La forma de comportamiento social que
favorece que nuestras relaciones sean
cordiales, pero sin por ello dejarnos llevar por
la pasividad o el “dejarnos pisar”.
Si sabemos mantener una conducta
asertiva, podremos mantener nuestras
opiniones y creencias delante de los
demás con corrección y aceptando
también las de los otros.
Implica tener respeto hacia uno
mismo al expresar necesidades
propias y defender los propios
derechos y respeto hacia los derechos
y necesidades de las otras personas.
Las personas tienen que reconocer también
cuáles son sus responsabilidades en esa situación
y qué consecuencias resultan de la expresión de
sus sentimientos.
La conducta asertiva no tiene siempre como
resultado la ausencia de conflicto entre las
dos partes; pero su objetivo es la
potenciación de las consecuencias favorables
y la minimización de las desfavorables.
¿Cómo desarrollar nuestra asertividad?
1. Saber expresar nuestros
sentimientos o deseos, tanto positivos
como negativos, de una forma eficaz
sin negar o desconsiderar los de los
demás y sin crear o sentir vergüenza.
2. No mostrarse agresivo ni
tampoco demasiado pasivo.
3. Saber discriminar las situaciones
en las que la expresión personal es
importante y adecuada.
4. Saber defenderse sin agresión ni
pasividad frente a la conducta poco
cooperadora o razonable de los demás.
5. Diferenciar la conducta asertiva o
socialmente habilidosa, de la agresiva y
pasiva.