de equilibrio: Kc o Kp
Cuando se trata de mezclas gaseosas, a veces resulta más adecuado describir la composición en
términos de presiones parciales. Para ello hay que adaptar la expresión de la constante de equilibrio
y referirla, en vez de a concentraciones Kc, a presiones parciales Kp. Kp y Kc se relacionan mediante
la ley de los gases ideales, de forma que conocida una puede conocerse la otra: PV = nRT Þ P = (n/V)
RT Þ P = cRT
Magnitud de la constante de equilibrio
La magnitud de la constante de equilibrio informa sobre el estado de equilibrio, es decir, sobre la
extensión con que una reacción química se lleva a cabo. Si la constante de equilibrio para una
reacción química (Kp o Kc) tiene un valor muy grande, el grado de conversión de reactivos a
productos es muy alto. Por el contrario, valores numéricos de Kp o Kc muy pequeños indican que el
grado de conversión de reactivos a productos es muy pequeño.