ENFOQUE PSICOANALÍTICO DE LA ANTROPOLOGÍA PSICOLÓGICA
VIVENCIA DEL PSICOANÁLISIS COMO CRÍTICA SOCIAL.
Lectura psicoanalítica de las creaciones del sujeto de sus construcciones culturales; de su lugar y malestar en la cultura.
EL MALESTAR DE LA CULTURA FREUDIANA.
La infelicidad del hombre que vive en sociedad.
La naturaleza hiperponente que lo somete.
El cuerpo propio como fuente de sufrimiento.
Relaciones mantenidas con los otros (Sociales, amorosas)
Crisis sufrida tanto por la comunidad como por el sujeto.
Esperiencias pulsionales y las restricciones impuestas por la cultura.
El SENTIMIENTO DE CULPA se da por la instauración de unidades sociales cada vez mayores, restringiendo para ello el despliegue y la satisfacción de las pulsiones sexuales y agresivas.
Mientras el instinto posee objetos precisos e innovadores para su satisfacción, las pulsiones carecen de objetos fijos predeterminados. Nunca queda satisfecha completamente, ni existe un objeto preciso para satisfacerle.
“llamamos pulsiones a las fuerzas cuya existencia postulamos en el trasfondo de las tensiones generadoras de las necesidades del ello” “ESQUEMA DEL PSICOANALISIS (1938).
POR ENDE LA CULTURA GENERA CULPA, INSATISFACCIÓN Y SUFRIMIENTO EN EL SUJETO, SOMETIENDOLE TAMBIÉN A LAS NECESIDADES ECONÓMICAS, DANDO UN PESADO TRIBUTO A LA SEXUALIDAD Y A LA AGRESIVIDAD POR UN POCO DE SEGURIDAD.
ABRAM KARDINER (1891 - 1981) Psiquiatra, psicoanalísta y atropólogo Americano.
Para Kardiner, la experiencia social en la familia (durante la crianza de los niños) y las técnicas de subsistencia (instituciones primarias) son las que dan lugar a las estructuras de personalidad básica comunes, para la mayoría de los miembros de la sociedad
ESTRUCTURA DE PERSONALIDAD DE BASE
Categorías de aspectos institucionales
PRIMARIAS
Educación del niño: Castigo, satisfacción e inhibiciones
SECUNDARIAS
Deben satisfacer las necesidades y aliviar las tensiones de las instituciones primarias: Tabúes, religiones, ritos, cuentos populares, técnicas de pensamientos.
Para Freud, desde su Tótem y tabú (1913), en el sujeto infantil, la crisis se deriva del surgimiento del superyó, el cual es una escisión del yo, cuyo orígen se relaciona tanto con la introyección (proceso psicológico por el que se hacen propios rasgos) de las figuras de autoridad como con la ambivalencia que el niño mantiene hacia ellas (amor-odio).