Taller de Hermeneutica

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Resumen Introductorio
Pablo Valentin Montalvo
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Pablo Valentin Montalvo
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IGLESIA DE DIOS MISSION BOARD “RAUDAL DE ADORACION” VEGA BAJA, P.R. DEPARTAMENTO DE EDUCACION CRISTIANA TALER DE HERMENEUTICA LA CIENCIA DE INTERPRETAR LAS SAGRADAS ESCRITURAS VEGA BAJA, PUERTO RICO 2012 HERMENEUTICA…CIENCIA Y ARTE DE INTERPRETAR LAS SAGRADAS ESCRITURAS… INTRODUCCION El término hermenéutica proviene del verbo griego ἑρμηνεύειν (jermeneueien) que significa interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir. Significa que alguna cosa es vuelta comprensible o llevada a la comprensión. El término hermenéutica deriva directamente del adjetivo griego ἑρμηνευτικἡ, que significa (saber) explicativo o interpretativo, especialmente de las Sagradas Escrituras, y del sentido de las palabras de los textos, así como el análisis de la propia teoría o ciencia volcada en la exégesis de los signos y de su valor simbólico. La Hermenéutica es la ciencia de la interpretación. Dicho nombre se aplica, generalmente, a la explicación de documentos escritos y, por este motivo, puede definirse más particularmente a la Hermenéutica como la ciencia de interpretación del lenguaje de los autores. Esta ciencia da por sentado el hecho de que existen diversas modalidades de pensamiento, así como ambigüedades de expresión; y tiene por oficio hacer desaparecer las probables diferencias que puedan existir entre un escritor y sus lectores, de modo que éstos puedan comprender con exactitud a aquél (autor). Otro punto de vista afirma que lo hermético viene de la escuela instituida en Egipto y que debe su nombre a su fundador, **Hermes Trismegisto. Quedando así para la historia el concepto de lo hermético, la enseñanza ocultista de una escuela, lo secreto como aquello que sólo se revela a un grupo de miembros militantes de una doctrina, tal como se pretendía en esta escuela. Hermetismo es, por ende, lo secreto, lo no revelado, lo cerrado o encerrado, lo no accesible ni público, lo oculto e incluso, lo que está, por mágico o irrazonable, más allá de la comprensión simple. Así, la hermenéutica es el estudio del significado de cualquier símbolo oculto detrás de algo, principalmente de la palabra y un intento de minimizar la enajenación del lenguaje. La hermenéutica intenta descifrar el significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón misma sobre el significado. La hermenéutica es una herramienta magnífica del intelecto. Es, como se dijo antes, exégesis de la razón misma, sólo que, ligada inevitablemente a la razón y por ello a la palabra, conoce el límite en el símbolo. La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. El camino a recorrer entre el lector y el pensamiento del autor suele ser largo e intrincado. Ello muestra la conveniencia de usar todos los medios a nuestro alcance para llegar a la meta propuesta. Repito, las reglas y leyes de la hermenéutica no son para interpretar la lengua divina sin para interpretar las lengua, leyes, modos y manierismos gráficos de aquellos que fueron escogidos para escribir lo que el Espíritu de Dios les dio que escribieran. TEXTO Y TRADUCCIONES ¿Hasta que punto es auténtica nuestra Biblia? ¿Poseemos realmente la Palabra de Dios? ¿Se han introducido en ella distorsiones de la verdad de Dios? Cada una de estas preguntas tiene que ver con el texto de la Biblia, el cual nuestros antepasados nos fueron trasmitiendo a partir de los escritos originales. Dicho texto, al pasar de los años, comenzó a sufrir algunos cambios según las circunstancias. Dios inspiró el texto escrito de las Sagradas Escrituras, los Escribas de siglos pasados preservaron la verdad de Dios al copiarla en manuscritos originales. Ahora bien, ¿Qué normas podemos usar para evaluar ese texto bíblico? Puesto que pocos pueden leer, hablar y conocer el hebreo, arameo y el griego. ANTIGUO TESTAMENTO El Antiguo Testamento fue escrito muchas generaciones antes que el Nuevo Testamento. Estos (A.T.) eran los libros sagrados del pueblo Judío; así que los hemos recibido por canales muy diferentes de la ruta que siguió el texto del Nuevo Testamento. Sus escritores escribieron en hebreo y arameo, mientras que el Nuevo Testamento fue escrito, casi en su totalidad, en griego. Cuando Dios, a través del Espíritu Santo, dicto el manuscrito del Antiguo Testamento a sus escribas no lo hizo como si estos fueran sus secretarios particulares. Él les revelo su verdad y les mostro como debían presentarla; pero la hacerlo de esta manera permitió que estos escribas lo hicieran en su propia perspectiva, intereses, hábitos literarios y peculiaridades de estilo. Es por esta razón que podemos encontrar en las Escrituras distintos y diferentes estilos literarios como por ejemplo: Poesía Historias Visiones