Se mueve solamente si tiene una dirección en la que moverse.
Sabe en todo momento lo que está buscando.
Es analítico.
Basa su búsqueda en la secuencia de ideas
Usa la negación para descartar otras posibilidades.
Excluye lo que parece que no tiene que ver con el tema principal de la búsqueda.
Se jerarquiza siguiendo unas categorías, clasificaciones y etiquetas que son fijas.
Se guía siguiendo los caminos más evidentes.
El pensamiento convergente se mueve en una única dirección buscando una respuesta determinada o
convencional. Por tanto, encuentra una única solución a los problemas que, por lo general suelen ser
conocidos. También se puede llamar pensamiento lógico, convencional, racional o vertical.
Pensamiento divergente
Se mueve para crear una dirección en la que moverse
Empieza a buscar algo pero no sabe exactamente qué busca hasta que lo encuentra.
Es provocativo.
Puede y debe efectuar saltos en su búsqueda.
No rechaza ningún camino y se estudian todas las posibilidades por absurdas que sean.
Investiga hasta lo que es totalmente ajeno al tema de la búsqueda.
No tiene etiquetas, categorías y clasificaciones fijas.
Es un proceso probabilístico.
Sigue los caminos menos evidentes
El pensamiento divergente en cambio se mueve en varias direcciones en busca de la mejor solución para
resolver problemas a los que siempre enfronta como nuevos. Contra estos problemas no tiene patrones de
resolución, pudiéndose así dar una gran cantidad de resoluciones posibles más que una única correcta. Ese
tipo de pensamiento tiende más al concepto de creatividad y fue llamado por De Bono pensamiento lateral.
Cuando hablamos de creatividad, tenemos que tener
en cuenta dos tipos de pensamiento. Esta clasificación
del pensamiento fue llevada a cabo por Guilford. El
pensamiento creativo se puede dividir en: convergente
y divergente.