Un ingeniero necesita
entender cómo funcionan los
equipos; es decir como
integrar a las personas en una
dinámica productiva, como
solucionar conflictos internos
y como funcionar dentro del
mismo.
• Persona con liderazgo.
Las empresas buscan
mentores que
desarrollen a sus
subalternos, que
sepan guiar a su
equipo, motivándolos
hacia metas claras.
• Relaciones interpersonales.
Tener la habilidad de
interactuar en los grupos y
los entornos laborales, la
relación interpersonal se
basa en la cercana
asociación, entre dos o más
personas.
• Autoaprendizaje.
Las habilidades de un
ingeniero requieren de una
gran disposición a seguir
aprendiendo y creciendo
personal y profesionalmente.
Cuenta con un espíritu de
mejora continua y la
búsqueda por la excelencia.
• Inteligencia emocional.
Poder trabajar bajo presión sigue y
seguirá siendo fundamental para
cualquier puesto directivo. Los
profesionales en estos puestos deben
lidiar con sus emociones de forma
eficiente para actuar racionalmente.
• Pensamiento estratégico y creativo.
Esta es una habilidad desarrollada que lleva una
curva de aprendizaje dentro del puesto. Para
esto se necesita el panorama general, tanto de
la empresa como del contexto (temporadas,
clientes, tendencias etc.).
• Comunicación asertiva oral y escrita.
Saber expresar correctamente las ideas, opiniones, proyectos
y obstáculos es fundamental para la toma de decisiones de
un equipo. Esto incluye tener capacidad para negociar y
resolver conflictos.
• Toma de decisiones.
Los ingenieros tienen la habilidad
tomar una elección entre
diferentes opciones o formas
posibles para resolver diferentes
situaciones en la vida en diferentes
contextos.
• Creatividad e innovación.
Mas allá de la generación
de nuevas ideas, esta
habilidad implica ser capaz
de resolver problemas de
forma eficiente.
• Amplio criterio
Tener una mente
abierta es
indispensable para
poder guiar a un
equipo de trabajo.
• Atención al detalle.
Los ingenieros deben ser
profundamente minuciosos en todas
las etapas de su trabajo, ya que
cualquier error puede tener
consecuencias graves.
• Resiliencia.
Esta habilidad permite el no
desmoronarse antes las
adversidades, y tomar
cualquier derrota como una
experiencia positiva. definir la
forma de actuar y el carácter
que debe de presentar ante
los retos que se le presente
en el entorno laboral.
• Adaptabilidad al cambio.
Debido a que constantemente las
empresas se encuentran en
constante cambio, esta actitud nos
permite adatarnos a las nuevas
tecnologías, normas y
procedimientos.
• Establece y difunde las metas en común.
El profesional reconoce la importancia del objetivo y
del equipo de trabajo, por eso define rápidamente
las metas y la ruta para lograrlas.
• Optimización.
El profesional tendrá la habilidad de
optimizar recursos y tecnologías, Con
el fin garantizar la mayor rentabilidad
posible.