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Created by Alex Henry Mateus Vidal
about 6 years ago
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Autores: Reinaldo Rodríguez Camiño, Castrillón Estrada, García Domínguez, Anaya Taboada, Rodríguez Berdugo, De la Rosa Barranco y Caballero Uribe.
Indagación:
Como operan de forma automática, los motores de búsqueda contienen generalmente más información que los directorios. Sin embargo, estos últimos también han de construirse a partir de búsquedas (no automatizadas) o bien a partir de avisos dados por los creadores de páginas.
Un motor de búsqueda, también conocido como buscador, es un sistema informático que busca archivos almacenados en servidores web gracias a su «spider» (también llamado araña web)”.
En otras palabras, un motor de búsqueda o buscador son aquellos sistemas donde haces tus búsquedas a diario, colocas preguntas o un tema de tu interés y a continuación aparece una lista de resultados con direcciones web que están relacionadas con tu búsqueda. Tal vez ahora entiendas porque es tan importante el uso correcto de las palabras clave en tu sitio web.
Un motor de búsqueda o buscador es un sistema informático que busca archivos almacenados en servidores web gracias a su spider (también llamado araña web).
Un ejemplo son los buscadores de Internet (algunos buscan únicamente en la web, pero otros lo hacen además en noticias, servicios como Gopher, FTP, etc.) cuando se pide información sobre algún tema. Las búsquedas se hacen con palabras clave o con árboles jerárquicos por temas; el resultado de la búsqueda (página de resultados del buscador) es un listado de direcciones web en los que se mencionan temas relacionados con las palabras clave buscadas.
Como operan de forma automática, los motores de búsqueda contienen generalmente más información que los directorios. Sin embargo, estos últimos también han de construirse a partir de búsquedas (no automatizadas) o bien a partir de avisos dados por los creadores de páginas.
Palabras claves:
Referencias bibliográficas:
Tema: No solo existe Google
Autor: Luis Javier Martínez
Indagación:
Empecemos por un pequeño detalle. Conviene tener presente que Google no es el único buscador generalista, es decir, orientado a rastrear y localizar sitios y páginas web de cualquier clase. Hay otros, como, por ejemplo:
► Bing, de Microsoft: http://www.bing.com/
► Exalead, de origen francés: http://www.exalead.com/search/web/
► Yahoo! Search, del portal Yahoo!: http://es.search.yahoo.com/
► StartPage, usa el motor de Google, pero respeta la privacidad: https://www.startpage.com
Google es el buscador más conocido y utilizado, sobre todo en España. Quizá es el que más información rastrea de internet y también el que en líneas generales mejor lo hace. Pero no hay que menospreciar la capacidad de sus rivales de encontrar resultados preferibles para algunos problemas, ni las prestaciones especiales de algunos, como Exalead o StartPage.
Pedir a veces una segunda opinión, tener otros buscadores de reserva a la hora de explorar la web, es buena idea. Puede resultarnos de utilidad. Sin embargo, en todo caso.
Palabras claves:
Referencia bibliográfica:
Martínez, L. J. (2016). Cómo buscar y usar información científica. España: GUÍA PARA ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS.
A lo largo de tus estudios y más conforme progresas en ellos, pasa por tus ojos una gran cantidad de bibliografía y documentación. En unos casos son resultados de búsquedas de información, en otros casos artículos, libros o páginas web que te recomiendan. Muchos documentos son archivos pdf que guardas en carpetas diversas de forma complicada.
Igualmente, aunque no con la misma intensidad en todas las carreras, tendrás que estudiar el contenido de los documentos científicos que has encontrado para los trabajos, o los que te han señalado como lecturas, etc. Lo que supone tomar notas, hacer resúmenes, preparar esquemas, obtener datos, redactar comentarios…
Es bueno que perfecciones las técnicas de trabajo intelectual con que abordas estas tareas. Y, si es posible, que las pongas en práctica con la ayuda de las tecnologías de la información. En este capítulo trataremos de estos dos métodos, para gestionar y analizar la información:
► Uso de gestores bibliográficos para manejar y conservar referencias y documentos.
