El oprimido presenta como características: la dualidad existencial, el fatalismo, la
aceptación del orden, la admiración hacia el opresor, la autodevaluación
Aceptan el orden establecido por los opresores y a veces lo
defienden, incluso atacando horizontalmente a otros oprimidos
La autodevaluación es una consecuencia de la
autoincorporación que hacen los oprimidos de la
visión que tienen de ellos los opresores
Poco a poco el oprimido asume formas de rebeldía y
se va comprometiendo en la lucha organizada por su
liberación por medio de la praxis (acción y reflexión)
Esta autodesvalorización se transforma al alterarse la
situación opresora por captación de su propio valor como
personas y al captar la vulnerabilidad de los opresores.
Por la dualidad, el oprimido es oprimido y opresor