Cánticos Pero esto solo en relación a los manuscritos originales que ya no existen, no los tenemos. Cuando los escribas del Antiguo Testamento terminaron sus rollos, no había maquinas copiadoras o imprentas para reproducir dichos documentos. Ellos dependían de los Escribas, hombres que pacientemente copiaban las Escrituras a mano cuando se necesitaban copias adicionales, o cuando los rollos originales se deterioraban tanto que no podían usarse más. Los Escribas intentaban hacer copias exactas de los rollos originales, y los que le siguieron intentaron hacer copias fieles de las copias existentes. Y aun así, no siempre lograron evitar errores mecánicos al copiar alguna de las copias originales. Para el tiempo cuando Jesús nació, el más reciente libro del Antiguo Testamento (Malaquías) había sido copiado y vuelto a copiar en un lapso de cuatrocientos (400) años. Los libros de Moisés habían sido copiados de igual forma en un tiempo de más de mil cuatrocientos (1,400) años. Se ha calculado que como promedio, fue copiado erróneamente una de cada 1,580 letras; que generalmente era corregida una vez se hacia una nueva copia. El lenguaje hebreo cambio lentamente como todos los idiomas. El lenguaje de Moisés parecía tan extraño a un Israelí contemporáneo como lo seria la lengua de Casiodoro de Reina en gran medida del idioma actual. Con el tiempo se perdió el significado de algunas palabras hebreas y con ellas las reglas de su gramática de igual forma se perdieron. Esto crea un gran desbalance a los traductores bíblicos al momento de descifrar el texto o secciones de manuscritos del Antiguo Testamento. Sin embargo, es impresionante cuanto pueden entender de esos mismo textos. Había de igual forma que los Escribas del Antiguo Testamento un grupo llamados “Soferin”. La palabra “Soferin” significa literalmente “los Contadores”; se ganaron este titulo porque contaban cada letra de cada libro de las Escrituras para estar seguros de que no dejaban ni añadían nada. Para asegurarse, verificaban la letra que aparecía a la mitad de cada libro y la mitad de cada sección principal del libro. Un cambio interesante ocurrió cerca del año 500 a.C. los “Soferin” comenzaron a usar caligrafía aramea cuadrada que habían aprendido cuando el cautiverio babilónico. Para esa fecha el arameo había llegado a ser el idioma común del comercio y la educación en el Cercano Oriente. De esta forma los hebreos adoptaron este sistema de escritura (aramea) y todos los cambios que la introducción de este nuevo sistema enseñaba. Muchas palabras comenzaron a cambiar, muchas frases vinieron a ser parte del lenguaje diario de los hebreos. Gradualmente comenzaron a insertar palabras arameas en el texto en lugar de palabras hebreas. En alguna ocasiones añadieron notas editoriales en arameo para aclarar lo que el texto, que habían copiado, decía (Jeremías 10:11). Miremos esta escritura, hecha en nuestra lengua y tratemos de resolver el enigma… L.SPRT.DL.SÑR.ST.SBR.M (escritura leída de izquierda a derecha) Ahora veámoslo como si fuera escrito en el hebreo: M.RBS.TS.RÑS.LD.TRPS.L. (escritura leída de derecha a izquierda) Notaremos inmediatamente las dificultades al leer no importa en la forma que sea leído. Aunque su dificultad se incremente al ser leído en sentido contrario, ósea, de derecha a izquierda. En la lengua Cananea, una de las primeras lenguas conocida ya inexistente o lengua semita, no había letras. Lo único que se podía ver o leer eran símbolos los que se tenían que interpretar para conocer el mensaje detrás de los símbolos. Si recordamos la escritura en la pared por el dedo de Dios cuando Daniel lo interpreto, esta escritura decía: “MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN…” “una mina, una mina, un ciclo y medio ciclo…” (Daniel 5:25). Lo que allí apareció no fueron letras sino símbolos a los que Daniel había sido educado y adiestrado cuando llego a babilonia por el cautiverio de Nabucodonosor. Daniel y los Jóvenes hebreos fueron adiestrados y enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento… y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos (Daniel 1:4) y ahora el nieto de Nabucodonosor el virrey Belsasar llamaba a Daniel para que este le interpretara lo que allí estaba escrito en una lengua semita (muerta). NUEVO TESTAMENTO Fragmentos del texto del Nuevo Testamento que datan del segundo siglo después de Cristo, fueron elaborados en junquillos entretejidos de la caña de papiro. El fragmento mas antiguo que se conoce de un manuscrito se identifica comúnmente como el Fragmento Rylands de Manchester, Inglaterra. Este contiene porciones del evangelio de Juan 18: 32-33, 37-38. El próximo papiro que le sigue en antigüedad es el llamado Papiro Chester Beatty, se encuentra en el Museo Chester Beatty en Dublin, Alemania Oriental. Este manuscrito contiene 76 hojas de papiro y contiene alrededor de 25 líneas de escritura. Los expertos aseguran que este