► Técnicas de análisis/síntesis para estudiar y extraer el contenido de los documentos.
Las referencias* de una sola búsqueda o los documentos* usados para preparar un pequeño trabajo son pocos y manejables, sobre todo si estás seguro de que no vas a volverlos a necesitar. Pero si el trabajo es de cierta envergadura, si el material te puede ser útil más adelante y quieres tenerlo accesible con facilidad, si piensas en términos globales en toda la documentación que vas manejando en los diferentes trabajos y asignaturas…
¿Cómo encontrar después de un tiempo referencias o documentación que ya has manejado? ¿Cómo aprovechar para un trabajo documentos de otro anterior? Dispersos en carpetas diferentes, en la bibliografía de los trabajos… con diferentes estilos y formatos…
Puedes crearte alguna herramienta ofimática, que te sirva de control, bien sea una tabla de texto, hoja de cálculo o base de datos. Pero siempre será algo precario, muy limitado. Si quieres trabajar de una forma sistemática y ordenada, aprovechando las prestaciones avanzadas de la tecnología, debes usar gestores bibliográficos*. Merece la pena.
Hay numerosos sistemas de gestión bibliográfica, pero quizá una media docena están entre los más famosos y utilizados. Aparte de las diferencias en el detalle de las prestaciones hay dos grandes factores que los caracterizan:
► Su funcionamiento en la nube / desktop: en qué medida operan como servicios en línea donde tu base de datos la tienes accesible en cualquier punto de Internet o como software de escritorio con tus contenidos radicados en tu ordenador. Algunos son sólo en la nube y otros sólo desktop, pero la mayoría combinan ambos métodos, sincronizándose.
► Su modelo de negocio: si cobran al usuario final o institución suscriptora o si se financian por otras vías (publicidad, etc.). Lo más frecuente es que ofrezcan una versión básica de uso gratuito y otra más avanzada de pago, institucional o premium.
Repasemos brevemente algunos de los principales gestores, para que sepas dónde elegir, luego haremos una pequeña práctica demostrativa con uno de ellos, Zotero.
Te voy a explicar, de una manera simplificada, algunas tareas que se pueden abordar con un gestor bibliográfico* como Zotero (https://www.zotero.org/), para te formes una idea aproximada. Como cualquier software, estas aplicaciones y servicios tienen tutoriales, ayudas, etc.; son muy recomendables los videotutoriales (en inglés) incluidos en esta página: https://www.zotero.org/support/es/screencast_tutorials.
La forma más recomendable de instalar Zotero es como software standalone con una extensión adicional para el navegador (Chrome, Firefox o Safari). Zotero es especialmente eficaz para capturar, mediante un simple click, información bibliográfica y documentos de cualquier buscador*, base de datos*, portal o sitio web, permitiendo archivar las propias páginas web consultadas en cualquier momento, gracias precisamente a la extensión del navegador. Esto es una gran ventaja a la hora de reunir información.
Las referencias y documentos dentro de Zotero, lógicamente, se pueden: etiquetar con términos temáticos; clasificar en una o varias carpetas o colecciones; ordenar con arreglo a distintos criterios o campos; eliminar enviando a la papelera; etc. Se pueden editar o modificar en cualquier momento los metadatos o datos bibliográficos, completándolos o corrigiéndolos. Pero lo más interesante es que Zotero, como otros gestores bibliográficos, sirve como soporte informático no sólo a la gestión de la documentación, sino también a las tareas de estudio o análisis de la documentación, que veremos, por sí mismas, en las próximas secciones de este tema 10.
