Valores vivenciales. aún en
un campo de concentración es posible practicar el arte de vivir.
Valores actitudinales. El humor es otra de las armas con las
que el alma lucha por su supervivencia.
Pérdida del instinto. Los prisioneros se
consideraban totalmente a merced del humor de los guardias —
juguetes del destino—.
Conciencia moral. Sabía que en un grupo de
trabajo moriría en poco tiempo y si tenía que morir, siquiera podía
darle algún sentido a mi muerte.
El hombre es lo que es, gracias a lo que hace suyo. El hombre puede conservar un
vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso
en las terribles circunstancias de tensión psíquica y física.
Búsqueda neurótica de la felicidad. mostrarle algo que le hiciera pensar en el porvenir.
Carencia de contenido de la vida. El prisionero que perdía la fe en el futuro —en su futuro—
estaba condenado.
añoranza sin límites de su casa y de su familia
Poder como medio para un fin. Los prisioneros se
consideraban totalmente a merced del humor de los guardias —
juguetes del destino.
Fracaso en el sentido de la vida. el sufrimiento ocupa toda el alma y toda la
conciencia del hombre tanto si el sufrimiento es mucho como si es
poco.
Técnica del amor. Recuerdo de mi esposa.
La verdad de que
el amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el
hombre.
Ontologizar el bien y el mal. Nadie tenía derecho a obrar mal, ni
aun cuando a él le hubieran hecho daño
Carencia del contenido de la vida. La pérdida de
la esperanza
Obsesión por el consumo sexual. Deseo sexual brillara por su ausencia.
Encuentro humano. Intentamos
bromear sobre nosotros mismos y entre nosotros
Posee todo. ¿Acaso no habíamos perdido ya todo lo que poseíamos?