documento contiene la mayoría de las cartas del apóstol Pablo. Otro papiro importante es el Papiro Bodmer. Este documento contiene los capítulos 1 al 14 de Juan y fragmentos de los últimos 7 capítulos. Se encuentra en la biblioteca privada de Martín Bodmer en Suiza. Las copias mas antiguas del Nuevo Testamento fueron escritas totalmente en letras mayúsculas, sin espacio entre las palabras. A esto se le llama manuscritos “UNCIALES”. B) Hermenéutica y Teología Artículo principal: Hermenéutica Bíblica Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la Teología Cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que, como revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos significados distintos: el literal y el espiritual, este último dividido en tres: el anagógico, el alegórico y el moral: El Sentido Literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Según Tomás de Aquino, en Summa Theologiae I, q. 1, a. 10, ad 1: Et ita etiam nulla confusio sequitur in sacra Scriptura, cum omnes sensus fundentur super unum, scilicet litteralem. Y de este modo no existe confusión en las Escrituras, puesto que todos los sentidos se fundamentan en uno, el literal. El Sentido Espiritual, infuso por Dios en el hombre según la creencia cristiana, da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos diferentes: El Sentido Alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo. (1 Corintios 10:2). El Sentido Moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (1 Corintios 10: 10, 11; véase Epístola a los hebreos 3-4,11). El Sentido Anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego anagogue) a los cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. ( Apocalipsis 21,1-22,5). La Hermenéutica Bíblica, o Sagrada, es la ciencia de interpretación del Antiguo y Nuevo Testamentos. Siendo que estos dos documentos difieren en forma, lenguaje y condiciones históricas, muchos escritores han considerado preferible tratar por separado la Hermenéutica de cada uno de ellos. Y siendo el Nuevo Testamento la revelación más plena, así como la más moderna, su interpretación ha recibido mayor y más frecuente atención. Pero es asunto discutible si ese tratamiento separado de los dos testamentos es lo mejor. Es asunto de la mayor importancia el observar que, desde el punto de vista cristiano, el Antiguo Testamento no puede ser plenamente comprendido sin la ayuda del Nuevo. El misterio del Cristo, cosa que en otras generaciones no se hizo conocer a los hombres, fue revelado a los apóstoles y profetas del N. Testamento (Efesios 3: 5) y esa revelación arroja inmensa claridad sobre muchos pasajes de las Escrituras Hebreas. Por otra parte, es igualmente cierto que sin un conocimiento perfecto de las Antiguas Escrituras es imposible tener una interpretación científica del Nuevo Testamento. El lenguaje mismo del Nuevo Testamento, aunque pertenece a otra familia de lenguas humanas, es notablemente hebreo. El estilo, la dicción y el espíritu de muchas partes del Testamento Griego, no pueden apreciarse debidamente por quienes no estén relacionados con el estilo y espíritu de los profetas hebreos. También tenemos el hecho de que abundan en el A. T. los testimonios a Cristo (Lucas 24: 2744; Juan 5: 39; Actos 10: 43) la ilustración y el cumplimiento de los cuales sólo pueden verse a la luz de la Revelación Cristiana. En fin, la Biblia, en su conjunto, es una unidad de hechura divina y existe el peligro de que al estudiar una parte de ella descuidando, relativamente, otra parte, caigamos en métodos equivocados de exposición. Las Santas Escrituras deben estudiarse como un conjunto, porque sus diversas partes nos fueron dadas de muchas maneras (Hebreos 1: 1) y, tomadas en conjunto, constituyen un volumen que, en una forma notable, se interpreta a sí mismo. CUALIDADES DEL INTÉRPRETE En primer lugar, el intérprete de las Escrituras y, en realidad, de cualquier libro que sea, debe poseer una mente sana y bien equilibrada; ésta es condición indispensable, pues la dificultad de comprensión, el raciocinio defectuoso y la extravagancia de la imaginación, son cosas que pervierten el raciocinio y conducen a ideas vanas y necias. Todos esos defectos, y aun cualquiera de ellos, inutilizan al que los sufre para ser intérprete de la Palabra de Dios. Un requisito especial del intérprete es la rapidez de percepción. Debe gozar del poder de asir el pensamiento de su autor y notar, de una mirada, toda su fuerza y significado. A esa rapidez de percepción debe ir unida una amplitud de vistas y claridad de entendimiento prontos a coger no sólo el intento de las palabras y frases sino también el designio del argumento. Por ejemplo: al tratar de explicar la Epístola a los Gálatas, una percepción rápida notara el tono apologético de los dos primeros capítulos, la vehemente audacia de Pablo al afirmar la autoridad divina de su apostolado y las importantes consecuencias de sus