Observa la imagen siguiente. En ella tenemos (a) un primer documento pdf sobre el que hemos trabajado y por tanto hemos resaltado frases importante y hemos añadido anotaciones en los márgenes. Lo hemos vuelto a guardar en Zotero en lugar del pdf original, lógicamente sin notas ni resaltados. El último de los documentos (b) es un libro impreso, por tanto no lo tenemos físicamente en Zotero, pero en su referencia anotamos la localización del mismo en la biblioteca (signatura*), por si volvemos a necesitarlo. Una vez que lo hemos consultado, Zotero nos permite añadir notas a la referencia. Hemos añadido dos: una con el índice del libro, para tener a mano de qué trata, y otra con un resumen y comentario personal. Además, hemos agregado un archivo MS Word con las ideas que la lectura del libro nos ha sugerido para el trabajo que vamos a hacer.
Comprobamos así, como el gestor bibliográfico es una herramienta muy productiva para el trabajo intelectual, que se basa siempre en documentación científica. Esto es así por otra razón adicional: porque Zotero y los demás gestores permiten generar bibliografías y editar textos con citas y referencias en múltiples estilos bibliográficos. Veamos aquí simplemente cómo producir una bibliografía con todas nuestras referencias en estilo IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers). Para editar textos MS Word con citas* y referencias* puede consultarse el videotutorial que sobre este tema se ofrece en el sitio web de Zotero: https://www.zotero.org/support/screencast_tutorials/zotero_and_word
Los gestores bibliográficos te permiten mantener bajo control tu documentación. Así, después de una búsqueda temática, las referencias y documentos que selecciones los incorporas a tu gestor, les asignas una etiqueta, o lo que es lo mismo, los incluyes en una carpeta o colección, y, por lo que a la gestión se refiere, el asunto está encauzado.
Pero, como ya te he dicho, el gestor también te ayuda a trabajar con los documentos. Posiblemente los utilices para hacer un trabajo académico, pero tal vez sea con otros fines: una presentación oral, una tarea en grupo, preparar por tu cuenta un tema, enterarte de algo que necesitas aprender... Quizá, en el futuro, redactar un apartado de una oposición, aclarar una cuestión para tu trabajo o elaborar un informe…
El caso es que, con propósitos diversos, necesitas aprender y elaborar conocimiento personal a partir de esa documentación, lo que requiere métodos de trabajo eficaces de análisis de la información, formas de procesar la información, de lo que tratamos en el resto de este tema.
En esta materia, como en otras, es el profesorado quien mejor puede orientarte. Sobre todo si hay que poner en juego técnicas de trabajo específicas que tienen que ver, por ejemplo, con el análisis de textos históricos, jurídicos, literarios, etc. No obstante, los consejos y pautas que te voy a ofrecer en ningún caso se refieren al estudio de fuentes originales, ni a métodos de investigación particulares, sino más bien a las revisiones bibliográficas de la literatura científica sobre un tema. Aun así, siempre es prioritario que sigas las indicaciones docentes concretas de cada materia.
Los gestores bibliográficos te permiten mantener bajo control tu documentación. Así, después de una búsqueda temática, las referencias y documentos que selecciones los incorporas a tu gestor, les asignas una etiqueta, o lo que es lo mismo, los incluyes en una carpeta o colección, y, por lo que a la gestión se refiere, el asunto está encauzado.
Pero, como ya te he dicho, el gestor también te ayuda a trabajar con los documentos. Posiblemente los utilices para hacer un trabajo académico, pero tal vez sea con otros fines: una presentación oral, una tarea en grupo, preparar por tu cuenta un tema, enterarte de algo que necesitas aprender... Quizá, en el futuro, redactar un apartado de una oposición, aclarar una cuestión para tu trabajo o elaborar un informe…
El caso es que, con propósitos diversos, necesitas aprender y elaborar conocimiento personal a partir de esa documentación, lo que requiere métodos de trabajo eficaces de análisis de la información, formas de procesar la información, de lo que tratamos en el resto de este tema.
En esta materia, como en otras, es el profesorado quien mejor puede orientarte. Sobre todo si hay que poner en juego técnicas de trabajo específicas que tienen que ver, por ejemplo, con el análisis de textos históricos, jurídicos, literarios, etc. No obstante, los consejos y pautas que te voy a ofrecer en ningún caso se refieren al estudio de fuentes originales, ni a métodos de investigación particulares, sino más bien a las revisiones bibliográficas de la literatura científica sobre un tema. Aun así, siempre es prioritario que sigas las indicaciones docentes concretas de cada materia.
