Esta idea tiene precedentes desde los tiempos de Aristóteles, quién recomendaba a
los oradores hacer un estudio de la audiencia. Desde entonces hasta la fecha, la
mayoría de los docentes, ya sea de manera implícita o explícita, utilizan la
observación para conocer al alumno. Este conocimiento lo utilizan luego para
planear las estrategias de enseñanza que utilizarán
Martínez, Geijo (2007) señala que además de reconocer las diferencias para
aprender entre los estudiantes resulta conveniente precisar que los docentes
imprimen a su enseñanza rasgos cercanos a su manera de aprender aunque
advierte el peligro de utilizar la categoría estilos cuando se caracteriza la manera
de actuar de las personas ya que se tiende a simplificar la realidad, y estas pasan
a servir de simples etiquetas
Sánchez y otros (1983 citado por Martínez, G. 2007) plantean que estilo de enseñanza es el modo o forma de
hacer que adoptan las relaciones entre los elementos personales del proceso educativo y que se manifiestan
precisamente a través de la presentación por el profesor de la materia o aspecto de enseñanza.
Beltrán y otros (1987 citado por Martínez, G. 2007) indican que el estilo de enseñanza se conforma
por ciertos patrones de conducta que el profesor sigue en el ejercicio de la enseñanza, igual para
todos los alumnos y externamente visible a cualquier observador.
Guerrero, N. (1996) el estilo de enseñanza se relaciona con las características que el docente
imprime a su acción personal, es la forma o manera que tiene cada docente de conducir el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Entre las condicionantes, tiene en cuenta: dominio de la
materia que enseña, preparación académica, métodos de enseñanza, relación docente-alumno,
ambiente del aula, procedimientos de valoración y personalidad