pretensiones. Notará, también, con cuánta fuerza los incidentes personales a que se hace referencia en la vida y ministerio de Pablo entran en su argumento. Se apreciará vivamente la apasionada apelación a los "¡gálatas necios!", al principio del capítulo tercero y la transición natural, desde ese punto a la doctrina de la Justificación. La variedad de argumento y de ilustración en los capítulos tercero y cuarto, y la aplicación exhortatoria y los consejos prácticos de los dos últimos capítulos también saltarán a la vista; y entonces, la unidad, el intento, y la derechura de toda la epístola estarán retratados ante el ojo de la mente como un todo perfecto, el que se irá apreciando más y más, a medida que se añada atención y estudio a los detalles. Pero, sobre toda otra cosa, un intérprete de las Escrituras necesita un criterio sano y sobrio. Su mente debe tener la competencia necesaria para analizar, examinar y comparar. No debe dejarse influir por significados ocultos, por procesos espiritualizantes ni por plausibles conjeturas. Antes de pronunciarse, debe pesar todos los pros y los contras de alguna posible interpretación; debe considerar si sus principios son sostenibles y consecuentes consigo mismos; debe balancear las probabilidades y llegar a conclusiones con las mayores precauciones posibles. El intérprete debe ser capaz de percibir rápidamente lo que un pasaje no enseña, así como de abarcar su verdadera tendencia. Un intelecto vigoroso no estará desprovisto del poder imaginativo. En las descripciones narrativas se deja lugar para mucho que no se dice, y abundan hermosos pasajes en las Escrituras que no pueden ser debidamente apreciados por personas carentes de poder imaginativo. El intérprete fiel frecuentemente debe transportarse al pasado y pintar para su propia alma las escenas de los tiempos antiguos. Debe poseer una intuición de la naturaleza y de la vida humana que le permita colocarse en lugar de los escritores bíblicos y ver y sentir como ellos. En adición a las cualidades que hemos mencionado, el intérprete debiera ser "apto para enseñar" (2 Tim. 2: 24). No sólo debe ser capaz de entender las Escrituras sino también de exponer a otros, en forma vívida y clara, lo que él entiende. Sin esta aptitud, todas sus otras dotes y cualidades de poco o nada le servirán. Por consiguiente, el intérprete debe cultivar un estilo claro y sencillo, esforzándose en el estudio necesario para extraer la verdad y la fuerza de los oráculos inspirados de manera que los demás los entiendan fácilmente. METODOS DE INTERPRETACION La historia de la exposición bíblica, tal como se la descubre en las obras de los grandes exegetas y críticos, nos muestra los diversos métodos que han prevalecido en varios períodos. Indudablemente, a través de los siglos, el sentido común de los lectores ha aceptado el significado obvio de las principales partes de la Biblia; Desde el primer instante en que un ser humano se dirigió a otro, mediante el uso del lenguaje, hasta la hora actual, las leyes esenciales de la interpretación fueron, y han continuado siéndolo, un asunto práctico. La persona a quien se hablaba, siempre ha sido un intérprete en cada caso en que ha oído y entendido lo que se le decía. Por consiguiente, toda la raza humana es, y siempre ha sido intérprete. Esto es una ley de su naturaleza racional, inteligente y comunicativa. La mayor parte de los métodos de explicación erróneos y absurdos tienen su origen en falsas ideas acerca de la Biblia misma. Por una parte hallamos una reverencia supersticiosa por la letra de la Escritura, lo que induce a escudriñar en busca de tesoros de pensamiento escondidos en cada palabra; por otra parte, los prejuicios y suposiciones hostiles a las Escrituras han engendrado métodos de interpretación que pervierten, y a menudo contradicen, las declaraciones mas claras de las Escrituras. METODO ALEGORICO El método alegórico de interpretación se basa en una profunda reverencia por las Escrituras y un deseo de exhibir sus múltiples profundidades de sabiduría. Pero se notará inmediatamente que su costumbre es desatender el significado común de las palabras y dar alas a toda clase de ideas fantásticas. No extrae el significado legítimo del lenguaje del autor sino que introduce en él todo lo que al capricho o fantasía del intérprete se le ocurre. Como sistema, pues, se coloca fuera de todos los principios y leyes bien definidos. El método alegórico de interpretación obtuvo prominencia, desde temprano, entre los judíos de Alejandría. METODO DEL RACIONALISMO ALEMAN Racionalismo alemán, es conocido con el nombre de Teoría del Acomodamiento. Según ella, las enseñanzas bíblicas acerca de los milagros, el sacrificio vicario y expiatorio, la resurrección, el juicio eterno y la existencia de ángeles y demonios, deben considerarse como acomodamientos a las ideas supersticiosas, las preocupaciones y la ignorancia de la época. De esta manera