Con la documentación obtenida se aprende y se elabora un conocimiento personal, pero requiere métodos de trabajos para a procesarla. Estos métodos son:
Ambos son operaciones intelectuales que se utilizan diariamente, primero se analiza la documentación reunida para después sintetizar un nuevo conocimiento personal. Este proceso consta de tres fases, que tiene como resultado un trabajo serio, metódico y reflexivo de donde surge la idea creativa y original.
Fase 1: se analiza la documentación reunida a través de la lectura de cada texto y se realiza anotaciones oportunas, sucintas y selectivas. Se la lleva a cabo con un fin determinado, planeando la estrategia y evaluación.
Cabe recalcar que la lectura académica y profesional muchas veces es activa y selectiva, se requiere concentración para identificar y trabajar con lo esencial. Para las anotaciones se puede crear un documento MS Word o usar otras técnicas ya que son resultado de un análisis que posteriormente se podrá elaborar una síntesis. Este documento realizado debe ir encabezado por la referencia bibliográfica archivarse con las misma e integrarse a un gestor. En estas notas usa tus propias palabras o si es verdaderamente importante copia el fragmento que luego será citado y para distinguirlo ponle color, así procederás a la síntesis.
Fase 2: se termina el análisis del material recopilado (apropiación intelectual) y empieza la síntesis, elaborando la comprensión del tema, sin perder la finalidad. Es recomendable leer las anotaciones, así surgirán nuevas ideas, comentarios, valoraciones personales. Además, evaluar las notas, lectura y la búsqueda para reconducir el trabajo. El resultado de esta fase es un borrador de esquema o estructura provisional.
La tercera fase de tratamiento del contenido de la documentación reunida es la redacción de lo que he llamado una composición personal o síntesis de trabajo. Se distingue, pues, de un documento formal destinado a ser presentado ante otras personas: trabajos académicos, artículos, informes, etc. La composición personal a la que me refiero podría ser el borrador de un trabajo académico futuro (del que tratará el cap. 12); o podría ser un simple texto personal, un material de trabajo para resumir lo esencial y organizarte la información con tu propia visión acerca del tema.
Partir del esquema provisional:
Parte del esquema trazado en la fase anterior y, consultando si es necesario de nuevo las anotaciones mediante las claves de documento y página, o en su caso las fuentes de datos correspondientes a los métodos de trabajo usados, vete componiendo una primera aproximación a tu texto personal. Rellena de contenido los apartados del esquema volcando por escrito el conocimiento que te has ido formando del asunto. Corrige lo que sea preciso en el esquema organizativo.
Da cuenta ordenadamente de lo que has descubierto, esto es, aprendido, tanto mediante la consulta de la documentación reunida, como a través de tus propias indagaciones y tareas (experimentos, ensayos, trabajos de campo, cálculos, mediciones, procesos informáticos, estudios de fuentes históricas, jurídicas o literarias, encuestas, diseños técnicos, actuaciones o experiencias, etc.). El objetivo es integrar todo lo que has aprendido en un conjunto coherente y que sea inteligible para quienes supuestamente lo fueran a leer, en principio, al menos, para ti mismo, lo que no es poco: sistematiza.
Elaboración gradual, versiones:
El procesador de textos facilita tu tarea. Puedes componer tu documento gradual-mente, aumentando y perfeccionando sus contenidos poco a poco, en sucesivas redacciones que dan lugar a sucesivas versiones o borradores cada vez más completos y atinados, en cuanto a contenido y en cuanto a forma. No edites siempre por sistema encima de la versión anterior, guarda algunas de las versiones provisionalmente por si acaso te arrepientes de algún cambio. Sólo hasta tener la seguridad de que los avances debes consolidarlos.
