La eutanasia es la acción u omisión de una acción que provoca la muerte de una persona con una
enfermedad incurable para evitar sufrimientos físicos y psicológicos.
Eutanasia directa: cuando las acciones que se realizan sobre el enfermo tienen la intención de
provocar su muerte. Pueden considerarse aquí dos subtipos de eutanasia: Eutanasia activa: cuando se
ocasiona la muerte del enfermo administrándole sustancias letales. Eutanasia pasiva: cuando se
procede por omisión; es decir, se suspende o no se inicia el tratamiento de una complicación o se
suspende el uso de los instrumentos que permiten mantener con vida al enfermo.
Eutanasia indirecta: cuando no se tiene como intención acortar la vida del paciente sino aliviar su
sufrimiento. Así, por ejemplo, cuando se administran ciertos analgésicos que no sólo contribuyen a
calmar los dolores sino que implican también, a manera de efecto secundario, una abreviación de la
vida.
Eutanasia voluntaria: cuando un individuo que tiene las capacidades físicas y mentales para pedir que lo
ayuden a morir lo ha pedido.
Eutanasia no voluntaria: esto puede darse en dos casos: cuando el individuo ya no posee las capacidades
físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir pero expresó previamente que esa era su voluntad.
cuando un individuo que no posee las capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir o
para oponerse, es sometido a la eutanasia sin saber cuál habría sido su voluntad.
La distanasia (también es conocida como encarnizamiento o ensañamiento terapéutico, pues no
tiene en cuenta los sufrimientos del moribundo) es el empleo de todos los medios posibles, sean
proporcionados o no, para retrasar el advenimiento de la muerte, a pesar de que no haya esperanza
alguna de curación.
Adistanasia: omisión o retirada de medios extraordinarios o desproporcionados para prolongar
artificialmente la vida a un enfermo terminal. Consiste en dejar morir en paz (y como consecuencia
de su enfermedad) al paciente que no tiene esperanzas de sobrevivir de un modo natural. Se
contrapone a la Distanasia.
Medicina paliativa: reafirma la importancia de la vida y considera a la muerte como la etapa final de un
proceso normal. La atención que brinda no acelera ni pospone la muerte, proporciona alivio del dolor y de
otros síntomas angustiosos e integra los aspectos psicológicos y espirituales del tratamiento del enfermo.
Le ofrece apoyo de modo que pueda llevar una vida lo más activa posible hasta la muerte, y a la familia
para que pueda hacer frente a la enfermedad de su ser querido y al duelo.