se hacía a un lado todo lo sobrenatural. Este método asegura que debemos distinguir entre religión y teología, entre la piedad personal y la enseñanza pública de la Iglesia. Rechaza la doctrina de la inspiración divina de las Escrituras y sostiene que, como el Antiguo Testamento fue escrito para los judíos, cuyas ideas religiosas eran estrechas y erradas, no podemos aceptar sus enseñanzas como una regla general de fe. Sostiene que el Evangelio según Mateo fue preparado para judíos que estaban fuera de Palestina, así como el de Juan fue escrito para cristianos saturados, en mayor o menor grado, de cultura griega. Este método estable que Pablo, se adaptó a las modalidades judías de pensamiento con la esperanza de atraer al Cristianismo a muchos de sus compatriotas; pero, fracasando en su propósito, se volvió a los gentiles y alcanzó gran distinción al presentar el Cristianismo como una religión para todos los hombres. Por consiguiente, los diferentes libros que componen las Escrituras habían tenido por objeto, únicamente, servir a una necesidad del momento y muchas de sus declaraciones pueden, sin mayores trámites, hacerse a un lado como falsas. La objeción fatal para este método de interpretación es que, necesariamente, impugnan la veracidad y el honor de los escritores sagrados y aun el del mismo Hijo de Dios, pues los representa a todos en convivencia para disimular los errores y la ignorancia del pueblo y para confirmarles a ellos y a todos los lectores de la Biblia en tales ignorancias y error. Admitir semejante principio en nuestras exposiciones de la Biblia significaría desprendernos de nuestras anclas y dejarnos llevar, mar afuera, por sobre las revueltas aguas de la conjetura y la incertidumbre. METODO DE INTERPRETACION MORAL La prominencia que da a la razón pura y al idealismo mantenido en su sistema metafísico, conducen, naturalmente, a la práctica de hacer inclinar las Escrituras a las exigencias preconcebidas de la razón porque aunque toda la Escritura sea dada por inspiración de Dios, tiene por su valor y propósito prácticos la mejora moral del hombre. De aquí que cuando del sentido literal e histórico de un pasaje no pueda extraerse ninguna lección moral provechosa que se recomiende a la razón práctica, estamos en libertad de hacerla a un lado y de dar a las palabras un significado compatible con la religión de la razón. Se sostiene que tales exposiciones no deben ser acusadas de faltas de sinceridad, por cuanto no debe presentárselas como el significado estricto de los sagrados escritores sino, únicamente, como un significado que ellos, probablemente, pudieron haber intentado dar. El único valor real de las Escrituras es ilustrar y confirmar la religión de la razón. LA HERMENEUTICA GENERAL En la base de todo escrito inteligible se hallan ciertos principios generales de pensamiento y de lenguaje. Cuando una mente racional desea comunicar su pensamiento a otra, se vale, para ello, de ciertos medios convencionales de comunicación que se suponen comprensibles para ambas. Las palabras de significado y uso definido sirven a este propósito en todos los idiomas; por consiguiente, si uno entiende los pensamientos escritos de otros, debe conocer el significado y uso de sus palabras. Estos principios generales son igualmente aplicables a la interpretación de la Biblia como a todos los demás libros y, con mucha propiedad se les designa con el nombre de Hermenéutica General. Tales principios son de la naturaleza de las doctrinas fundamentales y de alcance amplio. Porque es evidente que la admisión de un falso principio en el método de un intérprete es suficiente para viciar todo su proceso exegético. Y cuando hallamos, por ejemplo, que en la interpretación de ciertas partes de las Escrituras no hay dos intérpretes de toda una misma clase, que concuerden, tenemos buenos motivos para suponer que algún error fatal anda escondido en sus principios de interpretación. Es bien seguro que los escritores bíblicos no tuvieron el propósito ni el deseo de ser mal entendidos. Ni tampoco es razonable suponer que las Santas Escrituras, dadas por inspiración de Dios, tengan la naturaleza de un enigma a fin de ejercitar la ingenuidad del lector. Por consiguiente, debe esperarse que los sanos principios de hermenéutica sirvan de elementos de seguridad y de satisfacción en el Estudio de la Palabra de Dios. EL PUNTO DE VISTA HISTORICO Al interpretar un documento es de primordial importancia descubrir quien fue su autor y determinar la época, el lugar y las circunstancias en que escribió. Por consiguiente, el intérprete debe tratar de olvidar el momento y circunstancias actuales y trasladarse a la posición histórica del autor, mirar a través de sus ojos, darse cuenta del ambiente en que actuó, sentir con su corazón y asir sus emociones. Aquí notamos el alcance del término “interpretación histórico-gramatical”. Tenemos que apropiarnos no sólo la tendencia