Control de las citas:
Cuando tomes prestadas fragmentos textuales, ideas o datos procedentes de los documentos* reunidos, identifícalos por el tipo de letra y comillas, etc. e inserta también una clave de documento y página para citarlo. Te vendrá bien saber de dónde procede la información y si la composición personal se transforma en un documento público tendrás que poner cita y referencia (de lo que tratará el cap. 11).
Forma, estilo, presentación:
Esta composición personal no está sujeta a normas de estilo o presentación. Siempre es conveniente y útil el orden y una buena redacción, pues la claridad en el lenguaje y en la organización de la información es expresión de claridad intelectual. Ahora bien, si el documento está destinado a trascender, razón de más para que su estructura y concepción vaya reflejando, lógicamente, las especificaciones del producto final, a las que aludiré en el cap. 12 al referirme a los trabajos académicos.
Puntos clave del capítulo 10:
• La documentación que vas reuniendo la puedes conservar y organizar con gestores bibliográficos.
• Un gestor bibliográfico sirve para capturar, archivar y clasificar las referencias y los documentos, editar bibliografías y textos con citas en diversos estilos y compartir los contenidos en internet.
• Existen diversos gestores bibliográficos, puedes elegir uno de ellos, hazte aconsejar.
• Para estudiar y procesar el contenido de la documentación reunida tras una búsqueda o destinada a un trabajo académico conviene aplicar técnicas de análisis y síntesis de la información.
• Análisis y síntesis tienen lugar en tres fases: 1) lectura y anotaciones; 2) estudio de las anotaciones; 3) composición personal. El objetivo final es elaborar conocimiento individual, aprender.
► ¿Por qué razones puede ser importante contar con un gestor bibliográfico?
Es importante contar con un gestor bibliográfico porque permite:
► ¿Qué gestor no permite archivar documentos? ¿Y cuál de ellos sólo archiva tus datos de forma local? ¿Cuál es completamente gratuito, sin versiones de pago?
RefME es el gestor que no permite archivar documentos y sólo archiva los datos de forma local. El gestor gratuito sin versiones de pago es Zotero.
► ¿En qué fase conviene elaborar un esquema provisional de la composición o síntesis?
En la fase dos: estudio de anotaciones conviene elaborar un esquema provisional de la composición o síntesis.
► ¿Cómo debe ser el proceso de lectura de los documentos?
El proceso de lectura de documentos debe estar dirigido a una idea, objetivo o fin. La lectura no puede ser ingenua más bien orientada, activa y selectiva, ya que los documentos se leen priorizando, decidiendo que capítulos y fragmentos requieren menos o más atención. Hay párrafos que se pueden leer tres veces, pero otros se pueden saltar ya que todo depende de lo que buscas, es una lectura concentrada identificando lo esencial para trabajar.
Tienes que atender a los indicios del texto: resumen, índices, introducción, epígrafes, apartados, recuadros, listas, frases en negrita y cursiva, nombres propios, inicios de párrafo, comienzos y finales de capítulo, conclusiones, etc. Subraya, resalta o anota el documento.
► ¿Por qué es importante apuntar la página al tomar notas de un documento?
Es importante apuntar la página al tomar notas de un documento porque así se sabe la procedencia exacta del mismo, por si tuviera que citarlas.
► ¿En qué consiste una revisión bibliográfica?
La revisión bibliográfica es un tipo de tarea académica, bien con un carácter de trabajo aislado o como parte de un trabajo de mayor alcance. Consiste en presentar el estado de conocimientos sobre una cuestión científica, exponiendo y resumiendo sistemáticamente lo que se sabe sobre el tema, o los últimos hallazgos, y extrayendo algunas conclusiones: visión de conjunto, avances y cuestiones pendientes, etc
La revisión se puede organizar de muchas formas: en torno a los problemas, a las tendencias o escuelas, de forma cronológica, etc. La revisión no descubre nada nuevo, pero es útil, interpreta, organiza y clarifica. Y demuestra que la persona que la hace domina el tema. Por eso es interesante como trabajo para estudiantes.