La gestión de información y la gestión del conocimiento son actividades estrechamente
vinculadas. La información cuantitativa y cualitativa, es una parte fundamental del
conocimiento, gestionarla correctamente es una condición necesaria, si se desea realizar
una gestión del conocimiento de calidad. Los proyectos actuales de investigación se
centran en cómo identificar aquella información que es crítica para las organizaciones;
ésta, una vez tratada, se convertirá en conocimiento crítico, indispensable para la
explotación y el mantenimiento de las ventajas competitivas basadas en el conocimiento.
Los sistemas de gestión de información buscan lograr con sus
servicios, la producción de conocimientos o una proyección en su
marco hacia la gestión del conocimiento.
intranet puede convertirse en un poderoso sistema de gestión del conocimiento, siempre que
oriente adecuadamente sus proyecciones, conciba la información y los servicios que sobre ella
soporta sobre la base de la gestión de la información y el conocimiento.
El recurso humano y el clima laboral constituyen una cuestión crítica para el éxito de un proyecto de gestión del conocimiento.
La capacitación, el entrenamiento, el sentido de pertenencia de los recursos humanos a la organización en que labora,
conjuntamente con la cultura organizácional que se establece, son, en gran medida, responsables del éxito de estos proyectos.
La gestión del conocimiento se debe enfocar desde una perspectiva amplia y flexible que responda a las
motivaciones que la impulsan, en consonancia con las metas y objetivos de la institución donde se ejecuta, que
permita, por medio de su ejecución, el desarrollo de líneas estratégicas que contribuyan al mantenimiento de la
organización o la consecución de ventajas competitivas sostenibles en un entorno cada vez más rivalizado.
La gestión del conocimiento ha tenido un éxito tal que, cada vez, son más los proyectos e
instituciones que optan por su implementación, porque este proceso es garantía de ventajas
competitivas, potenciador de activos intangibles, transmisor de una cultura de intercambio,
compromiso de la fuerza intelectual de los recursos humanos con las metas y objetivos de la
empresa, que, en definitiva, se revierte en: aumento de competencias, sello de distinción para las
organizaciones, mejora de sus producciones y de su eficacia.
La práctica de la gestión del conocimiento precisa de una interrelación con la política y las
estrategias empresariales, en consideración a que este es un proceso intensivo de conocimiento
que precisa contemplar la identificación y el desenvolvimiento de competencias esenciales de la
organización; la gerencia y aplicación de conocimientos sobre fuerzas competitivas del ambiente en
las que las organizaciones actúan. En este sentido, se torna imprescindible la generación de
modelos y metodologías capaces de integrar la inteligencia competitiva, la gestión del conocimiento
y las estrategias empresariales.