gramatical de las palabras y frases sino, también, sentir la fuerza y la situación de las circunstancias históricas que, en alguna forma, pudieron afectar al escritor. De ahí, también, puede deducirse cuán íntimamente relacionado puede estar el objeto o designio de un escrito con la ocasión que sugirió su producción. La individualidad del escritor, su medio ambiente, sus necesidades y deseos, su relación para con aquellos para quienes escribió, su nacionalidad y la de ellos, el carácter de la época en que escribió, -todas estas cosas son asuntos de la mayor importancia para una perfecta interpretación de los varios libros de la Biblia. Especialmente debiera el intérprete tener un concepto claro del orden de los acontecimientos relacionados con todo el curso de la historia sagrada, tales como la historia contemporánea (hasta donde se pueda conocer) de las grandes naciones y tribus de los tiempos patriarcales; los grandes poderes de Egipto, Asiria, Babilonia y Persia, naciones con las cuales los israelitas estuvieron varias veces en contacto; el Imperio Macedónico, con sus posteriores ramas tolemaicas y seleucidaicas (que infligieron muchas penas al pueblo judío) y la conquista y dominio subsiguientes de los romanos. El exegeta debiera ser capaz de situarse en cualquier punto de esta línea de la Historia, donde quiera que pueda hallar la época de su autor; y desde allí asir vívidamente las remotas circunstancias. Debe buscar familiaridades con las costumbres, vida, espíritu, ideas y ocupaciones de aquellas diferentes épocas y tribus y naciones, para poder distinguir prontamente entre lo que perteneció a una y lo que perteneció a otra. Con semejante conocimiento estará habilitado no sólo para trasportarse con el pensamiento a una época dada sino, también, para evitar el confundir las ideas de una época o raza con las de otra. HERMENEUTICAS ESPECIALES Si bien es cierto que la Biblia debe interpretarse como otros libros y que, por consiguiente, su estudio está sujeto a las leyes de la Hermenéutica General, tenemos también el hecho notable de que, bajo muchos aspectos es un libro que difiere de todos los demás. Contiene muchas revelaciones presentadas en la forma de tipos, símbolos, parábolas, alegorías, visiones y sueños. La poesía de los hebreos es, en sí misma, un estudio especial y, sin familiarizarse con su espíritu y elementos formales, nadie tiene la competencia necesaria para apreciarla o exponerla. ¡Y qué riqueza de lenguaje figurado hallamos en la Biblia! Estoy persuadido de que esta obra, enteramente aparte de su origen divino, contiene más verdadera sublimidad, más exquisita belleza, más pura moralidad, historia más importante y tonos más finos de poesía y de elocuencia, que lo que pudiera extraerse de todos los demás libros, sea cual fuere la época o el idioma en que hayan sido escritos". Además, la Biblia es un libro de texto de religión y su principal valor resalta en el hecho de que es divinamente adaptado para enseñar, para censurar, para corregir y para instruir en justicia (2 Tim. 3:16). Por consiguiente, es de la mayor importancia saber hasta qué punto pueden inferirse de la palabra escrita estas instrucciones sagradas y el prevenirse contra falsos métodos en la elaboración de doctrina bíblica. Algunos exegetas manifiestan un deseo mórbido de descubrir "montañas de sentido en cada línea de la Escritura Santa" y están constantemente hallando doble significado, alusiones recónditas y revelaciones maravillosas en los pasajes más sencillos. Otros caen en el extremo opuesto y no sólo eliminan las doctrinas de lo sobrenatural sino que hasta rehúsan reconocer algunas de las enseñanzas más claras que se hallan en muchas de sus páginas acerca de lo invisible y lo eterno. No es posible ninguna exposición fiel y permanente del libro de instrucción religiosa sin un concepto sano de la naturaleza espiritual del hombre y de la fe en Dios como el medio de alcanzar una vida y crecimiento religiosos. También debe observarse que las Santas Escrituras son así como épocas. En estos libros hallamos incorporados biografía, historia, ley, rituales, salmodias, dramas, proverbios, profecías, Apocalipsis y epístolas. Algunos fueron escritos por reyes, otros por pastores, profetas. Un escritor fue cobrador de impuestos, otro era fabricante de tiendas, otro médico. Vivieron y escribieron en varios períodos, algunos de ellos separados por muchos siglos de los otros, como, también, estaban muy distantes entre sí sus sitios de residencia, tales como Arabia, Palestina, Babilonia, Persia, el Asia Menor, Grecia y Roma. En estos libros se reflejan las antigüedades y civilizaciones variantes de diferentes naciones y cuando no se conoce el nombre de un autor, por lo común no es difícil, mediante sus declaraciones o alusiones, descubrir, aproximadamente la época y circunstancias en que escribió. El resultado obvio de todo esto es que la Biblia abarca una gran diversidad de literatura y la mayor parte de ella exige hermenéutica especial en su interpretación. LENGUAJE FIGURADO Aquellas partes de las Santas Escrituras escritas en lenguaje figurado exigen especial cuidado para su interpretación. Cuando se emplea una palabra en otro sentido que el que originariamente le pertenece o aplicándola a algún objeto diferente de aquél en que se le usa comúnmente, se la designa con el nombre de tropo. Las necesidades y propósitos del lenguaje humano requieren el uso frecuente de palabras en ese sentido trópico. Cuando a Santiago, Cefas y Juan, se les designan con el nombre de columnas de la Iglesia (Gálatas 2:9) inmediatamente nos damos cuenta de que la palabra "columna" está usada metafóricamente. Y cuando de la Iglesia misma se dice que está "edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas" (Efesios 2:20) sabemos que se emplea un lenguaje figurado, presentando a la Iglesia como un casa o templo. La diminuta semillita de mostaza tiene su moral y los lirios sus bellas lecciones. Las espinas y abrojos proclaman amonestaciones y avivan tristes recuerdos. Las ovejas y el aprisco, el pastor y su perro, el asno y su dueño, el buey y su aguijada, el camello y su carga, el caballo con' su cuello revestido de trueno; leones rugientes, lobos rapaces, zorros destructores, ciervos que braman por arroyos, corzos alimentándose entre los lirios, palomas en los huecos de sus palomares, gorriones en las azoteas, cigüeñas en el cielo, águilas apresurándose sobre sus presas; cosas grandes y cosas pequeñas; la industriosa abeja, aprovechando toda hora solar y la precavida hormiga almacenando durante la cosecha, nunca demasiado grande para su uso, aunque demasiado pequeña para prestar. Estas no son más que muestras, tomadas al azar, de entre un mundo de ricos materiales; pero no olvidemos que todos ellos se hallan en esta tierra, donde había de hallarse y enseñarse el dialecto del reino espiritual de nuestro Dios". SIMILES Y METAFORAS El Símil Cuando se hace una comparación formal entre dos objetos, buscando impresionar la mente con algún parecido o semejanza, la figura se llama "símil". En Isaías 55:10-11, hallamos un hermoso ejemplo de esto: "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve y no vuelve allá sino que harta la tierra y la hace germinar y producir y da simiente al que siembra y pan al que come: así será mi palabra, que sale de mi boca, no volverá a mí vacía; antes hará lo que yo quiero y será prosperada en aquello para que la envié". Las oportunas y variadas alusiones de este pasaje presentan la benéfica eficacia de la palabra de Dios, y esto en un estilo muy impresionante. La Metáfora La metáfora es una comparación implicada y en todos los idiomas ocurre con mucha mayor frecuencia que el símil. Se diferencia de éste en ser una forma de expresión más breve y más contundente y en que transforma las palabras, de su significado literal a otro nuevo y notable. El pasaje que se halla en Oseas 13: 8: “Los devoraré como león", es un símil o sea una comparación formal; pero Génesis 49:9: "Cachorro de león es Judá", es una metáfora. Podemos comparar alguna cosa con la fuerza salvaje y la rapacidad del león, o con el vuelo rápido del águila, o con la brillantez del sol, o con la belleza de 1a rosa, y en cada uno de esos casos empleamos las palabras en su sentido literal. Pero cuando decimos "Judá es un león". "Jonatán era un águila", "Jehová es un sol", "mi amada es una rosa", inmediatamente percibimos que las palabras "león", "águila", etc., no están empleadas literalmente sino que con ellas se quiere denotar, únicamente, alguna cualidad o característica de estas criaturas. De aquí que la metáfora, como su nombre lo denota (Griego, metaféro, transportar, o transferir) sea una figura de lenguaje mediante la cual el sentido de un apalabra se transfiere a otra. Este proceso de usar palabras en nuevas construcciones, marcha constantemente y, como hemos visto en capítulos 'anteriores, el sentido trópico de muchas palabras al fin llega a ser el único en que se usan. Por eso todo idioma es, en gran medida, un diccionario de metáforas desvanecidas. INTERPRETACION DE PARABOLAS Entre las formas figuradas del lenguaje bíblico la parábola ocupa un sitio preminente. La parábola es especialmente digna de estudio por constituir revelaciones de su reino celestial. También las empleaban los grandes rabinos contemporáneos de Jesús y frecuentemente tropezamos con ellas en el Talmud y otros libros judíos. Entre todos los pueblos orientales parece haber sido una forma favorita de transmitir instrucción moral y la encontramos en la literatura de la mayoría de las naciones. El término "parábola" se deriva del griego parábola, que significa arrojar, o colocar al lado de, y lleva a la idea de colocar una cosa al lado de otra con el objeto de comparar. Es, esencialmente, una comparación o símil y, sin embargo, todos los símiles no son parábolas. El símil puede apropiarse una comparación de cualquier género o clase de objetos, reales o imaginarios. La parábola está limitada en su radio y reducida a las cosas reales. Sus imágenes siempre incorporan una narración que responde con verdad a los hechos y experiencias de la vida humana. No emplea, como la fábula, aves parlantes y fieras o árboles reunidos en concilios. Como el acertijo y el enigma, la parábola puede servir para ocultar alguna verdad de la vista de los que no poseen penetración espiritual para percibirla bajo su forma figurada; pero su estilo narrativo y la comparación formal, siempre anunciada o supuesta, la diferencian claramente de toda clase de dichos intrincados que tienen por fin principal el confundir o causar perplejidad. La parábola, una vez entendida, revela e ilustra los misterios del reino de los cielos. El enigma puede incorporar profundas verdades y hacer mucho uso de la metáfora, pero nunca, cual la parábola, forma una narración o pretende hacer una comparación formal. Entre la parábola y la alegoría hay mayor analogía. Tan es así que las parábolas han sido definidas como "alegorías históricas" pero difieren entre sí en la misma forma, substancialmente, en que el símil difiere de la metáfora. La parábola es, esencialmente, una comparación formal y obliga al intérprete, a fin de hallar su significado, a ir más allá de 1 El intento general de la parábola, como de todo lenguaje figurado, es el de embellecer y presentar las ideas y las enseñanzas morales en forma atractiva e impresionante. Presentadas en lenguaje ordinario, literal, muchas verdades se olvidarían apenas se escucharan; pero adornadas con la vestimenta parabólica despiertan la atención y se aferran a la memoria. Revestidas del ornato parabólico, las amonestaciones y censuras resultan menos hirientes y, sin embargo, producen mejor efecto que el que se lograría usando el lenguaje ordinario. INTERPRETACION DE ALEGORIAS La alegoría generalmente se define como una metáfora extendida. Tiene con la parábola la misma relación que ésta con el símil. En la parábola, o bien se introduce alguna comparación formal, como "El reino de los cielos", o bien las imágenes se presentan en forma tal corno para conservarlas distintas de la cosa representada y requerir una explicación, como en el caso de la parábola del sembrador (Mat. 13:3 y las siguientes). La alegoría contiene dentro de sí misma su interpretación y la cosa significada está identificada con la imagen, como en Juan 15:1, "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador"; y en Mat. 5:13: "Vosotros sois la sal de la tierra". La alegoría es un uso figurado y la aplicación de algún supuesto hecho o historia. La parábola emplea palabras en su sentido literal y su narración nunca traspasa los límites de lo que podría ser un hecho real. La alegoría continuamente emplea palabras en sentido metafórico y su narración, por muy supositiva que sea, es, manifiestamente, ficticia. De aquí su nombre, del griego allos "otro" y agoreno "hablar" o "proclamar"; esto es, decir otra cosa de la que se expresa o, por así decirlo, que se expresa otro sentido que el contenido en las palabras empleadas. Es un discurso en el cual el asunto principal está representado por algún otro asunto con el cual tiene semejanza. INFORMACION PERTINENTE / BIBLIOGRAFIA Hermes Trismegisto (pag. 1) Hermes Trismegisto es mencionado primordialmente en la literatura ocultista como el sabio egipcio, paralelo al dios Tot egipcio, que creó la alquimia y desarrolló un sistema de creencias metafísicas que hoy es conocida como hermética. Para algunos pensadores medievales, Hermes Trismegisto fue un profeta pagano que anunció el advenimiento del cristianismo. Se le han atribuido estudios de alquimia como la Tabla de esmeralda —que fue traducida del latín al inglés por Isaac Newton— y de filosofía, como el Corpus hermeticum. No obstante, debido a la carencia de evidencias contundentes sobre su existencia, el personaje histórico se ha ido construyendo ficticiamente desde la Edad Media hasta la actualidad, sobre todo a partir del resurgimiento del esoterismo. Diccionario Teológico Beacon Taylor Rchard S. Casa Nazarena de Publicaciones Agosto 1995 Summa Theologiae I, q. 1, a. 10, ad 1: (pag.7) Universidad Pontificia Casa España, Documentos del Monseñor Abid Fray “Et ita etiam nulla confusio sequitur in sacra Scriptura, cum omnes sensus fundentur super unum, scilicet litteralem…” (latín) Y de este modo no existe confusión en las Escrituras, puesto que todos los sentidos se fundamentan en uno, el literal… (traducción) Usos y Costumbres de la Biblia Manual Ilustrado Packer J.I. / Tenney M.C. Thomas Nelson Publishers Editorial Caribe, Nashville, TN 2002 Biblia Casiodoro de Reina (1569) / Cipriano de Valera (1602) y otras revisiones de esta biblia de 1862, 1909,1960.

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